El Gobierno obtuvo la aprobación final de la adhesión provincial al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) con la comodidad que le da el número de legisladores con que cuenta y por la división que se observa en sectores de la oposición. La negativa del justicialismo no alcanza para frenar propuestas como la citada, porque los restantes sectores representados en la Legislatura chocan con sus propias divisiones.
En línea con el pensamiento del Gobernador, el RIGI constituye un régimen normativo con el que se pretende atraer inversiones en agroindustria, infraestructura, minería, gas, petróleo, etc. En estos momentos el plan sintoniza claramente con la decisión de Alfredo Cornejo de reorientar la actividad minera en lugares y con métodos que se encuadren con la normativa provincial vigente. No se debe olvidar el énfasis puesto en la reciente visita del embajador de China en Argentina junto a un grupo de empresarios de su país.
En cambio, quienes se oponen a este mecanismo de incentivos surgido de la Ley Bases consideran que, tarde o temprano, la legislación restrictiva vigente en cuanto a la minería va a resultar vulnerada. Y se insiste con cuestiones referidas a la defensa de la soberanía y a la vigencia de la industria local y nacional en cuestiones energéticas.
Al margen de dichas declamaciones, en el Ejecutivo local buscaron prontamente salir al cruce de lo sucedido en la provincia de Buenos Aires, que perdió la posibilidad de una notable inversión internacional (30 mil millones de dólares) para GNL por el capricho del gobernador Kicillof de no adherir al régimen en cuestión por razones meramente ideológicas. Se ha comentado que hasta el presidente Milei habría lamentado que dicho emprendimiento no tuviese como destino Bahía Blanca, aunque sin dejar de valorar el astuto aporte que hizo el gobernador de Río Negro para llevarse el premio.
Por otro lado, también esta semana trascendió la expectativa que existe en el gobierno provincial por la posible reactivación de las obras públicas a cargo de la Nación, que son muchas e importantes y sobre las cuales los mendocinos no distinguen autoría o jurisdicción. No es un detalle menor.
Este paso, de la reanudación de obras, según lo informado, podría darse a partir del último trimestre del año y surge luego de reclamos que efectuaron Cornejo y otros gobernadores en general (tanto de Juntos por el Cambio como del PJ) para intentar ablandar la cerrazón mileísta en dicho asunto. Desde todo punto de vista le conviene tanto a las autoridades nacionales como provinciales el avance o terminación de dichos trabajos en vísperas de un año electoral que influirá sobremanera en el armado de los espacios llamados a competirle al sector libertario.
Volviendo al cuadro de situación de la oposición local o a los socios políticos del espacio oficialista liderado por el radicalismo, la que termina fue una semana de muchos sacudones.
Probablemente el escándalo mayor se esté registrando por estos días en las filas de Pro, ahora conducido por el sector demarchista que lidera Gabriel Pradines. Apareció sorpresivamente una sanción de la Justicia al partido por no presentar los balances del año pasado. A raíz de dicha medida Pro no podrá recibir durante un año contribuciones, subsidios y cualquier otro recurso de financiamiento público. Justamente, durante el año electoral.
Esta situación produjo un intercambio de acusaciones bastante grotesco. Del lado del nuevo oficialismo partidario, Pradines salió a través de las redes sociales a criticar a la vicegobernadora, Hebe Casado, y a Guillermo Mosso, quienes aspiraban a conducir el partido “amarillo”, “ya que no hayan cumplido con algo tan básico como presentar los balances”. Expresó Pradines su anhelo de que el Tribunal de Disciplina partidaria adopte medidas disciplinarias contra los contrincantes derrotados en la interna y mandó tranquilidad a los afiliados del partido en cuanto al orden que, dice el presidente del Pro, va a imperar de ahora en más.
Guillermo Mosso, por su parte, no tardó en responderle a Pradines y responsabilizó por la anomalía a la gestión que tuvo la intervención del partido, que estuvo a cargo de Darío Nieto. El ir y venir de acusaciones fue algo muy parecido a una pelea de consorcio. Recuérdese que Darío Nieto fue secretario de Asuntos Presidenciales durante la gestión de Mauricio Macri.
