Sin dudas, las crisis económicas y políticas repercuten en la vida cotidiana de las personas, como así también en las instituciones. Y es en estos tiempos donde la post pandemia y el contexto de inflación han afectado a los colegios de gestión privada como así también a las familias que eligen este tipo de instituciones para la educación de sus hijos e hijas.
Claramente hablar de administración cuando la institución brinda un servicio tan esencial como la educación, resulta por lo menos poco grato; pero no por ello menos importante y cierto es que una institución de gestión privada, por más aportes estatales que reciba, se sostiene con recursos, en muchos casos escasos e insuficientes.
Y es por eso que resulta necesario abordar el tema.
Al contrario de lo que se piensa sobre las familias que asisten a los colegios de enseñanza pública de gestión privada, las crisis económicas repercuten en hogares cuyos hijos e hijas asisten a este tipo de instituciones, ya que se trata de familias que realizan un gran esfuerzo por abonar una cuota (más del 60% son padres y madres comerciantes, trabajadores estatales y trabajadores independientes). Y muchos de estos padres y madres -con otrora buen comportamiento de pago-, al sufrir el impacto de la situación económica, dejaron de abonar la cuota; y priorizaron necesidades urgentes como alimentación, vestimenta y servicios esenciales.
Es entonces cuando una institución de gestión privada con espíritu cristiano debe arbitrar otros mecanismos para garantizar que los alumnos sigan estudiando: evaluación mediante una profesional (Lic. en Trabajo Social) de la realidad de cada familia para la generación de instrumentos que permitan cumplir con los aranceles establecidos, implementación de medios de pago con facilidades de financiación, poco interés en la mora, entre otras opciones.
Por ello, se plantea el desafío de la gestión administrativa. Pero antes de referirnos a la gestión de la administración, es oportuno reseñar lo que es Administrar: se trata de la utilización de los recursos con los que se cuenta de la manera más eficiente y eficaz posible. En concreto, un colegio de gestión privada mensualmente debe abonar los siguientes servicios: luz, gas, agua, municipalidad, internet, teléfono, seguro de alumnos, entre otros.
A estos servicios se agrega el pago a docentes cuyos haberes están a cargo de la institución: docentes de Catequesis, Informática, Gabinete psicopedagógico, docentes de inglés desde Nivel Inicial hasta 6º grado, personal de mantenimiento, maestranza y administrativos.
El mantenimiento de las instalaciones y edilicio es otro valor que permanentemente fluctúa en estos momentos de variaciones de precios.
Y en este contexto, un colegio de gestión privada con aportes debe aguardar la Resolución Oficial que aprueba los incrementos de cuotas en cada uno de los niveles educativos, según el porcentaje de aporte.
Es innegable que hoy las necesidades de cualquier institución de gestión privada guardan relación con tres aspectos.
En primer lugar, con la gestión; que hace referencia a lo que se hace en procura de unos objetivos dados, y los medios y las acciones para lograr tales objetivos.
En segundo lugar, con lo pedagógico, ya que una educación innovadora, requerirá la implementación de nuevas metodologías y más motivadoras, lo cual impactará inevitablemente en lo económico (tercer aspecto), puesto que será más atractivo para cualquier familia que sus hijos e hijas reciban educación adaptada a los nuevos tiempos.
Entonces la pregunta es: ¿cómo administrar un colegio de gestión privada en contexto de inflación y crisis económica?
Sobran ejemplos de instituciones educativas que debieron cerrar las puertas por cuestiones de administración. Como también decir que esos cierres repercutieron en las familias que debieron reubicar a sus hijos en otras instituciones, sin importar la época del ciclo lectivo.
Entonces, en este difícil contexto en que se encuentran las instituciones educativas de gestión privada, realizar una buena administración resulta fundamental. Y requiere de los fundamentos principales del proceso administrativo: requiere de una muy buena Planificación, de mucha Organización, de una Dirección equilibrada y de un muy fino Control.
Una buena planificación se refiere a diseñar un plan en el que converjan las decisiones económicas tomadas por el equipo de trabajo para obtener los objetivos propuestos.
Mucha organización en cuanto al desempeño económico como resultado de la motivación y sinergia del equipo donde radican las decisiones, la inversión y la gobernanza cooperativa.
Dirección equilibrada, que indica la orientación o destino de la institución educativa.
Fino control, respecto al delicado examen periódico para comprobar si la planificación, la organización y la dirección son coherentes o necesitan de algún ajuste.
En conclusión, el equipo que dirige una institución de gestión privada debe tener fortaleza, congruencia, esforzarse en el diagnóstico, pedir ayuda, encontrar los medios adecuados y mantenerse firme con las decisiones.
* Mauricio R. Massiero es Contador Público Nacional y Docente Universitario.