Están pasando cosas muy graves en la institucionalidad del país y no hay respuestas de quienes tienen que velar por la seguridad jurídica en ese sentido.
La Oficina Anticorrupción, por ejemplo, es una institución que tiene tareas fiscales en la Nación y no se puede poner a su manejo un funcionario que desatienda su responsabilidad para proteger a alguien en particular. Debe estar a cargo de quien tenga idoneidad y espíritu honesto que sirva para proteger los bienes del Estado y el interés de la población ante políticos inescrupulosos.
Otra institución vapuleada es la Procuraduría General de la Nación; quien está a cargo es una persona proba, entonces ¿por qué removerlo? Será para cooptarlo igual que a la OA.
Los partidos gobernantes (peronismo y kirchnerismo) ya han manifestado su intención de hacer lo mismo con el Juzgado Electoral y todavía resuena la embestida a la Corte Suprema. A partir de ahí la autocracia tendrá el camino allanado y la suerte de la Nación estará en juego.
El kirchnerismo cooptando a la casi totalidad de las instituciones poniendo a su cargo solo personas de la Cámpora como si ello fuera garantía de responsabilidad y honestidad y en el camino vamos viendo como jefes de Udai de Anses (Salta y Jujuy) se quedan con los Ife de la gente que los necesita, Subjefe del Inai colaborando en las usurpaciones del sur, 30.000 balas de fal que desaparecen, y ninguno del gobierno se inmuta.
Llama la atención la poca defensa de las instituciones que llevan a cabo la oposición, los grandes jurisconsultos y todos los que deben cuidar la división de poderes de la Nación que permiten el avasallamiento constante de la mayoría de las instituciones que conforman el Estado. Mientras más instituciones se cooptan más cerca se está de un régimen comunista castrista venezolano.
La Nación vive tiempos delicados y sin embargo la indiferencia general es notable.
Si le erramos al camino del progreso nos costará muchísimo retomarlo.