Estudiantes de secundaria y familias no crean que ya arrancaron las vacaciones, porque el calendario del ciclo 2022 indica que el receso invernal se extiende desde el 11 de julio hasta el 22 del mismo mes, para dar cumplimiento a los 195 ó 194 días de clases efectivos previstos por el Gobierno mendocino para el nivel Medio (la diferencia de una jornada es según la fuente que se consulte: el Anexo IV del calendario cuenta 195, mientras que la gráfica distribuida resalta 194).
Pero los profes ya no están dando clases -dirán algunos adolescentes-. De hecho -argumentan- muchos tomaron evaluaciones, corrigieron carpetas y cargaron todas las notas que tenían hasta la semana pasada. Incluso se ha solicitado a las familias que estuvieran atentas a este proceso por los cambios que se vendrán.
El clima de vacaciones se vive al menos en las materias que tienen posibilidad de renovar docentes. Es que a partir de la semana que inicia (estaba previsto desde la pasada, pero se postergó) se abre el concurso de ingreso a la docencia 2022 para la secundaria. Previamente (el año pasado), se han dado los “movimientos estatutarios de reubicación desde disponibilidad, traslados, concentración y acrecentamiento de horas semanales”, que es el mecanismo que tienen las y los profes de mejorar su situación laboral o de abandonar su condición de “taxi” para dejar de correr como locos de una institución a otra.
Estos concursos están previstos en el Estatuto Docente (artículo 96) y se dan en cumplimiento del acta paritaria entre el gremio y el Gobierno, firmada el 11 de agosto de 2021.
¿Quiénes son los que se reubicaron, trasladaron, concentraron y/o acrecentaron horas? Los profesores que ya eran titulares.
¿Quiénes son los que están por ingresar? Las y los profesores que ya vienen dando clases en condición de suplentes -algunos desde hace muchos años- y también aquellos que no han tenido oportunidad aún de estar frente a un curso. Este grupo, además de cumplir el papeleo pertinente a su actividad, debe “acreditar no ser infractor/a por falta de emisión de voto en los últimos tres años”.
Estos movimientos han sido esperados por la comunidad docente desde hace ocho años (en 2014 se realizó el último concurso que permitió las titularidades en 2015). Era una deuda pendiente del Estado que termina dando lugar a un derecho laboral obligado por una paritaria y no porque debería ser parte de la dinámica como lo es en el nivel Primario.
Para poner en contexto se puede graficar que (según el Sistema de Consulta de Datos Educativos Nacionales) en Mendoza, la secundaria de gestión estatal de 2014 tenía: 272 escuelas con 99.192 estudiantes, 5.384 cargos docentes y 187.167 horas cátedra. En tanto, el nivel Medio de 2020 (últimos números disponibles para comparar) tiene 5 escuelas más para 10.671 alumnos más con 4.478 cargos más y 24.413 horas cátedra más.
Sin embargo -y convencida de que nunca es el momento ideal para realizar cambios, pero que eso no debe impedir que se hagan- está a la vista que nadie pensó en los otros protagonistas de la comunidad educativa: el alumnado. Las y los adolescentes vienen de un 2020 sin presencialidad, un 2021 en burbujas y una primera mitad del 2022 con presencialidad absoluta (al menos donde las condiciones de infraestructura, gas, servicios y bancos lo permitieron). Tres escenarios diferentes en dos años y medio a los que han debido adaptarse -y si bien desde la DGE se jactan de que hay más estudiantes en las aulas que en la prepandemia, se observa que no todos tienen el acompañamiento para sortear esos vaivenes-. A fin de año, habrán tenido un cuarto cimbronazo desde el 20 de marzo de 2020.
Para bien o para mal -algunos cursos extrañarán a las y los profes que se van, en tanto, otros están deseando el relevo- cuando vuelvan a las aulas tendrán docentes, preceptores y hasta secretarias y bibliotecarias nuevas. Asimismo es probable que se modifique el horario con que iniciaron el ciclo lectivo, ya que los establecimientos deberán acordar con los ingresantes “los horarios a cumplir, teniendo en cuenta las posibilidades de la institución y las necesidades del docente”.
Los grupos conocerán a sus nuevos profesores a partir del 1 de agosto, ya sea los que acrecentaron como los que se titularicen en las 18.000 horas cátedra disponibles para el concurso de ingreso. El plan original era que quienes acrecentaron (concurso que se realizó a fines del año pasado) desembarcaran en sus nuevos cursos el 1 de febrero de 2022. Sin embargo, se postergó para el 15 de julio de este año, fecha que se volvió a programar para el 1 de agosto en coincidencia con las altas de titularidad.