El 29 de octubre y el 7 de diciembre de 1874 tendrán lugar en los campos de la estancia del ex gobernador Carlos González sendas batallas que fueron claves en la continuidad del proceso que llevará a la consolidación de un Estado nacional y al surgimiento del protagonista principal de esa etapa de la historia argentina cuando logra en una generación construir una nación moderna en un desierto, Julio Argentino Roca.
Luego de la reunificación del país con las batallas de Cepeda y Pavón, un hecho externo influirá en los acontecimientos como lo fue la agresión de Solano López a la provincia de Corrientes llevando al gobierno argentino a una guerra no deseada. Es que la guerra del Paraguay, encuentra al país sin un ejército nacional, hay fuerzas dispersas en las fronteras del sur y del Chaco y guardias nacionales. En 1820 había colapsado el Estado nacional y por supuesto no hubo por más de cuarenta años un ejército nacional.
En los campos de batalla del Paraguay oficiales y tropas de distintas provincias adquieren el espíritu de cuerpo indispensable para contar con un ejército al servicio de las instituciones del Estado y no al arbitrio de jefaturas caudillistas.
En 1874 tuvieron lugar la elección de los Colegios Electorales para elegir al sucesor de Sarmiento. Su ministro de Instrucción Pública y Justicia Nicolás Avellaneda viene armando desde la exposición industrial de Córdoba una liga de gobernadores de las provincias interiores que forman el partido Nacional. Otro aspirante el vicepresidente Adolfo Alsina, jefe del partido Autonomista de Buenos Aires, resuelve declinar su candidatura y apoyar la de Avellaneda. Desde la oposición se levanta la candidatura del general Mitre, que disputa desde la década anterior el fervor popular de los porteños con Adolfo Alsina. Mitre desconoce el triunfo de Avellaneda y el 24 de septiembre estalla la revolución que no impide la transmisión del mando el 12 de octubre. “Extraña alianza de federales con porteñistas extremistas”, calificarán los diarios revolucionarios La Nación y la Prensa, a la conformación del Partido Autonomista Nacional que reúne a las dirigencias del interior profundo con el alsinismo.
Mitre encabezará a miles de hombres de la provincia que son vencidos en la Verde luego de repetidas cargas de caballería contra unos centenares de efectivos atrincherados y con artillería al mando del Coronel Inocencio Arias. En noviembre Mitre se rinde en Junín y pasa a ser enjuiciado con el Código que junto al Brigadier General Tomás de Iriarte redactara. Iriarte presidirá el tribunal: será condenado a la pena de muerte, pero Avellaneda lo indulta.
El que se suma es el general José Arredondo, oficial siempre vinculado a Mitre, como Ignacio Rivas que participa de la rebelión vencida en la provincia de Buenos Aires. Es Arredondo jefe de la frontera de Córdoba y Cuyo y tiene su comando en Villa Mercedes. El asesinato del general Teófilo Iwanoski, leal al gobierno nacional inicia las operaciones. Arredondo se dirige a Córdoba buscando la incorporación de las milicias santiagueñas de Antonino Taboada. Ni en Santiago del Estero ni en Corrientes, donde el mitrismo predominaba, se mueven tropas en apoyo de los sublevados.
Por su parte su subalterno, el jefe de la frontera en Córdoba, el coronel Julio Argentino Roca con comando en Rio Cuarto permanece leal al gobierno nacional, conducta que tendrá en toda su carrera militar. Ante la diferencia de efectivos unos centenares frente a cuatro mil se repliega a Villa María y luego a Bell Ville, para controlar el ferrocarril a Rosario.
En las dos presidencias anteriores se construyen unos siete mil kilómetros de telégrafos y mil quinientos de ferrocarriles. Estos cambios ya influyen en la guerra, desde Buenos Aires el presidente Avellaneda y Sarmiento están en contacto permanente con Roca que es designado comandante en jefe del ejército del norte en operaciones contra Arredondo. A este avance en infraestructura se agrega el equipamiento moderno del ejercito que concreta Sarmiento con los fusiles a repetición, las ametralladoras y cañones similares a los europeos.
Arredondo ante la ausencia de los santiagueños retrocede hacia Villa Mercedes y luego sigue a San Luis donde el gobernador Lindor Quiroga lo apoyaba y penetra en territorio de Mendoza.
La provincia estaba gobernada por Francisco Civit, leal al gobierno de la nación que envía sus milicias al mando del teniente coronel Amado Catalán a enfrentar a los rebeldes. El 29 de octubre tiene lugar la batalla. Las fuerzas mendocinas de Catalán resisten durante una hora las cargas de Arredondo que se repliega no siendo aprovechado por el jefe mendocino para atacarlas. Luego de una breve pausa Arredondo arremete otra vez y al caer muerto el teniente Coronel Catalán se desmorona la resistencia a pesar de los esfuerzos del mayor Rufino Ortega. Centenares de mendocinos pierden la vida en esta batalla. Arredondo controla ahora Mendoza, pero esto es solo el preámbulo de la batalla del 7 se diciembre, que significará el inicio de un cambio de época en la Argentina, que dura cuarenta años.
* Presidente de la Academia Argentina de la Historia. Miembro de la Comisión Directiva del Instituto Argentino de Historia Militar.