Como en una suerte de “loop” interminable, entre las noticias educativas de este verano caliente se destaca que el Gobierno nacional “relanzó” el programa Conectar Igualdad, de entrega de computadoras a estudiantes y docentes.
Lo de relanzar -tal como fue presentado- tiene algún sentido, desde el momento que el Estado vuelve a ponerse como objetivo dar notebooks a todos los alumnos de escuelas secundarias estatales, bajo la modalidad “uno a uno”, como fue a partir de 2010 con aquel viejo programa “Conectar Igualdad.com.ar” (así se llamaba) en la época cristinista.
Pero en rigor, el nuevo Conectar Igualdad -en su modelo 2022- no es más que la nueva forma que adquiere la política oficial de educación digital que nunca se interrumpió, aunque sí fue cambiando de forma (y de nombres).
Repasemos: rebautizado como plan “Aprender Conectados”, el macrismo se centró en mejorar los contenidos de la educación digital y dio de baja la entrega de equipos a los alumnos. En su lugar, compraron kits de robótica y carritos de computadoras para las escuelas.Luego, el actual gobierno, con Trotta en Educación, lanzó el programa “Juana Manso”. Atentos a la “compleja realidad fiscal”, esa gestión se propuso entregar notebooks a los alumnos secundarios más vulnerables (no a todos), aunque sólo llegaron a repartir las 140 mil que quedaron de la gestión anterior y algunas más.
La pandemia volvió a poner en foco la urgencia de que todos los chicos tengan sus computadoras en sus casas. El decreto publicado la semana pasada en el Boletín Oficial establece que el Estado financiará con el Tesoro Nacional la compra de una PC para cada alumno y docente.
Al mismo tiempo, el Gobierno nacional también anunció que durante 2022 pondrá Internet en 13.500 escuelas y así el 90% de los estudiantes del país tendrá aulas conectadas (hoy son el 50%).
Por ahora son todos anuncios, auspiciosos. Habrá que estar atentos a que realmente los equipos lleguen a los alumnos y, tan importante como eso, que reciban la alfabetización digital que necesitan.
Temas como programación, inteligencia artificial, algoritmos, Big Data, entre otros, no pueden faltar hoy en el aula, con docentes capaces de transformar a los chicos de meros consumidores de tecnologías a protagonistas de la nueva era.
Es tiempo de tomar este tema en serio y, en lugar de tanto cambios y nombres, buscar -entre todos- que a ningún alumno argentino le falte educación digital de calidad. Los uruguayos lo hicieron con el Plan Ceibal a partir de 2007. manteniendo el plan en sucesivas administraciones. Y mal no les fue.
