Poco tiempo atrás, el diputado provincial Enrique Thomas descubrió que figuraba como afiliado, sin haber dado jamás su consentimiento, en una lista de la Libertad Avanza, en el sector de la diputada nacional Lourdes Arrieta. Se enojó, amenazó con llevarla a la justicia, pero como ambos pertenecen no al mismo partido político sino al mismo espacio de los que adhieren a Milei, Thomas aceptó las disculpas de la novel legisladora y todo terminó. Hasta allí nada que merezca ser recordado mucho tiempo, aunque eso de disculpar algo parecido a un delito es opinable más allá de los pedidos de perdón. Sobre todo porque el sector de Arrieta cometió ese mismo “error” con muchísima gente incluido algunos ya fallecidos, lo que da que pensar que alguien le prestó una lista de afiliados, algo que no es la primera vez que se hace en Mendoza, pero sí la primera vez en nombre de la nueva política, de esa que vino a luchar contra la casta y las prácticas de su estilo. Sin embargo, tampoco estamos ante algo demasiado destacable porque ese cliché de la nueva versus la vieja política suena, por ahora, más a cuenterío que a otra cosa. Lo más importante, que pasó desapercibido, fueron las declaraciones de Thomas a una radio local, Jornada, donde dijo textualmente algo extraordinario: “Fueron a visitarme tanto la diputada nacional Lourdes Arrieta como su hermano, que fue el certificador de este tema. Primero, ver que tienen cero experiencia política, gente nueva en esta actividad, y caen en viejas trampas, en tretas que hacen algunos y que en este caso, casi no tengo ninguna duda que es para perjudicarlos”. Y entonces los indultó de culpa y cargo. Por su desconocimiento absoluto, pese a ser los jefes absolutos locales del principal espacio político de la Argentina.
En otras palabras, lo excepcional de esta declaración es que, casi con ingenuidad o inocencia, un político serio y de amplia experiencia como Enrique Thomas dice que la única diputada nacional que hoy expresa y conduce en Mendoza al partido nacional de gobierno y que fue apoyada desde Karina Milei hasta por ministros nacionales e infinidad de otra gente para armar La Libertad Avanza en Mendoza, sea según el diputado aliado una persona con “cero experiencia política”. Pero que actúa como si le sobrara experiencia. Con toda la prepotencia del desconocimiento. Ella, que entre otras actividades ha designado a todas las autoridades del PAMI y lo está haciendo al más puro estilo unidad básica peronista, pero mileista. Ella que en su rol institucional fue a visitar en prisión, con un claro dejo de simpatía política, a un grupo de militares asesinos de lesa humanidad condenados por crímenes aberrantes durante la dictadura. Ella que acusa a todos los periodistas que no trabajan en el Estado (mejor dicho, para el Estado) de ensobrados. Ella, la de las listas truchas, la del patito en la cabeza, una persona a la que no se le puede negar iniciativa política porque todos los días aparece con una iniciativa nueva, pero a la vez lo hace, como dice Thomas, desde su cero experiencia política, por lo cual no se cansa de meter la pata. En vez de aprender la profesión política, como en el mileismo la política es una mala palabra, simplemente la hace mal, malísimamente mal. Precisamente en el partido que incluye entre sus principales valores, la meritocracia.
La política del conocimiento cero o de la cero experiencia no es la nueva política, tampoco la antipolítica, es simplemente hablar o actuar en una actividad de la que se ignora todo. Así, quizá sin quererlo, la sincera frase del estimable diputado Thomas quedará en las páginas de la historia como una perfecta descripción de época, de lo peor de esta época. De aquello que todos los que forman parte del mismo sector de Arrieta y tienen algo de sentido común, ven, pero no dicen nada por temor a los rayos y centellas que puedan caer de las puertas del cielo. Muchos infinitamente más preparados y con más experiencia que la diputada nacional que bien haría en aprender de los que saben, más que seguir metiendo la pata por meterla en terrenos que desconoce.
Sin embargo, y superando por mucho en magnitud pública las trapisondas de Lourdes Arrieta, esta semana la política de la experiencia o del conocimiento cero pasó a ser fundamental dentro del mileismo nacional en lo que ocurrió con la selección nacional de fútbol. Una verdadera comedia de enredos de la cual nadie que intervino quedó inmune y que no deja bien parados a los funcionarios del mileismo quienes al meterse con un ídolo superlativo como Messi, sin que éste haya dicho una sola palabra, los dejó a todos en el mayor de los ridículos, no por voluntad del ídolo, sino por torpeza indisimulable de los portavoces de la nueva política.
Contemos un poco la historia tal como fue porque merece la pena como ejemplo de todo lo que no debe ser. O de todo lo que los mileistas deben aún aprender de política, si quieren superar a los que dicen vinieron a superar. Puesto que esta semana se pusieron por debajo de ellos, por debajo de la casta.
El futbolista Enzo Fernández, junto con otros colegas, entonó un cántico que podría considerarse como un tanto racista o algo parecido al decir: “Escuchen, corran la bola. Juegan en Francia, pero son todos de Angola”. Aunque, desde donde viene, la cuestión no sea tan grave ni tan “filosófica” porque es común en estos torneos estas burlas agresivas pero no necesariamente con intenciones xenófobas, al menos conscientes. Aún así, ante la mala reacción mundial, especialmente en Francia, Fernández pidió disculpas de todos los modos posibles. Y lo más lógico es que todo debería haber terminado allí, con el escándalo mediático quizá inevitable, aunque sin intervención estatal. Pero en la Argentina de Milei (donde al parecer todos quieren imitar a su jefe cuando se pelea con la mitad de los presidentes del mundo) la cosa recién empezaba.
