Marketing político: las emociones votan

El conjunto de encuestas publicadas, si bien no marca un posible ganador, acierta en el alto número de indecisos y expresa el disconformismo latente.

Marketing político: las emociones votan
Hay un descontento frente a las elecciones que se verá reflejado en las urnas. Foto: Archivo Los Andes

Tomando la temperatura emocional de la sociedad, en las próximas PASO se dará un fenómeno único en la historia de la democracia argentina, reflejando el desorden que vive el país donde ningún partido conseguirá una mayoría importante de votantes. El escenario, con alta probabilidad de ocurrencia, indica que El Frente de Todos no hará una buena elección a nivel nacional y la coalición Juntos por el Cambio conseguirá, en el otro extremo, un número significativo de votos, pero sin un dominio absoluto. Los resultados finales mostrarán polarización y fragmentación entre partidos quitándole votantes a los dos grandes contrincantes (analizo, interpreto y llego a estas conclusiones con métodos no tradicionales de investigación, como el metaanálisis de encuestas, agregando información cualitativa obtenida de la observación y la escucha del método etnográfico).

Nunca se había presentado en la historia de los últimos tiempos que los argentinos estuvieran transitando por una niebla tan espesa y oscura de incertidumbre. Las mentes agobiadas por la desesperanza, la apatía y el agotamiento por una situación social y económica en caída libre, encerrada por el miedo al “bicho chino”.

A esto se suma la confrontación entre los que deberían dialogar para solucionar, en vez de profundizar el mito de “la grieta”.

Se equivocarán los encuestadores en las predicciones, no solo por ese estado de movimiento desordenado del electorado. Si no también, por el número alto de rechazos a contestar encuestas y por las metodologías que utilizan que no penetran en los sectores socioeconómicos bajos, especialmente con las entrevistas telefónicas. Se alejaron, por costos y la inmediatez exigida por los interesados, de la rigurosidad de los métodos estadísticos confiables.

Se producen, en definitiva, problemas de representatividad en las diferentes mediciones, con errores altos en las estimaciones, incrementando el sesgo de los datos, relativizando la confiabilidad. Los resultados de las encuestas ahora son engañosos, aunque son aceptados por muchos que quieren saber qué pasará, a pesar de las advertencias, por la necesidad de tomar decisiones. El conjunto de encuestas publicadas, si bien no marca un posible ganador, acierta en el alto número de indecisos y expresa el disconformismo latente. Es tan profunda la transformación del electorado argentino que los políticos no se adaptaron y ahora no están a la altura de la circunstancia: ni los que gobiernan ni la oposición que hizo muy poco.

Cambiemos dedicó tiempo valioso a confrontar sin una posición política firme, con argumentos sólidos. Hay suma cero en el Frente de Todos y en Cambiemos: tanto Alberto, Cristina y Macri, como principales promotores, producen consecuencias negativas que espantan al votante.

La propaganda es la formalización del relato político. Se estructura y genera significados que movilizan a la gente cuando está técnicamente bien ejecutada para persuadir. Los mensajes que difunden los principales candidatos en Mendoza soslayan lo que la gente precisa y quiere escuchar. Además, técnicamente, falta innovación creativa y son campañas de propaganda sin entusiasmo, que no encantan a la gente.

¿Qué comunican? Los mensajes de Anabel, que no se despegó de Cristina y está en el imaginario como su fiel representante, hablan de volver a creer y a crecer coincidiendo con el mensaje de presidencia de la nación de reconstruir el país después de la destrucción macrista. Dice que las soluciones estarán en los acuerdos, dando a entender que esta propuesta del FdeT está encadenada al poder de decisión del gobierno nacional que, supuestamente, apoyará positivamente. Pero este mensaje acuerdista se diluye, pierde la potencia de retener la atención por la desconfianza y la incredulidad, por el efecto negativo del comportamiento del gobierno de Alberto Fernández.

Del otro lado, la comunicación de Cambia Mendoza, con las fotos de Cornejo, Cobos y Suárez, contiene un mensaje emocional motivado por la simbolización religiosa de la mano sobre el corazón, como el amor superior, con toda la franqueza y sinceridad. El significado de los mensajes implica que ellos se asumen como protectores y nosotros, con el voto a esos candidatos, cuidaremos a Mendoza del “enemigo” que es el peronismo. Esta campaña perdió la oportunidad de presentar soluciones para nuestros principales problemas. Hubiese sido mejor reforzar los porqués de nuestro voto y llenar de contenido “la mano sobre el corazón”, aprovechando la oportunidad de entregarnos una propuesta de valor, sincera y franca, con soluciones. De esto no se habla. La inseguridad, la pobreza, la educación deficiente, el sistema de salud público debilitado. Una OSEP degradada porque muchos médicos dejan de aceptar la obra social o directamente discriminan al asociado con turnos largos porque no reciben una paga (el coseguro) acorde con el nivel de la consulta. El sistema de transporte que todavía es deficiente; el agro, los servicios en zonas rurales, una oferta turística poco innovadora, el problema de las PYMES.

Facundo Manes dijo algunas frases interesantes en una entrevista al diario Perfil:” Sin el peronismo no se puede, pero con el peronismo solo no alcanza”. “El líder, o el que piensa una estrategia de país, debe tener densidad intelectual, además”. En estas frases puede encontrarse el núcleo de nuestros problemas. Hay mucha ignorancia en esta vieja clase política, con una superficialidad de pensamiento atroz. Son políticos de la farándula. No están a la altura de los acontecimientos locales y menos de la rediseñada, disruptiva y poderosa globalización que se viene.

*El autor es experto en estrategia y análisis de la información

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