Eco Hábitat Mendoza (EHMza) manifiesta su beneplácito al cumplirse 75 años de vida del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), creado por Ley 1658 de 1947, organismo pionero en el país, orientado noblemente a facilitar el acceso a viviendas adecuadas a los hogares de menores recursos.
Varios miembros de EHMza hemos prestado servicios y mantenido vinculaciones profesionales con el IPV, conservando un permanente afecto, respeto y todavía sentido de pertenencia a la institución.
Es más, desde nuestras actividades en la docencia nos hemos encargado de transmitir a través de unidades académicas de universidades locales y la Red Universitaria Latinoamericana de Cátedras de Vivienda (Red Ulacav) las valiosas experiencias obtenidas en el IPV.
Como es de público conocimiento, muchos son los avatares vividos por el IPV a lo largo de su existencia, pasando épocas de abundancia y de estrechez presupuestaria, padeciendo profundos cambios en el contexto político-institucional y atendiendo emergencias por contingencias sísmicas.
Hoy, mirando al futuro, con 75 años de prestigiosa actividad, reconocemos que lo más importante es el valor de las distintas operatorias vividas a lo largo de su historia.
En este sentido, debemos reconocer que la experiencia que más nos ha marcado humanamente, tanto a lo que hace al sentido de pertenencia al IPV como a la valoración de nuestro trabajo, es el “sistema de ayuda mutua” para sectores menos organizados y de bajo poder adquisitivo.
Esta modalidad consiste en lograr la participación de los beneficiarios de la construcción de las viviendas, básicamente mediante el aporte de mano de obra. Para tal fin, se establecieron metodologías operativas en estrecha relación entre los funcionarios del IPV, los municipios y los futuros propietarios de las viviendas, conformando equipos interdisciplinarios encargados del diseño y ejecución de los emprendimientos, incluyendo necesariamente la gestión social.
Dentro de las experiencias de mayor impacto en el crecimiento socio urbano del Gran Mendoza y ciudades de la provincia, se destaca el importante avance impulsado por la materialización de barrios demandados por organizaciones gremiales, tales como bancarios, ferroviarios, viales, gráficos, petroleros y otros, que utilizaron exitosamente los beneficios del asociativismo para la gestión de la vivienda propia, siendo los principales gestores de estos proyectos las entidades cooperativas, mutuales y vecinales de urbanización y vivienda receptoras del financiamiento brindado por el IPV.
En Eco Hábitat nos identificamos como una asociación voluntaria destinada a promover y visibilizar el derecho a la vivienda segura y protegida, abordando la problemática de las personas que en Mendoza carecen de espacios residenciales adecuados.
Confiamos en que esos retos seguirán siendo asumidos por el IPV en la nueva etapa de su histórica trayectoria, mediante el estudio y ejecución de programas de reconversión del hábitat informal y oferta de oportunidades de acceso al suelo urbano y la vivienda adecuada para todos los estratos de ingresos insuficientes, asociado con los municipios y organizaciones solidarias de la sociedad civil.
* El autor es Arquitecto. Grupo Eco Hábitat Mendoza. El texto comprende también a los arquitectos Carlos Olguín y Ricardo Bekerman y a la asistente social Delia Ahumada.
