Escucho a Serrat cantando aquellos inolvidables versos de Machado: “Todo pasa y todo queda/, pero lo nuestro es pasar/, pasar haciendo caminos/, caminos sobre la mar”. Y me pongo a pensar en el significado de ese “pasa”, frente a lo que dice quien afirma “me pasé”.
Una vez más, recurro a la fuente académica para descubrir la polisemia de este verbo “pasar”, que tanto usamos en la vida diaria.
Indudablemente, los versos citados aluden a que, en la vida, los seres y las cosas transcurren su existencia, ocurren, acaecen, se suceden unos a otros. Y en ese permanente devenir, “pasar” puede ser equivalente a “morir”, siempre acompañado por otra voz que determine esa significación: “Ya pasó a mejor vida”. También, se dice de algo que se ha acabado, que ha dejado de ser: “Ya pasó su época de gloria”.
En cambio, el que, en actitud triunfalista, se jacta de “pasarse”, está aludiendo a que, en relación con una determinada acción o hecho, la persona ha excedido los límites, que ha llegado en demasía a un alto grado de calidad: “Se pasó de amable” y “Se pasa de simpática”.
Las acepciones que encontramos para “pasar” son numerosas, pero vamos a considerar las que nos llaman la atención y aquellas que forman locuciones. Veámoslas en ejemplos:
”En este año, pasé por muchos altibajos”: el valor aquí es el de “sufrir, tolerar, soportar”.
”A veces, es preferible pasar por (de) ingenuo”: en este contexto, “pasar” es equivalente a “ser tenido en determinado concepto u opinión”.
”En la casa de cambio, no podrás pasar esos billetes”: dicho de la moneda, se usa “pasar” para señalar que es admitida sin reparo o por el valor que le está señalado.
”La novedad pasó de una ciudad a otra”: el valor aquí es el de difundirse o propalarse.
”La pandemia pasó de un hombre a su amigo”: en este caso, “pasar” equivale a “contagiarse, extenderse, comunicarse de unos a otros”.
”Pasó la noche en el campo”: este valor es el de “estar durante un tiempo determinado en un lugar o en una situación”.
”Se me cerró la garganta y no me pasa bocado”: aquí significa “deglutir, tragar la comida o la bebida”.
”No logro pasar el hilo por ese agujero”: equivale aquí a “enhebrar, introducir algo por el hueco de otra cosa”.
”Se pasó de castaño oscuro”: aquí se ha querido indicar que se ha ido más allá de un punto determinado y que se han excedido los límites”.
”Pasé rápidamente las hojas del nuevo libro”: claramente, aquí “pasar” es “recorrer, leyendo o estudiando, un texto”.
”Les pasé a los alumnos un corto nacional”: el valor, en este caso, es el de “proyectar una película”.
”Me aseguró que la va pasando bien”: en este ejemplo, hemos querido señalar “vivir, tener salud”.
”Lo pasado, pasado (pisado)”: es una expresión que se usa para exhortar a alguien a olvidar o perdonar los motivos de queja o de enojo, a obrar como si no hubieran existido.
”Es evidente que te pasaron por alto”: el verbo “pasar” actúa como “omitir, olvidarse, no tener presente, prescindir, ignorar”.
”Pasó de largo”: puede indicar que alguien no se detiene a examinar algo y no repara ni reflexiona acerca de ello.
”Es deshonesto pues por donde pasa, moja”: se trata de una expresión coloquial que alude a quienes, cuando manejan caudales, suelen aprovecharlos de modo lícito o no.
”Afortunadamente, goza de un buen pasar”: nos enfrentamos a una locución sustantiva usada para explicar que alguien goza de medianas comodidades.
”Nervioso, se pasaba la mano una y otra vez por la barbilla”: aquí “pasar” significa “llevar algo por encima de otra cosa, de modo que la vaya tocando”.
”Sus padres no pusieron obstáculo alguno para el proyecto”: en este caso, nuestro verbo equivale a “no oponer reparo, censura o tacha en algo”.
”Perdone, se me pasó hacer mención de ese dato”: aquí, quisimos decir que se ha callado u omitido algo de lo que se debía decir o tratar”.
”Me parece que, una vez más, le pasaron por encima”: en esta oportunidad, quizás quisimos decir que se cometió un atropello o que, en un empleo, alguien de menor rango se anticipó a quien, por su categoría, debía entrar en él”.
”Se quiso pasar de listo”: la persona a la que se le atribuye la acción intentó, equivocadamente, mostrarse, en una actividad, más brillante que otros.
”No puedo aún pasar ese mal trago”: en este contexto, “pasar” toma el significado de “sufrir, tolerar, sobrellevar”.
”Es necesario pasar ese líquido por un buen tamiz”: se hace aquí sinónimo de “colar”, “filtrar”.
”Lo dejó pasar otra vez”: esta acepción es equivalente a “disimular, no darse por enterado de algo”.
”Hábilmente, le pasó la pelota y pudieron convertir el gol”: en el ámbito deportivo y dicho de un jugador, significa “entregar el balón a otro de su mismo equipo”.
”Pudieron entonces pasar a cenar”: el valor que toma “pasar” es “proceder a una acción o a un lugar”.
”Enojado, le pasó factura por lo acontecido”: la locución “pasar factura” toma el sentido de “hacer pagar las consecuencias de una acción o de un comportamiento”.
”Eso ya pasó a la historia”: la frase “pasar a la historia” puede tener dos valores; en este ejemplo, significa que un tema o asunto ya perdió vigencia, actualidad o interés. Pero en “Ha pasado a la historia como un hombre ejemplar” la frase toma el significado de “trascender, ser recordado por su gran importancia o carácter único”.
En relación con el párrafo inicial, advertimos el significado de “Tiempo pasado, jamás tornado”, paremia que nos hace meditar acerca del irremediable e inexorable transcurrir del tiempo, que fluye y se escapa para no volver; el dicho es reflejo de la caducidad de la vida, en todas sus manifestaciones.
Y terminamos con un refrán que nos lleva a reflexionar: “Las leyes son como las telarañas: atrapan a los mosquitos y dejan pasar a las avispas”. Allí, claramente, el valor de nuestro verbo es el de “cribar, filtrar, depurar” y muestra la inequidad del castigo para los que cometen delitos menores y los que delinquen en grandes proporciones.
*La autora es profesora Consulta de la UNCuyo