Nueva etapa ante un singular contexto nacional

Para el gobernador mendocino, por otra parte, se presenta una nueva oportunidad para buscar reinsertarse en un escenario nacional que le resultó esquivo hasta ahora si se tienen en cuenta sus aspiraciones políticas.

Nueva etapa  ante un singular contexto nacional
Alfredo Cornejo, nuevo gobernador de Mendoza.

Es muy particular el momento político en el que Alfredo Cornejo inicia su nueva etapa como gobernador de Mendoza. De algún modo es partícipe de una posible transformación significativa. Tendrá que acompañar la gestión del primer presidente que llega con el voto de la gente aun habiendo prometido un ajuste de la economía.

La primera vez que estuvo al frente de la provincia, Cornejo impuso un modelo de coalición plural que fue de algún modo inspirador de lo que luego surgiría a nivel nacional como Cambiemos, aunque con muchos menos espacios. En la elección adelantada que lo consagró aquella vez (Francisco Pérez adelantó al extremo la fecha del comicio), demostró que era posible una unión de fuerzas para ponerle freno a doce años de kirchnerismo.

En aquel 2015 logró un armado político amplio del que sólo no participaron sectores bien definidos de izquierda. El grueso de la oposición al justicialismo se alió a Cornejo. Por eso en esa elección compitieron sólo Cambia Mendoza, el justicialismo y el izquierdista FIT.

Si bien con los años el espacio que creó tuvo varias deserciones importantes, Cornejo logró imponerse en las elecciones de este año con el mismo rótulo, sobreponiéndose a la incursión del nuevo espacio que creó De Marchi y también a la interna impensada de Luis Petri. En la práctica Cambia Mendoza es cada vez más sinónimo de radicalismo. Es el partido dominante sobre los aliados que le quedan.

Por otro lado, a diferencia del periodo 2015-2019, en el que el espacio liderado por Cornejo estuvo mayormente en sintonía con el gobierno de Mauricio Macri, ahora le toca emprender una experiencia para la que no se puede decir que el Gobernador no se encuentra preparado, pero sí necesitado de una adaptación que dependerá mayormente de lo que resuelvan el presidente Milei y su círculo más cercano.

Cornejo ya demostró que esa suerte de liga de gobernadores de lo que queda de Juntos por el Cambio será un ámbito en el que se moverá con comodidad. Tiende a ser una de las voces más escuchadas de ese espacio de diez mandatarios, que se impusieron en sus territorios y quedaron a la espera de un triunfo presidencial de Patricia Bullrich, que no se produjo. El mendocino y los demás jefes provinciales han tenido la particularidad de no dejar de hablar de Juntos por el Cambio pese al desgaste que produjo en esa coalición la derrota electoral en las presidenciales de octubre y que se pone de manifiesto en el Congreso Nacional. Pichetto y otros políticos conocidos, entre los que están López Murphy y Monzó, formaron un nuevo bloque en Diputados con el argumento de que la coalición ya es cosa del pasado.

Todo contacto es necesario a la hora de asegurar estabilidad financiera para la provincia. Porque si bien la situación de Mendoza es mucho más desahogada que la de otras provincias y, por supuesto, que la de la Nación, es obvio que en el gobierno local deben mantenerse atentos para que el grifo de la administración central no deje de funcionar. No se pueden arriesgar aquí a un cambio de humor del nuevo presidente y su grupo de influencia.

Para el gobernador mendocino, por otra parte, se presenta una nueva oportunidad para buscar reinsertarse en un escenario que le resultó esquivo hasta ahora si se tienen en cuenta sus aspiraciones políticas. Siempre se supo que el proyecto político personal de Cornejo tenía como punto de llegada el plano nacional. Su escasa pasión por la tarea legislativa tal vez le haya jugado en contra, tanto en Diputados como en el Senado. ¿Será en parte Suárez, que ocupará durante los próximos cuatro años la banca que deja el nuevo gobernador, una voz de Cornejo en el Senado nacional?

Entre las curiosidades que se producen pocos días antes de la asunción de un nuevo gobierno se encuentran los nombramientos. En tal sentido, el caso del titular del INV, que sería el mendocino Carlos Tizio, quien ya estuvo en el cargo en tiempos de la presidencia de Macri, habla de una clara proyección política del Partido Demócrata a nivel nacional. Es el espacio partidario que lo promovió a través de Carlos Balter. El nuevo gobierno de Cornejo tenía otros nombres para proponer, pero sin éxito aparente.

Se puede producir, por qué no, entre los demócratas y el radicalismo de Cornejo una suerte de pulseada por los cargos nacionales en esta provincia, o para que mendocinos cubran vacantes en el ámbito de la Nación en Buenos Aires. El PD es parte importante del armado de Milei, particularmente por el lado del ministro del Interior, Guillermo Francos. Tal vez por ello esté más cerca de ser requerido cuando de buscar funcionarios se trate.

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