Cabe preguntar en este particular momento si habrá un antes y un después político con relación al veto presidencial a la ley de financiamiento universitario surgida del Congreso. Las últimas apreciaciones críticas por parte de referentes, como Mauricio Macri, independientemente de la reunión que mantuvo con el asesor presidencial Santiago Caputo, pueden dar cuenta de la exigencia desde la oposición dialoguista de un límite a las duras matemáticas presidenciales con el argumento del equilibrio fiscal.
Habrá que ver, por lo tanto, qué sucede al respecto en la semana, ya que Macri fue claro en cuanto a la defensa de la enseñanza universitaria pública como precepto fundacional de su partido, Pro.
Con más razón se puede esperar que el radicalismo se constituya en juez definidor de lo que suceda con el nuevo veto presidencial. La enseñanza pública es una bandera muy alta del centenario partido. Es difícil pensar para este caso puntual en una ruptura si no la hubo cuando se abordó el veto al tema jubilatorio. Sólo quedó el caso de los cuatro radicales que variaron su posición con respecto a la votación inicial y se convirtieron en “héroes”, según el presidente Milei, junto a los diputados libertarios y macristas. Sin ese quiebre no hubiese prosperado en ese momento el apoyo a la decisión del Ejecutivo.
El mensaje llegará, sin duda, desde las provincias que gobiernan dirigentes del radicalismo. El cornejismo mendocino ya lo expresó con contundencia en la marcha que se hizo aquí. La presencia del ministro García Zalazar, del intendente Costarelli y del presidente partidario y de la Cámara de Diputados, Andrés Lombardi, entre otros varios radicales, sentó una postura más que evidente y contundente. Otro motivo, por qué no, para conjeturar sobre cómo seguirá la relación con la Nación. El origen militante del actual gobernador, en Franja Morada, pesa mucho ante situaciones como la que se presenta ahora.
Con respecto a la marcha del miércoles, tiene razón el Gobierno cuando critica la presencia de oportunistas detrás del lógico reclamo de la comunidad universitaria y de miles de argentinos que defienden la enseñanza pública.
Milei y su gobierno ocupan el pedestal al que los condujo la ciudadanía con su contundente expresión en el balotaje de noviembre. En cambio, Massa, Rodríguez Larreta, Cristina Kirchner y los líderes de la CGT, entre otros tantos, constituyen la fachada de una dirigencia política y gremial que hartó a los argentinos durante décadas. Fueron expulsados por el voto popular y la politización de la convocatoria que de algún modo lograron es lo cuestionable. Ya pretenden presentarse como la alternativa a la dureza de los números, sobre los que remarca Milei, cuando la casi totalidad de las encuestas los coloca a una distancia abismal del oficialismo. Sin embargo, no todos los dirigentes políticos señalados por el dedo acusador libertario merecían el mismo trato. Varios, como Elisa Carrió, por lo menos deberían ser más escuchados.
Mientras tanto, el Gobernador aprovechó sus días en Londres para intentar posicionar más a la provincia en la oferta minera que caracteriza a su gestión. Cornejo siempre enfatiza en su “plan de minería sostenible” para contrarrestar los límites que impone la legislación provincial vigente y la presión que ejercen sectores ambientalistas en línea con políticos que se oponen a la apertura minera dispuesta.
Cornejo volvió a enfatizar en un plan de “minería sostenible” para la provincia. Puso énfasis en reuniones que mantuvo con representantes de empresas internacionales reconocidas por sus “estándares ambientales altos” y anticipó que la oferta minera continuará a fines de noviembre, cuando se realicen jornadas en las que se insistirá con las posibilidades del cobre de Mendoza.
De regreso, Cornejo seguramente se dedicará a los números finales del proyecto de Presupuesto provincial para el año próximo, que llegará a la Legislatura con una demora que el propio titular del Ejecutivo anticipó antes de viajar a Londres, cuando dijo que era preferible esperar los detalles del Presupuesto nacional enviado al Congreso para cerrar la pauta local de gastos y recursos.
Por el lado de la oposición tuvo repercusión la presentación de una propuesta de RIGI provincial, o “mini RIGI”, que hizo el diputado Difonso junto a varios de sus pares de La Unión Mendocina.
El legislador sancarlino sostiene que la mayoría de los productores e industriales locales se preguntan qué contemplación tiene para ellos el Registro de Incentivos para Grandes Inversiones (el RIGI real) promovido por la Nación y aprobado por varias provincias, entre ellas Mendoza.
En líneas generales lo que propone el proyecto es el otorgamiento de exenciones impositivas, subsidio de tarifas y el “compre mendocino” por un determinado plazo entre las iniciativas para dar apoyo a pymes y sectores menores en general.
Pretende el legislador que el proyecto quede inmerso en la discusión del Presupuesto 2025, aun con la certeza de que la rigurosidad que tiene el área de Hacienda provincial en el manejo de los números puede constituir un obstáculo para sus pretensiones.
¿La vuelta de CFK?
Párrafos para la política de entrecasa. Con la carga de la dura derrota electoral luego del desastroso gobierno que ella misma inspiró, Cristina Kirchner estaría ahora buscando la conducción del Partido Justicialista como vía que la conduzca nuevamente a la política activa.
Hacerse cargo de una cáscara vacía, como suelen definir en la actualidad la política argentina al PJ y a otras agrupaciones partidarias, en este caso no sería una mala idea para ella. De concretarse (casi es un hecho) buscará protagonismo pensando en el año electoral que viene con un sello que nunca la sedujo plenamente, si se tiene en cuenta que el kirchnerismo, como el peronismo en general, fue más proclive a los rótulos identificatorios de alianzas que fue construyendo por etapas.
Una de las dirigentes que más apoya la posible reinserción de CFK en la política partidaria activa es la mendocina Anabel Fernández Sagasti, una de las más influyentes legisladoras que tiene la oposición kirchnerista en el Senado y puntal de la ex vicepresidenta.
¿Ese vínculo inquebrantable Cristina-Anabel le servirá al peronismo mendocino como estímulo en su afán por remontar la cuesta que le impusieron las últimas elecciones? Difícilmente. Mendoza no viene siendo muy adicta al peronismo kirhnerista. Además, la provincialización que generan las elecciones legislativas, o de mitad de mandato, permiten deducir que la gran apuesta será la provincia de Buenos Aires, el gran bastión que el PJ no debería ceder si la aspiración mayor es volver a pelear el poder en 2027. Sí puede CFK juntar cabezas (Kicillof vs. Máximo) pensando en una elección legislativa crucial el año próximo.