En Mendoza primó la institucionalidad

En una época en la cual muchos parecen apostar a la grieta, desde el FdT hemos buscado acercar posiciones y aportar humildemente a mejorar la justicia.

En Mendoza primó  la institucionalidad
La Suprema Corte llegó a un acuerdo sobre el proyecto que modifica su funcionamiento interno. Ignacio Blanco / Los Andes

Comparto algunas observaciones en torno al debate que venimos dando por la reforma del funcionamiento de la Suprema Corte de Justicia en Mendoza.

Como Presidente del Bloque del Frente de Todos-PJ en la Cámara de Diputados de la provincia y miembro de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, tengo la responsabilidad de llevar adelante este proceso con la madurez y el compromiso que exige la circunstancia.

Y créanme que no es menor.

Reformar e incidir en la manera en la que debe actuar el gobierno de otro Poder –en este caso el Judicial- merece tiempo, dedicación, estudio, análisis y mucha discusión.

Desde un principio planteamos que la reforma debía venir de la propia Corte. Planteamos también que debía haber debate, que no servía hacerlo a las apuradas, destacamos la importancia de escuchar juristas especializados y que era de un riesgo institucional enorme intentar avanzar en su modificación desde el Poder Legislativo sin los amplios consensos que la ocasión exige.

A lo largo de estas semanas sostuvimos la posición y hoy hemos arribado a un salto de calidad en la institucionalidad de Mendoza.

Desde nuestra fuerza política logramos sentar a todos los Poderes del Estado a debatir y a buscar los acuerdos necesarios en post de una reforma que hoy, no es la ideal, pero es la posible. Esto debería primar siempre en todos los debates.

El peronismo ha sido el artífice de este escenario posibilitando el diálogo, abriendo perspectivas, impulsando que este proyecto sea debatido con todos los Ministros de la Corte, insistiendo con que el Poder Ejecutivo escuchara, permitiera aportes de quienes más saben del tema y de quienes deben llevar adelante la toma de decisiones en el ámbito de la justicia, es decir, los propios jueces.

Hoy celebramos que esto haya sucedido a pesar de los apuros, del avasallamiento institucional al que nos sometió el radicalismo durante este tiempo, no solo a las fuerzas de la oposición sino a sus propios aliados políticos.

No nos fuimos de la mesa, no abandonamos la discusión.

Nuestra tarea es ser garante de todos los mendocinos y mendocinas que no ven en el oficialismo una propuesta superadora de gobierno y confían en que como oposición intervengamos, incidamos y aportemos en el destino de los proyectos relevantes para la provincia.

Reformar el funcionamiento de la SCJ es uno de ellos, trasciende gobiernos y partidos de turno.

Estuvimos por encima de la soberbia y el capricho del oficialismo expresando una evidente diferencia en los métodos políticos llevados adelante, articulando consensos sobre la prepotencia.

En una época en la cual muchos parecen apostar a la grieta, desde el FdT hemos buscado acercar posiciones y aportar humildemente al mejoramiento de la justicia, ni más ni menos que un derecho humano indispensable para la ciudadanía a la que nos debemos.

Es por ello que en Mendoza hoy ha primado la institucionalidad.

* El autor es Diputado Provincial. Presidente del Bloque FDT-PJ. Cámara de Diputados Mza.

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