El del próximo domingo será un balotaje singular. Hay dudas como pocas veces se observó. Es probable que muchos decidan el voto cuando, sobre en mano, ingresen al aula (cuarto oscuro) para elegir, o no, una de las dos boletas.
Esa situación ya se observaba previo a las dos elecciones anteriores. Por algo fallaron tanto este año las encuestas. La división de la oferta opositora clásica fue la que más influyó en la desorientación. Con ello especuló el oficialismo.
Al respecto, se comenta que el objetivo inicial de Massa, y su entorno, se enfocaba en un segundo puesto que fuese superador de lo logrado en las primarias y con una diferencia porcentual no muy lejana de un Milei al que todos daban como ganador, pero sin llegar a definir en primera vuelta. Confiaban en el peronismo alineado detrás de Massa en un balotaje convertido en recta final hacia una victoria segura, cumpliendo aquello de que el que termina segundo en la elección inicial seguramente gana en segunda vuelta.
Sin embargo, el massismo fue aquella noche del 22 de octubre el primer sorprendido con el resultado obtenido. Por supuesto, que hubo mucho para festejar, en especial por aquello de que “a caballo regalado no se le miran los dientes”. El porcentaje obtenido no quedó tan lejos de un triunfo ese mismo día porque Milei no sumó con respecto a las primarias de agosto. Sin embargo, la duda entre muchos en el peronismo es poder determinar si aquel 37 por ciento logrado por el ministro-candidato se encuentra cerca del techo electoral, teniendo en cuenta que desde el punto de vista histórico se trató de una muy pobre elección para el PJ.
Y del otro lado de la competencia también surgieron interrogantes cuando se comprobó que Milei no había crecido en porcentaje de votos con respecto a las PASO. A partir de esa comprobación entre dirigentes se pensó en un necesario repunte de cara a noviembre como consecuencia del esperado vuelco de una parte de votantes de Patricia Bullrich desencantados con el resultado electoral de Juntos por el Cambio. También por el aporte que puede significar para las aspiraciones de La Libertad Avanza el rápido acuerdo sellado con Macri.
No caben dudas de que el entendimiento entre el libertario y el ex presidente hizo ruido puertas adentro de la propia estructura que conduce Milei. El apretón de manos con el fundador de Pro generó y genera polémica. Están los que dicen que Macri, durante su gestión, no fue lo suficientemente liberal y por eso virtualmente fracasó. Pero también están los que dicen que el ex presidente ahora reflexionó sobre esas carencias y por eso apoya entusiastamente las propuestas de Milei.
De todos modos, el resurgimiento del estilo de Milei durante la última semana parece haber calmado a los más molestos. Ese regreso al estilo del “león rugiente” se dio en gran medida en nuestra provincia. Llegó a Mendoza con la expectativa de volver a congregar a sus simpatizantes y lo logró largamente. Fue el del jueves un marco importante, que difundió a través de redes sociales y medios de comunicación la vuelta a la mística libertaria que tanto sedujo en los dos últimos años a seguidores y votantes.
En el plano local, no hay dudas de que los demócratas celebran el resurgimiento que les impuso sumarse al espacio liderado por Milei. Los comodísimos triunfos en primarias y generales hacen pensar en un resultado similar o mejor el próximo domingo. Será un aporte a lo que logre el candidato presidencial, porque la cosecha partidaria ya la obtuvo el PD el 22 de octubre al imponer dos de los tres diputados que ingresarán al Congreso en diciembre por la alianza con los libertarios.
Entusiasmado, Carlos Balter, referente histórico demócrata y titular del partido a nivel nacional, comentaba luego del reciente acto en Mendoza que en su espacio se identifican con Mieli, entre otras razones, porque expresa los mismos preceptos liberales que tradicionalmente han caracterizado al centenario partido. “Indudablemente lo sabe transmitir mucho mejor que nosotros”, reconocía risueñamente el dirigente en declaraciones a un medio local.
Curiosamente, el PD tendrá desde diciembre más legisladores a nivel nacional que en el ámbito provincial. Se advierte en este caso la diferencia entre el protagonismo partidario dentro de La Libertad Avanza y la más módica participación dentro de La Unión Mendocina (LUM) creada por Omar de Marchi. Por ello Balter indicó en una reciente entrevista con Los Andes que en lo sucesivo el PD no formará parte de ninguna coalición, como ya viene ocurriendo desde que dejaron de pertenecer a Cambia Mendoza.
El viento a favor que ya significó Javier Milei para los demócratas mendocinos, al margen del resultado de la inminente segunda vuelta, probablemente le sirva al PD para intentar reacomodarse en el tablero político provincial. Esa orientación ahora libertaria y el espacio creado por De Marchi pueden intentar reconstituir el modelo de tres patas partidarias que dominó en la política mendocina durante muchos años, en especial desde la recuperación democrática de fines de 1983. Todo dependerá de cómo resuelvan en LUM los problemas generados por la crisis en Las Heras y el relativo aporte de nombres del peronismo que se sumaron. Además, ver si los muy diferentes posicionamientos de sus referentes a nivel nacional no termina desgastando el funcionamiento en el plano local.
Serán tiempos de desafíos importantes para los dirigentes demócratas, que gozan en estos momentos de un resurgimiento no pensado poco tiempo atrás. No quedan dudas de que la foto de Milei en las boletas del cuarto oscuro fueron determinantes para el porcentaje que obtuvieron y los diputados nacionales que lograron ubicar. Mientras tanto, disfrutan de este presente y sólo les queda saber el rol que les corresponderá desempeñar desde diciembre, si oficialistas u opositores. Faltan sólo siete días para saberlo.