En silencio, ya piensan en la próxima elección

Este 2022 expondrá a los dos principales referentes de la UCR local, Suárez y Cornejo, a exigencias que los pondrán a prueba y definirán su lugar en el próximo ciclo. En el peronismo, en cambio, todo sigue mucho más indefinido.

En silencio, ya piensan en la próxima elección
Este 2022 expondrá a los dos principales referentes de la UCR local, Suárez y Cornejo, a exigencias que los pondrán a prueba y definirán su lugar en el próximo ciclo. / Foto: Caricatura: Gabriel Fernández

Enero es un mes en el que, generalmente, la actividad partidaria se llama a silencio, lo que no significa que, detrás del telón, los protagonistas no sigan pensando en estrategias para lo que arranca en febrero.

Aspectos bastante secundarios si tenemos en cuenta que este año se inició con la tensión que genera entre oficialismo y oposición la gran crisis económica y social del país. Pese a todo, buena parte de la dirigencia ya piensa en las elecciones venideras.

Comencemos por la principal oposición provincial. Tras el golpe del 14 de noviembre en las urnas, en el justicialismo nadie por el momento arma proyectos ni convoca pensando en nuevos desafíos. Los cargos legislativos entrables, tanto a nivel nacional como local, son lo que más seducen, especialmente a quienes no tienen chance de reelección, como es el caso de tres de los seis intendentes.

Con escasa vocación de poder político, los distintos actores de la realidad del PJ mendocino parecen no saber aprovechar el paso al costado que dio en su momento la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, que después de la derrota electoral de noviembre, y ante la lluvia de reclamos internos por ese lejano segundo lugar, prefirió dejar en claro puertas adentro del partido que ella no pretende volver a postularse como candidata a gobernadora.

Como ya hemos señalado en este mismo espacio, la joven legisladora supo ocupar el espacio que dejaron vacante las tradicionales estructuras del peronismo mendocino. Y ahora no sólo tiene el manejo del partido y de la mayor parte de los bloques legislativos, sino que seguirá oficiando de nexo con el gobierno nacional.

Nunca habrá que dejar de lado a José Luis Ramón, el estratégico socio que el kirchnerismo tuvo durante dos años en la Cámara de Diputados de la Nación, que ahora se prepara para asumir en mayo sus funciones como legislador provincial.

El hombre de Protectora, que pudo comprobar lo difícil que resulta muchas veces posicionarse en las listas del PJ cuando se llega proveniente de otra fuerza (ser reelecto diputado nacional era una fuerte apuesta para él), no dudará un instante en aprovechar el poder de la banca que ganó para seguir molestando en la interna del Frente de Todos y así anotarse en la carrera hacia la candidatura a gobernador, otra de sus metas personales.

Su fortaleza en el tema de los derechos de usuarios de servicios públicos y consumidores puede ser una interesante base de sustentación si se tiene en cuenta la inestabilidad económica reinante.

En su entorno comentan que convocaría, además, a personas destacadas en distintos ámbitos para que se posicionen junto a él y conformen una estructura similar a la que supo tener en su fuerza política antes del alejamiento de los que fueron socios fundadores.

Ramón y Omar De Marchi son los que más se están preparando tempranamente, sobreponiendo la convocatoria a académicos y empresarios para sortear las trabas que siempre generan las estructuras partidarias. Al menos esa es la intención.

En el caso del lujanino, varios de los que integran terceras fuerzas y alguna dirigencia justicialista no kirchnerista siguen viendo con simpatía su posible liderazgo hacia 2023. Pero se repite el panorama previo al cierre de listas del reciente proceso electoral: pretenden que el armado sea definitivamente por afuera de Cambia Mendoza.

Si bien De Marchi sigue hablando de competir dentro del espacio oficialista, todo también dependerá de cómo se mantenga la coalición a nivel nacional. Por otra parte, no hay que dejar de tener en cuenta su relación política con el ex presidente Macri, algo que difícilmente deje de lado a la hora de pensar en encabezar una propuesta electoral.

En cuanto al radicalismo, rige el silencio sobre candidaturas que pidió el gobernador Suárez a sus funcionarios y a los legisladores e intendentes, por lo menos, para este año. Ello no significa que haya jefes departamentales que, en silencio, vayan armando estructuras y elaborando propuestas para que cuando se largue la carrera preelectoral.

No hay sorpresas. Se menciona a Tadeo García Zalazar, Ulpiano Suárez y Daniel Orozco como los más activos. Curiosamente, los tres tienen diferentes padrinos partidarios.

Con respecto a los dos principales referentes que tiene en este momento la UCR local, Suárez y Cornejo, este 2022 expondrá a ambos a exigencias que los pondrán a prueba y definirán su lugar en el próximo ciclo. Aunque no hay que dejar de considerar que gran parte de la estrategia pasará por el lugar que elija Cornejo: competir más alto en el plano nacional, seguir como senador o retornar a la provincia para reintentar como gobernador. Un tablero político difícil de imaginar en estos momentos.

Por último, mención para el Partido Verde, la fuerza que más creció en las últimas elecciones. Pese al bajo porcentaje obtenido, obtuvo una banca en la Legislatura, un mérito en una elección polarizada que derivó en una conformación histórica de la Casa de las Leyes. También con presencia en concejos departamentales, los “verdes” tienen la prioridad de consolidarse y pelear por un tercer puesto que, seguramente, también buscarán recuperar los espacios de centro derecha y pensar en una fórmula provincial que seduzca y ayude a consolidar ese eventual posicionamiento.

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