Feria de América en Mendoza: a 70 años de su inauguración

Un hito que manifestó en su momento la fortaleza y visión de Mendoza fue la Feria de América, realizada en el Parque San Martín desde diciembre de 1953 hasta marzo de 1954. Próximo a cumplir el 70 aniversario, este evento continental de carácter moderno sentó las bases de la arquitectura efímera, el diseño industrial y gráfico, el arte interdisciplinario y la promoción de las economías regionales.

Feria de América en Mendoza: a 70 años de su inauguración
Por primera vez se tiene acceso al material fotográfico de la Feria de América, que se realizó en el Parque General San Martín de Mendoza. En 30 hectáreas se emplazaron más de 100 construcciones (entre stands, pabellones, y sectores), que representaban una muestra de tecnología e innovación modernista. Fue el lanzamiento en sociedad del oeste de Argentina del "Segundo Plan Quinquenal", que propuso el presidente Juan Domingo Perón, y que nunca pudo desarrollar por completo. En la foto, vista aérea del lago del Parque General San Martín.

Es conocido nuestro carácter social conservador, pero también es reconocido nuestro espíritu innovador. Esta mezcla compleja de tensiones ha hecho que la provincia tenga una identidad basada en la renovación de nuestras tradiciones, como podría ejemplificarse en el desarrollo de bodegas que se manifestó en los últimos 20 años.

Durante estas décadas, el crecimiento se realizó en las regiones vitivinícolas, por fuera de la capital, y aunque permitió descomprimir el núcleo urbano, también puso el foco de atención del turismo internacional.

Los visitantes hacen escala para ir a recorrer el interior de la provincia. Algo que dejan por sentado es la efectividad de las propuestas de alta calidad en términos de diseño, arquitectura y paisajismo que acompañan el fenómeno de los espacios del vino y la gastronomía. Un fenómeno que podría entenderse como una “curaduría de experiencias”.

Valores patrimoniales

Por su parte, la Ciudad de Mendoza, modelo urbanístico a nivel regional, cuenta con una trama de construcciones de diferentes valores patrimoniales como se puede apreciar en el recorrido céntrico de la avenida San Martín donde edificios históricos de calidad constructiva indiscutible son recubiertos por carteles y ploteos pertenecientes a locales de comida rápida, venta de ropa o electrodomésticos. Esto demuestra no solo un eclecticismo dudoso en el gusto social sino también una nueva necesidad de políticas de cuidado ambiental en términos de espacio urbano.

Como parte del paisaje actual debemos incorporar a los bienes de consumo y a las prácticas cotidianas que forman la cultura material. Mendoza fue cuna de la primera Escuela de Diseño de Argentina en 1958, en la Universidad Nacional de Cuyo, y tiene una de las facultades de Arquitectura más relevantes del país: la realizada por Enrico Tedeschi en la Universidad de Mendoza. Ambas entidades han tenido un impacto directo en el cambio medioambiental de la provincia.

En Mendoza desconocemos, casi por seguro, a los ingenieros a cargo de los grandes diques hidráulicos que transformaron el paisaje y los recursos energéticos y agrícolas, como también la historia de empresarios e industriales que apostaron al crecimiento local, como fue en su tiempo la empresa Pescarmona con el desarrollo técnico-ingenieril. Es sabido que como sociedad los argentinos desestimamos el patrimonio inmediato: los alcances modernos y actuales pasan desapercibidos.

La arquitectura efímera

Un hito que manifestó en su momento la fortaleza y visión de Mendoza fue la Feria de América, realizada en el Parque San Martín desde diciembre de 1953 hasta marzo de 1954. Próximo a cumplir el 70 aniversario, este evento continental de carácter moderno sentó las bases de la arquitectura efímera, el diseño industrial y gráfico, el arte interdisciplinario y la promoción de las economías regionales.

En las treinta hectáreas del Parque que rodean al lago, se ubicaron 100 construcciones que, al verlas hoy, parecen futuristas. En el ingreso y entre los Caballitos de Marly se encontraba una torre alegórica de 50 metros de altura con un sistema de juegos de luces y música concreta que fue el atractivo de recibimiento a la feria internacional.

De este grandioso suceso del que expertos hacen eco, como podemos citar a la muestra “Del Cielo a Casa” realizada actualmente en el Malba, sólo queda un pabellón y vestigios de una construcción aledaña.

El Pabellón 24, realizado por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, y la escalera helicoidal, que se ubican en la calle De Los Robles del Parque, forman el único testimonio material de esta Feria con tanto significado para la sociedad local. Este inmueble se encuentra en proceso de solicitud para ser incorporado al catálogo de bienes protegidos de la provincia.

Es menester retomar el uso de este espacio con el espíritu con el que fue inicialmente desarrollado: promoción de las producciones locales con calidad de diseño, formación de nuevos públicos, referencia para el turismo internacional y, principalmente, convertirlo en un polo conglomerador de manifestaciones como el diseño y la arquitectura que carecen de espacios de representación.

En el 2012, Fundación del Interior, realizó el libro “Feria de América, vanguardia invisible”, donde la especialista Eliana Bórmida cuenta la importancia del Pabellón en pie. Este año trabaja en la reedición ampliada con 700 nuevas imágenes que argumentan aún más su importancia latinoamericana. En 2022, esta Fundación concretó el libro “Intermitencia, diseño mendocino” con más de 400 páginas ilustradas.

Como corolario de estos temas, entre el 10 y 12 de agosto, se realizará en Mendoza el encuentro Icomos con especialistas del patrimonio moderno organizado por su presidente, Gabriela Santibáñez, y la Dirección de Patrimonio de Mendoza, a cargo del antropólogo Horacio Chiavazza. Una muestra más de que la gestión público-privada representa una solución que suma la fuerza de la decisión política con el expertiz técnico de quienes realizamos gestión cultural.

Una promesa de renovación flota en el aire. La recuperación del Pabellón para activar su sentido turístico/cultural y la visualización de la Torre Alegórica en realidad aumentada. Setenta años después, ¿estaremos preparados para una reconstrucción física?

* El autor es Presidente Fundación IDA.

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