Los patrimonios vienen sufriendo el abandono y el etnocidio cultural de los pensamientos ideológicos embarcados en la desidia de la globalización, como contraposición a ello surgen “los recuperadores” que venimos siguiendo este proceso y gestionando acciones en defensa de esos indefensos.
En este transitar llegamos a la “salvaguarda temprana” del Monumento Nacional del Oratorio del Alto Salvador (1986), que luego del abandono y derrumbe (2011-2012), transita la restauración y puesta en valor (2018–2021), trabajos a cargo de quién suscribe, presidente de la Ong Recuperadores de Historia&Patrimonio Cultural, a quien encomienda los trabajos de restauración de emergencia el juez Salvador Antonio Arnal, su benefactor.
El edificio fue presentado y defendido por “los recuperadores ante el Consejo Provincial de Patrimonios sobre la restauración de la “Capilla Oratorio” que en la actualidad se encuentra en restauración.
El Oratorio de Alto Salvador (1840-1852)
Es uno de los edificios patrimoniales más antiguos de la provincia de Mendoza, anterior al terremoto de (1861), construido en la finca de El Alto de la Esperanza, por iniciativa de su propietario don Norberto Morán, quien se encontraba preocupado por el bienestar espiritual de su familia y de sus trabajadores pues la parroquia más cercana era la de Nuestra Señora del Rosario del Retamo (actualmente Junín).
Transcurre el año de 1840 en el que solicitó a las autoridades eclesiásticas la autorización a fin de construir en su propiedad una capilla para esos fines.
El derrotero siguió el expediente en los órdenes jerárquicos de la época, siendo autorizada la construcción de la capilla-oratorio bajo la dirección del franciscano Fray Antonio Aragón, los que fueron finalizados en (1852).
En ese año, informado el Obispado de Cuyo de la terminación de la obra, envía desde San Juan diversas inspecciones, quienes dictaminan que está todo apto para el culto y de acuerdo a lo que dispone el Derecho Canónico.
Entonces se autoriza su habilitación y se lo consagra al culto público, para la expedición de todos los sacramentos de la Iglesia.
Don Norberto Morán recibe el derecho de patronato, transmisible a sus sucesores a título universal o particular, todo por resolución de quien estaba a cargo del Obispado de Cuyo (San Juan), en sede vacante, el Presbítero Timoteo Maradona.
El Oratorio se coloca bajo la advocación de “Cristo Salvador”, de donde deviene el cambio de nombre de la localidad que pasa a llamarse El Alto del Salvador.
La Capilla Oratorio tiene forma de “T” con la cúpula de gajos sobre tambor octogonal que define el espacio de capilla cerrada, la nave principal abierta a los oriundos de la época y “el Campanario-Mangrullo”* que fue por décadas, uno de los símbolos del bien, adicionado al oeste de la nave el museo regional Fray Antonio Aragón, que exhibe diferentes objetos religiosos y de la época.
Los recuperadores venimos inventariando “los patrimonios” y relevando su desaparición, aunque sus muros se resisten, agobiados por la “etnofagia” que interviene desde el gradualismo de las culturas dominantes de la globalización, sometiendo a América Latina a una crisis de razón y axiología patrimonial, observando este proceso en otros bienes:
§ Hotel de Los Inmigrantes, derrumbado (2016) – Junín.
§ Casona de la familia Citón, derrumbe progresivo (2016-2022), Junín.
§ Unidad Ambiental: Casona del Solar Histórico, El Molino Harinero del general San Martín, Acequia de La Patria Abandono y derrumbe progresivo. (2016–2023), Junín.
§ Casona de la familia Di Paola, abandono y derrumbe progresivo. (2011-2023), San Martín.
§ La “Villa Susana” Tres Porteñas, abandono y derrumbe progresivo (2011-2023), San Martín.
La cultura de la dominación busca devorar a las múltiples culturas populares de las sociedades latinoamericanas, no se propone la destrucción mediante la negación absoluta, sino su disolución gradual respecto a que la identidad “les engrasa las ruedas a la globalización y el progreso”.
La seducción, la destrucción de la memoria a través de la desaparición de los patrimonios y en forma metafórica el fuego como consumación.
El multiculturalismo es la ideología que la globalización necesitaba para poner en práctica a fondo la “etnofagia universal” de la mano de la globalización del capital.
* El autor es Arquitecto y restaurador del Grupo Recuperadores de Historia & Patrimonio Cultural.