Además, hay un planteo de la nueva conducción del partido “amarillo” para que sus legisladores, no alineados con el gobierno de Cornejo, sean en adelante los que se identifiquen con el nombre partidario, por lo que les reclaman a los macristas de Hebe Casado, encabezados por Mosso, que busquen otra denominación. Tarea para un buen café.
A propósito de Omar de Marchi, siempre se emiten conjeturas sobre su destino político en nuestra provincia. Debe recordarse que mantiene su lugar en la Jefatura de Gabinete del Poder Ejecutivo Nacional y, conforme a su estilo, se puede suponer que se desempeña en forma más cómoda a partir de la asunción del dialoguista y consensual Guillermo Francos en lugar del muy criticado Nicolás Posse.
De Marchi tiene pendiente, indudablemente, reacomodar el espacio que creó para competirle la Gobernación a Alfredo Cornejo el año pasado. La Unión Mendocina fue creada con la premisa de priorizar los intereses de la provincia por encima de ideologías y encolumnamientos de sus integrantes en el plano nacional. De por sí, un planteo complicado. Pero, sin duda, el escándalo que surgió en Las Heras con Orozco (al que eligió como candidato a vicegobernador) hizo temblar a la coalición, que, a pesar de todo, obtuvo un muy digno porcentaje detrás de la fórmula oficialista.
Se sabe que De Marchi suele mantener buena relación con todos los sectores partidarios provinciales, en general, porque su vínculo con Cornejo y el sector radical que lo sigue está roto. No así con radicales que no comparten la forma de gestionar del Gobernador.
Lo significativo es que, salvo por el lado del peronismo, la mayoría de los sectores partidarios apuestan a que al presidente Milei le vaya bien con la gestión emprendida. En el caso de Cornejo, como ya hemos visto, por considerar que la política de equilibrio fiscal que lleva a la práctica la actual administración nacional va en línea con lo que pregona el radicalismo gobernante aquí desde fines de 2015, entre otras razones y coincidencias.
En esa línea, si se piensa ya en las elecciones del año próximo también hay especulaciones. Cuesta imaginar armados todavía. Para ello varios deberán definir por dónde quieren encarar. Por ejemplo, ¿Luis Petri continuará en el gabinete de Milei o será cabeza de lista de diputados nacionales con el propósito de afianzar a los libertarios aquí?
Al día de hoy el cornejismo está en línea con la Nación y difícilmente esa proyección varíe en los próximos meses. Aunque muchos observadores de la política tienen una duda: ¿se repetirá en la elección nacional el rotundo triunfo de la lista libertaria, como el año pasado? En esa oportunidad Cornejo debió conformarse con colocar en el Congreso sólo un diputado. Habrá que esperar la evolución de la política económica nacional antes de decidir qué hacer. Es que con la posibilidad de elecciones separadas que tiene el sistema en Mendoza, no hay dudas que Cornejo puede llegar a priorizar lo que ocurra aquí para asegurar una representación legislativa que lo conforme hasta el final de su mandato. ¿El Congreso? Puede llegar a ser otro cantar.
Por último, varios lamentaron que no se hiciera presente ayer en Mendoza la vicepresidenta de la Nación. Victoria Villarruel adujo otra vez un problema de salud para justificar su repentino faltazo. La esperaban Cornejo y el intendente lasherino Lo Presti para el principal acto recordatorio del General San Martín. Su sola presencia hubiese hecho trascender mucho más a las actividades protocolares previstas.
Justamente, el viernes la Vicepresidenta había sido excluida del acto anual de camaradería de las Fuerzas Armadas, presidido por Milei. No es la primera vez que ocurre algo así. Ella dijo que no se la invitó ni desde la Presidencia ni desde el Ministerio de Defensa, la cartera de gobierno a cargo de las Fuerzas Armadas. ¿Habrán sido esas las razones para no venir a Mendoza? ¿Un nuevo enojo con Milei le generó otro malestar físico? Ya trascenderá. O tal vez no. Lo cierto es que un allegado al peronismo no K comentó entre risas: “Al final, la Vice se lleva mucho mejor con nosotros…”.