La protesta

Cuando uno no está de acuerdo con las cosas que están pasando, protesta. La protesta puede ser menguada apenas si un bufido que exprese su disconformidad o puede ser manifiesta, notoria como para que todo el mundo se entere.

La protesta
Imagen ilustrativa.

Protestar es una cualidad del ser humano que expresa su animosidad de una forma más evidente que robarse una sandía abajo del pulóver.

Uno protesta por diversas circunstancias. Protesta en el mostrador de una repartición pública porque no lo atienden y él tiene cada vez más ganas de orinar, protesta contra los del banco porque tiene que hacer cola delante de un cajero que es un señor con una computadora al costado del que se desprenden una serie de seres humanos con cara de necesitar plata y que puede ser larga como sobretodo de víbora.

Protesta contra alguien o contra algo. Por ejemplo, ante su mujer si la comida está fría, o frente a algún amigo si el amigo le ha hecho una falluteada, que es como una traición a la amistad.

Protesta si el auto no le arranca, si pisó mal en la vereda por culpa de una baldosa floja, si se le acabó la yerba justo cuando estaba por iniciar el mate, si en el bono de sueldo no aparece el aumento que le habían prometido. Son innumerables los motivos que el tipo tiene para protestar y se pone mal por eso. Cambia de color la piel, se le pone levemente colorada, se le salen los ojos para afuera como ternero al que están degollando, e insulta por lo bajo o por lo alto, según sea el motivo de la protesta.

A veces protesta consigo sismo cuando ha metido la pata en alguna acción, cuando se ha olvidado de algo, o cuando hizo mal lo que tendría que haber hecho bien. Se protesta, no más destinatario de la queja que él mismo.

La protesta está contemplada en la Constitución Nacional cuando admite que el pueblo puede reclamar delante de las autoridades de turno por una promesa incumplida o por alguna cuestión que le parece injusta. Por eso se arman esas manifestaciones que recorren nuestras calles con el bombo como acompañante. El bombo es absolutamente indispensable, varias pancartas y con cantos que bien pueden terminar en las sílabas uta o erda. Y se arman unos bolonkys realmente poderosos en las arterias céntricas porque los autos se amontonan y entran a sonar bocinas, como si con las bocinas sonando pudieran solucionar el problema.

Todos los días hay en las calles de nuestra ciudad una manifestación de este tipo que hace cambiar el paisaje y desordena las cosas. Pero bueno, esa es la intención: que los otros se enteren de que están manifestando.

La protesta nos habita y no pasa un día sin que la hagamos realidad con nuestras acciones. A veces la protesta logra cosas y a veces pasa desapercibida sin alcanzar propósito alguno.

Protestar está dentro de nuestro campo de acción y ejercemos ese derecho prácticamente todos los días, con razón o sin razón, lo importante es protestar.

Somos protestatarios y está dentro de nuestra naturaleza, de nuestra forma de ser. Protestar es, de algún modo, el modo de reclamar una vida más plena. Uno grita pero por ahí se olvida que por ahí el mundo se hace el sordo.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA