“La única forma que tenemos de seguir exportando es hacerlo a buen precio”. Así lo sostuvo Alejando Vigil, el nuevo presidente de Wines of Argentina, en una entrevista publicada en este medio.
¿Qué sucede? Entre tanto festejo por el malbec, los vinos nuevos y la vendimia que termina, quienes miran el largo plazo han empezado a preocuparse por los resultados del primer trimestre, que sólo muestran algo que varias bodegas ya venían anticipando. Es que el mercado internacional está más difícil. El año récord que se registró en 2021 se ve lejos y, a las puertas del resultado de los primeros tres meses, se prende una luz amarilla.
El reporte del Instituto Nacional de Vitivinicultura muestra que, en el acumulado entre enero y marzo de 2022 versus el mismo período de 2021 las ventas al exterior cayeron 16,3% en volumen. Ese número fue impulsado por la baja de las ventas a granel que retrocedieron 34,8% mientras que las de vino embotellado marcaron una retracción del 5,1% en volumen.
Si se miran los datos en valor, la baja para los vinos fraccionados es menor. En el primer trimestre ingresaron 175.835.000 dólares, mientras que en el mismo período, pero del año anterior, entraron 177.483.000 dólares, una baja del 0,9%.
En 2021, el año récord en exportaciones, los fraccionados crecieron 9% en volumen y 15,8% en valor. Por lo tanto, la caída del volumen en general y de la colocación de botellas en particular para el primer trimestre, siembra dudas sobre cómo pueden reaccionar los mercados durante los próximos tres meses. Varios referentes admiten, que con el conflicto Rusia - Ucrania y la inestabilidad de la macroeconomía nacional, las previsiones son más cortas ya que las variables pueden cambiar rápidamente y desarrollar con ello nuevos escenarios.
No obstante, el concepto que plantea el winemaker sobre cómo se debe abordar el mercado internacional parece ser el rumbo que se debería evaluar.
Es evidente que Argentina está vendiendo a un valor promedio mayor por litro, pero resta analizar a qué se debe este aumento. Si se trata una genuina suba por venta de productos con mayor valor agregado, bienvenido. Ahora, si se trata de un incremento impulsado por el alza de los costos en dólares, entregando el mismo producto, entonces sí debería preocupar.
