Hacer Portezuelo, ¿o hay alternativas? defendemos la necesidad de construir este embalse

No es razonable que una de las obras más estudiadas de nuestra historia pueda ser revertida por un cambio en la opinión política. Su defensa también tiene que ver con el respeto a todos quienes trabajaron en el proyecto.

Hacer Portezuelo, ¿o hay alternativas? defendemos la necesidad de construir este embalse
Imagen ilustrativa / Archivo.

En primer lugar, la discusión de reemplazar Portezuelo del Viento parece inoportuna. Que los mendocinos hablemos de reemplazar la obra de Portezuelo por otros emprendimientos le baja el precio a nuestro reclamo. Si nosotros no defendemos la necesidad de la obra estamos facilitando el trabajo de quienes la cuestionan.

En todo caso, los que enarbolan proyectos alternativos debieron hacerlo antes, en su oportunidad. Desde 2007, en que se firmó el primer acuerdo a la fecha. O en todo caso después de la resolución del conflicto en el seno del Coirco y el Gobierno nacional.

Los 1.023 millones de dólares son fruto de un acuerdo basado en el valor estimado de la presa. No de otras obras. ¿Es simple cambiar el destino de esos fondos o tendremos que pasar otros veinte años de estudios y formulación de nuevos proyectos? Pregunta para el Fiscal de Estado.

Las obras que se proponen en distintos artículos son todas importantes y útiles para Mendoza. Pero la discusión debería ser como hacer Portezuelo y, además, poder avanzar con otras realizaciones.

Resulta complejo realizar una comparación de beneficios de Portezuelo versus obras varias, con distintas características, montos y objetivos. Sin embargo, a favor de Portezuelo pueden mencionarse los siguientes beneficios concretos:

1 - Se estima que durante la construcción, en el corto plazo, generará 3.500 puestos de trabajo directo y 7.500 indirectos.

2 - A partir de su terminación va a facilitar un ingreso para Mendoza por venta de energía que se estima en 70 millones de dólares anuales.

3 - Constituye la primera de una serie de centrales sobre el río Grande, que permitirá generar energía limpia por muchos años. La central Nihuil I se inauguró en 1947 y todavía sigue generando.

4 - Es un primer paso para regular el río del que nos corresponden 34 m3 por segundo y a partir de allí ejercer ese derecho. Sin ninguna obra sobre ese curso estamos dejando escurrir todo el caudal hacia las provincias que se encuentran aguas abajo.

5 - Si el cambio climático implica cada vez menos caudal en nuestros ríos, este complejo permitirá almacenar agua en la escasez y erogar, cuando se necesite, no sólo para la provincia sino para todos los estados de la cuenca del Colorado. Los mendocinos algo sabemos del tema.

El departamento de Malargüe tiene una superficie de 41.317 km2. Es el más grande de la provincia y uno de los menos poblados, con enormes posibilidades de crecimiento en agricultura, ganadería, turismo, minería sustentable, petróleo, gas y energías sustentables. Esta obra aprovecha una de las potencialidades del departamento sureño, generando más equilibrio territorial, diversificación productiva y más riqueza para todos los mendocinos.

No es razonable que una de las obras más estudiadas, de nuestra historia pueda ser revertida por un cambio de opinión política. Por eso, la defensa también tiene que ver con el respeto de los convenios firmados, la palabra empeñada, el respeto a los funcionarios y técnicos que trabajaron en el proyecto y con la consideración que merece Mendoza en el concierto de las provincias argentinas.

* Contador y ex legislador del PJ - San Rafael

Producción y edición Miguel Títiro

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