¿Imaginan ustedes a algún empresario local, algún bodeguero, haciendo lo que hizo Booth: financiar e involucrarse con estudios de pobreza? ¿Imaginan a algún académico de la Facultad de Ciencias Políticas haciendo algún aporte para estudiar nuestros problemas sociales? Otra cosa, ninguno de los datos de esta nota los van a encontrar en los tuits de legisladores nacionales y provinciales mendocinos. Ellos están en otra cosa, tuiteando, chicaneándose y mintiendo.
Otro espacio para hablar sobre pobreza es el Consejo Económico, Ambiental y Social, creado para debatir los temas que les preocupan a los referentes de la sociedad que lo conforman. De 105 proyectos o enunciados presentados, sólo dos le apuntan a la pobreza.
Uno se refiere a la administración de políticas de Estado para combatir la pobreza generando trabajo y dándole al pueblo dignidad, justicia e igualdad de oportunidades. Pretende que esas medidas contribuyan a la superación de la situación de pobreza y no constituyan estrategias o mecanismos de control social de la población, y fue presentado por Adriana Iranzo en representación de las Centrales Obreras CGT y CTA. Otro es el de monseñor Marcelo Colombo para paliar el hambre en Mendoza.
Mientras tanto está la gente que ayuda en comedores sociales y los más de 450.000 pobres que tenemos en Mendoza según Indec, y 154.000 pobres estructurales según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Estos son los hundidos que deja, entre otras cosas, la inflación, la falta de trabajo y la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos.