La ampliación de los BRICS muestra una estrategia clara: extenderse a los emergentes medianos. Este mismo año de 2023 el PBI de los cinco países de este grupo superó al PBI del G7. De acuerdo al PBI por PPA (paridad por poder adquisitivo), el primero reúne al 31% y el segundo al 29,8%. Es que el ritmo de crecimiento es diferente. Mientras Europa crecerá este año 0,6% y Estados Unidos algo más de 1%, India lo hará más de 5% y China se mantendrá cercano al 5%, pese a sus dificultades coyunturales. La población del grupo de potencias emergentes es casi la mitad de la mundial: 47%.
En cambio, las economías desarrolladas con sistema político de democracia liberal reúnen el 9,8% de los habitantes del mundo, es decir, tienen la quinta parte de la población de sus supuestos rivales. Ahora, con la incorporación de seis nuevos integrantes al BRICS (Egipto y Etiopía por África, Irán de Oriente Medio y Arabia Saudita y los Emiratos Árabes por las Monarquías del Golfo, y Argentina por América Latina) se constituye un grupo de once países que reúnen el 37% del PBI por PPA, y más de la mitad de la población. Los nuevos BRICS poseen la mayor parte de las reservas mundiales de petróleo y gas, así como una gran cantidad de recursos naturales, incluidos los alimentos.
Pero también reúnen una gran capacidad en lo científico-tecnológico. La reciente llegada a la Luna de una misión de la India hace que hoy tres de los cuatro países que han llegado al satélite de la Tierra integren el grupo: China, Rusia e India. En el campo nuclear, de los cinco BRICS originales, tres tienen la bomba atómica. De los nuevos seis integrantes ninguno, pero Irán va camino a alcanzarla.
De América Latina, la inclusión de Argentina parece lógica, dado que México no ha mostrado urgencia de integrar el Grupo, cuyo objetivo es la “concertación de políticas”, no constituir un organismo internacional. No pretende ser como la ONU a nivel global o la OEA en el ámbito continental. El BRICS tiene una estructura flexible similar a la del Grupo de Shanghai y otros similares.
El G20 es quizás el grupo más relevante que tiene este tipo de característica flexible, que no tiene estructura permanente y que funciona con presidencias rotativas anuales. A él pertenecen, además del G7 y los BRICS, el denominado MITKA, que reúne a los países medianos del G20: México, Indonesia, Turquía, Corea del Sur y Australia. Dos países no integraban ninguno de los tres grupos: Argentina y Arabia Saudita, y ellos son ahora miembros del BRICS, que pasa a estar integrado por siete de los países del G20. Arabia Saudita es el único árabe del G20 y ahora es miembro del BRICS. De aquél primer grupo -quizás el más trascendente desde la crisis financiera de 2008-, de América Latina son tres: México, Brasil y Argentina. Estos dos últimos países sumados en el ámbito del Mercosur -que también integran Uruguay y Paraguay- constituyen la primera potencia alimentaria del mundo por su producción y exportaciones, y esto le otorga relevancia. La próxima Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 tendrá lugar en la capital de la India, Nueva Delhi.
Mientras el G7 tiene una homogeneidad de regímenes políticos, el BRICS muestra una diversidad, que se acentúa con las recientes incorporaciones. Los dos latinoamericanos de los once son democracias representativas, coincidiendo en esto con el G7. Pero en realidad son la excepción. Son democracias de baja intensidad los tres integrantes de África: Sudáfrica, Etiopía y Egipto. Rusia es una democracia autoritaria y China un autoritarismo. Las dos monarquías del Golfo no son constitucionales, sino absolutas. Irán también puede ser denominada como una democracia autoritaria, además de un régimen teocrático.
La India es la democracia más grande del mundo por su cantidad de votantes -además del país más poblado del mundo y el quinto PBI- y es una democracia imperfecta similar a la de Brasil y Argentina. Llama la atención que el país musulmán con mayor población, que es Indonesia, y que además integra el G20, no haya sido incluido cuando se analizaron las incorporaciones en esta XV Cumbre. Respecto al conflicto de Ucrania, las posiciones de los once BRICS son diferentes, aunque ninguno de ellos se ha sumado a las sanciones a Rusia impuestas por los países del G7 y la Unión Europea.
De los seis nuevos integrantes, su posición respecto a Estados Unidos es diferente. Irán es un enemigo frontal; Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Egipto tienen intereses regionales coincidentes con Washington, pero detrás de esta situación hay que considerar la reciente recomposición de las relaciones entre Teherán y Riad, promovida por Beijing.
Las dos fuerzas opositoras en Argentina han anunciado en el contexto de la campaña electoral su intención de abandonar los BRICS de llegar al poder. No parece algo prudente. Es que el grupo presenta oportunidades, pero no impone obligaciones.
*El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.