Apareció el dato de abril, y la inflación continúa alta. Para peor, varios factores que la determinan juegan para que sea más alta en los próximos meses. La pregunta es si pasaremos a un escalón más alto, pero estable, o se inicia un proceso más difícil de controlar.
En abril los precios continuaron aumentando, y hay varias fuerzas que empujan a un IPC mayor. El dólar está subiendo en el mundo, y llamativamente el blue está relativamente estancado; el oficial crece a un ritmo menor que los precios. Las tarifas energéticas posiblemente aumenten, y también los combustibles. Y están las paritarias con incrementos porcentuales bastante altos. Nada fácil.
El interrogante es si solo se trata de un cambio de escalón. ¿Qué significa esa expresión? Implica pasar de una tasa promedio de inflación, por ej. 25% anual (en el periodo 2007-2016) a otra mayor, como 50% de los últimos años. En pandemia fue menor, pero excepcional. Con aquellos factores recién mencionados, es posible pasar a un escalón más alto, por ej. 70% / 80%.
Estar en un escalón no significa que la inflación no cambie. Por ejemplo, en el periodo recién mencionado, hubo dos saltos fuertes, con la devaluación de inicios de 2014 y luego en 2016, pero posteriormente se volvió a la normalidad argentina.
El problema actual es que la inflación ha aumentado, sin una fuerte devaluación, señal de haber subido de escalón. Si nos mantenemos en ese nuevo nivel, claramente la situación no será buena, pero al menos se evitaría una gran crisis, esperando a un próximo gobierno que pueda afrontar este problema.
¿Es posible quedarse en ese nivel? No se sabe. El cepo ayuda un poco, al limitar la compra de dólares, aunque puede ampliar la brecha cambiaria. Sin embargo, la experiencia indica que inflaciones altas son cada vez más inestables, con la amenaza de seguir subiendo.
El gran temor es entrar en el circulo vicioso de la espiralización. ¿Cómo sería eso? Cada sector va pidiendo aumentos. Las empresas de servicios públicos exigen mayores tarifas. Los gremios piden fuertes incrementos salariales. Para no perjudicar a los exportadores, el Banco Central sigue devaluando y así siguiendo.
Esos incrementos son normales en una economía inflacionaria. El problema es que se eleve su velocidad y en forma más frecuente. Ojalá no lleguemos a esa situación.
*El autor es economista de Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL)