En el marco de la pandemia, el gobernador de la Provincia dispuso en la semana flexibilizar las normas de distanciamiento social durante los fines de semana y feriados, apoyándose para ello en estadísticas que indican que el nivel de contagio de coronavirus se encuentra estable.
Esto, sin dejar de admitir que Mendoza es una de las provincias más afectadas en el país, como bien señaló el viernes el presidente de la Nación al anunciar un nuevo período de cuarentena en el país.
Hasta este momento una amplia mayoría de mendocinos respetó las medidas preventivas básicas indispensables, como el uso de tapabocas, la distancia de dos metros en filas de espera o en ocasionales encuentros. Hubo un acatamiento generalizado de las disposiciones obligatorias que mucho ayudó para que la provincia, a pesar del elevado número de contagios que registra y de la alta ocupación de camas hospitalarias, pueda mantener una actividad económica razonable y beneficiosa.
Con su medida, Suárez apeló a la sensatez de los mendocinos, sabiendo -como lo señaló el miércoles- que un gran porcentaje mantuvo reuniones familiares aun sin la debida autorización. Es que la necesidad de la gente de juntarse con sus afectos muchas veces desbordó los límites lógicos de las medidas restrictivas. Para las autoridades tal vez haya sido como tener que recurrir a una decisión difícil pero tomada con la mano en el corazón.
Es oportuno recordar que durante dos meses ese tipo de encuentros de fin de semana estuvo prohibido en la provincia a raíz del incremento de casos que se fue registrando en pleno invierno.
En línea con lo de las reuniones en familia, el Gobernador también dispuso que el requerimiento del DNI para salir o comprar en el comercio quede sin efecto entre viernes y domingos. Seguramente, la intención fue permitir que la gente organice con más tiempo su abastecimiento del fin de semana.
Aquí se debe apelar aún más a la prudencia de la gente, en especial a los responsables de los comercios de alta concentración, que de ningún modo deberían dejar de lado las habituales mediciones de la temperatura de las personas que ingresan, como también regular el flujo de clientes, de manera que los salones de venta se mantengan en un 50 por ciento de su capacidad.
También es oportuno recordar que el gobernador Suárez basó su decisión de más flexibilización en los números oficiales de la Provincia que indicaron, entre otras cosas, que la tasa de duplicación de casos de Covid 19 pasó de 13 a 34 días. Esto habla, indudablemente, de una mayor estabilidad (amesetamiento), si bien es real que el porcentaje de camas de terapia intensiva ocupadas es muy elevado, como también indicó el Presidente de la Nación en su presentación desde la Casa Rosada.
De todos modos, hay una estrategia oficial para reforzar el número de camas de internación en paralelo con esos altos índices de internación por coronavirus, lo que constituye un desafío que el área de Salud provincial va asumiendo en el día a día de esta compleja realidad que nos toca afrontar a los mendocinos.
Por lo tanto, es necesario instar a la población mendocina a que asuma una vez más su acción responsable en cuanto al aislamiento básico, para evitar que la provincia tenga que caer nuevamente en restricciones estrictas que vuelvan a golpear los bolsillos de la gente y la estructura de la economía.