En contexto
Hace más de 200 años algunos países incorporaron la boleta única de papel (BU) en sus sistemas electorales. El proceso fue avanzando y hoy la mayoría de los países del mundo y las democracias más desarrolladas han adoptado este modo de elegir a quienes nos representan y gobiernan.
La boleta partidaria (o lista sábana) ha quedado obsoleta en el mundo entero. En América Latina sólo Argentina y Uruguay mantienen su vigencia. A nivel global la disyuntiva es BU o voto electrónico, este último con serias dudas acerca de los beneficios de su implementación. Los países que según la ONU lideran el ranking mundial en términos de desarrollo humano votan con BU.
Hoy,en virtud de que el gobernador Rodolfo Suárez propusiera la iniciativa, sin ninguna elección cercana, y acompañado por la gran mayoría de los bloques partidarios, los mendocinos tenemos el orgullo de formar parte de estas democracias que han dejado el atraso institucional atrás.
Lo que cambia
Es un enorme paso adelante: reducción del gasto político, equidad hacia los partidos más chicos, cuidado del medio ambiente, mayor trasparencia y libertad para el ciudadano. La BU perfecciona y facilita la elección del votante. Con una birome, sólo una birome, vamos a poder ejercer la soberanía popular a través del voto haciendo las combinaciones que deseemos entre las distintas ofertas electorales y sus candidatos. Nuestra voluntad será más clara, nuestra decisión más enaltecida.
Párrafo aparte merece la transformación institucional. Clubes, iglesias, uniones vecinales, escuelas, son instituciones. También lo son, por ejemplo, el poder legislativo, el poder judicial y el poder ejecutivo. La diferencia es que estos últimos tienen a su cargo la implementación de las políticas públicas que influyen directamente en la vida de todos nosotros y, lo que es más importante: su mantenimiento lo pagamos los ciudadanos. Por eso es tan importante que además de legales sean legítimas, y la legitimidad viene del modo en que se las elige. Una legitimidad originaria, que las hace más respetables y sus decisiones mejor valoradas.
Las grandes transformaciones necesitan de instituciones sanas. Ningún cambio estructural es posible si las organizaciones políticas no dan el ejemplo y se allanan frente a la voluntad popular. Es imposible, por ejemplo, pensar en la madre de todas las batallas como lo es la lucha contra la pobreza sin instituciones sólidas que lideren el proceso. La calidad institucional tiene un impacto directo en nuestra vida cotidiana. Las buenas instituciones prestan mejores servicios, son más eficientes, austeras y eficaces.
La BU nos ayuda a subir escalones en ese sentido. No es lo mismo votar de una manera que de otra. Se trata de decir cómo queremos vivir y decidir el modo en el que depositamos nuestra confianza. Ni más ni menos.
Lo que no cambia
El debate fue extenso y participativo. El oficialismo tenía la mayoría necesaria para avanzar en cualquier momento. Pero se optó por incorporar sugerencias con la intención de que todas las fuerzas fueran parte de esta victoria de las instituciones mendocinas. Lamentablemente no fue así. El Frente de Todos se opuso a algo, luego a otra cosa, luego a otra. A último momento informó que no apoyaría el proyecto. La negativa se basaba en dos aspectos: el casillero de lista completa y la necesidad de que en las elecciones unificadas con la Nación también se votara con BU.
El casillero de lista completa constituye una opción más y garantiza un derecho que ya tiene el elector. No es un invento mendocino. Existe en Córdoba, Salta y en países como Australia, Suiza, Dinamarca, Holanda, Alemania, Canadá, Nueva Zelanda, Suecia, Israel, Japón, Brasil, Bolivia y más de 110 países más. La afirmación de que esto confunde al electorado es subestimar nuestra inteligencia.
La legislación nacional obliga a las provincias a utilizar el sistema electoral nacional en las elecciones unificadas. La solución sería que la Nación incorporara a su sistema electoral la BU. Hay decenas de proyectos en este sentido en el Congreso nacional. El Frente de Todos no habilita este debate.
Si realmente éstas hubieran sido sus objeciones, hubieran votado a favor del proyecto en general y negativamente en los artículos que no acordaban, como hicieron la gran mayoría de los partidos de la oposición. Pero no, decidieron oponerse a todo .Si de ellos dependía, los mendocinos todavía votaríamos con la lista sábana.
Como siempre. No porque no.
Esto es lo que no ha cambiado, y atrasa. La BU es ley, pero merecemos una dirigencia política a la altura de las circunstancias. Que pueda ver más allá de un titular o de una frase altisonante en las redes sociales. Pareciera que mientras los mendocinos hacemos todo el esfuerzo para ir hacia adelante hay un ancla que nos hace muy cuesta arriba avanzar.
Por un futuro mejor
Los procesos sociales son más poderosos que las pequeñeces especulativas. Los mendocinos daremos una lección a quienes no confiaron en nosotros y subestimaron nuestro discernimiento. Cuando eso ocurra, ojalá esta miopía sea revisada. Allí estaremos, esperando a quienes decidan comprometerse con los mendocinos más allá de todo otro interés, para trabajar juntos para un futuro mejor. Tendremos otra oportunidad con la reforma constitucional. Esperamos nos permitan a los mendocinos, al menos, debatirla. Esa sería la mejor institucionalidad.