Argentina más que un país dependiente es un país subdesarrollado. Porque un país dependiente es aquel que no goza de independencia o soberanía, es decir que depende o es gobernado por otro país. Mientras que un país subdesarrollado es aquel que tiene un bajo nivel de producto interno bruto (PIB), es decir un bajo ingreso por persona y que además presenta problemas de índole social, cultural y político, lo que conlleva a frenar su expansión en todo sentido. Aunque también siempre necesita del capital de otro país o países, como nosotros.
Pero en un país vive gente de diferentes pensamientos, por eso es importante comprender que todos necesitan la legalidad de sus ideas siempre que no sean obstáculo al libre pensamiento, al libre decir y a la verdadera Justicia. Es decir una libre convivencia legítima dentro de un verdadero diálogo sin “vivezas criollas”.
Otro de los problemas fundamentales que tenemos es que somos exportadores de productos con poco valor agregado e importadores de productos manufacturados, por lo tanto nos vamos endeudando y alejando del progreso de las naciones industrializadas cada vez más. Por lo tanto, la economía de nuestro país depende del clima, la cosecha y del precio internacional de las commodities, y al contar con una insuficiencia industrial nos vemos obligados a endeudarnos, con préstamos muchas veces mal utilizados.
En consecuencia para salir de dicho colonialismo debemos cambiar la estructura productiva. Y todo cambio de la estructura económica social del país debe implantarse desde adentro, sin esperar un mesiánico. Y toda lucha contra la dependencia económica es la contienda por el desarrollo nacional.
*Rubén Peretti - Especial para Los Andes