Sorprendida por la pregunta de una lúcida periodista, el secretario de deportes de la Nación, Julio Garro, dijo, por su propia y exclusiva cuenta: “Creo que el capitán de la Selección debe salir a pedir las disculpas de ese caso, lo mismo que el presidente de la AFA. Creo que es lo que corresponde. Es algo que nos deja, como país, mal parados, con tanta gloria. Esto de poder llevar a ese plano ejemplificativo creo que también. Es muy bueno y se hace mucho en nuestro país y en el mundo”.
¡Pobre hombre!, aunque sus opiniones no carecieran de alguna lógica de sentido común, todos los medios de comunicación interpretaron que no era Garro, sino directamente el gobierno de Milei quien le exigía un pedido de disculpas a Messi. Y todo estalló. Entonces, con una coherencia a prueba de ninguna bala, Garro no tardó ni diez segundos en jurar por su mamá y nuestro señor que el jamás había dicho lo que dijo, mintiendo a cuatro manos. Pero ya era tarde. Le fue a pedir ayuda a Daniel Scioli, su inmediato superior, pero éste se borró como lo viene haciendo desde que se inició en política, por eso es un gran triunfador tanto de la vieja como de la nueva política. El hombre que siempre cae de pie, mejor dicho el que nunca cae. Un genio de la ambigüedad, o mejor dicho, de no decir nada. Entonces, acosado por un mundo que se le vino encima, a Garro no le quedó más remedio que renunciar. Pero aún así allí no terminaba la cosa, más bien seguía empezando.
Para presionarlo, el grupo de trolls conducido por Sebastián Caputo (el asesor que sin otro cargo que el de asesor es el hombre más poderoso del gobierno después de Milei, como Karina Milei es la mujer más poderosa: antes los máximos influencers eran los CEOS, hoy lo son los asesores top), empezaron por las redes sociales a masacrar a Garro de las formas más crueles posibles. Como ya lo han hecho con una cincuentena de funcionarios a los que lograron eyectar de sus cargos emulando a las viejas purgas soviéticas donde bastaba la más mínima diferencia con el líder para acusar de traidor o infiltrado a quien fuera. Por eso más que el mago del Kremlin, como dice Pagni, Sebastián Caputo parece un stalincito de los trolls. Ningún funcionario está exento de caer en las garras de los guardianes de la virtud y de la pureza que condenan por derecha a los que Stalin condenaba por izquierda, sin que el condenado entienda porqué lo están eliminando.
Hasta el más moderado y experimentado de los políticos mileistas fue influido por el terror producido en este clima de trolls purgadores. Apenas le preguntaron sobre el tema a Guillermo Francos, creyendo que lo que había dicho Garro se lo había ordenado Milei, dijo en público que: “No conozco la referencia que hacen al pedido del gobierno a Messi y el presidente de la AFA. No me parecería mal. El gobierno está en contra de todo tipo de discriminación. El propio involucrado ha pedido disculpas por los medios. Que pida disculpas me parece que es lo que corresponde”.
Pero cuando descubrió que Milei pensaba distinto, en instantes viró totalmente de posición y dijo: “El subsecretario de Deportes tuvo una expresión desafortunada. Si hay algo que el Presidente ha valorado públicamente es lo que ha significado la selección y en particular Messi durante todo este proceso, como la posibilidad de constituir un plantel que nos represente y se comporte como un equipo, esto que tanto nos hace falta a los argentinos”.
Vale decir, con su estilo contemplativo y cuidadoso con las palabras, a la mañana dijo lo mismo que Garro y a la tarde lo condenó como Milei. Es un experto en decirle a cada uno lo que quiere escuchar. Pero esta vez sin querer contradijo por un segundo al “boss”. Agradezca que los trolls no se metieron con él porque sino hubiera volado por los aires como el secretario de deportes caído en desgracia.
Ahora vayamos a la cuestión de los contenidos que es más hilarante aún porque cuesta entender que gente que nos tiene que resolver los problemas de la subsistencia, haya transformado una simple frase de mal gusto en una lucha contra el colonialismo francés, incluyendo hasta vulgaridades como apelaciones al sexo oral, en boca, claro está, de la inefable Lilia Lemoine quien dijo: “Yo no quiero un funcionario en el Gobierno que vaya a chuparle nada a ninguna potencia extranjera”.
El secretario de Culto, Francisco Sánchez, ese troglodita que se hizo tristemente célebre por proponer volver atrás con el divorcio porque le hace mal a los hijos, ahora afirmó que los argentinos “nunca fuimos unos asesinos colonialistas”. Los franceses deben estar temblando por esa acusación de asesinos proferida por este loco suelto, mejor dicho, por algo peor, por este loco no suelto porque sigue formando parte del gobierno.
Otros trolls afirmaron que a Messi no lo discute nadie y que haga o diga lo que quiera es intocable, transformando en un dios a un tipo genial en lo suyo, pero que en todo lo demás siempre se destacó por ser lo más parecido que podía al resto de los argentinos comunes. El endiosamiento no parece tampoco muy aconsejable para la nueva política.
Sin embargo, en mayor o menor medida, hasta ahora estamos hablando de chichipíos u oportunistas, pero las cosas pasaron a mayores. Primero de modo indirecto cuando el propio presidente Milei retuiteó un mensaje del usuario Piti, donde el troll afirmaba que “decir que Messi tiene que pedir disculpas a unos europeos colonizadores por una canción que encima dice la verdad es ir en contra de la ideología del Javo”. Habrá que ver si el presidente leyó la irresponsabilidad absoluta que suscribió, porque después pareció pensar distinto.
Pero sigue sin terminar la cosa. Algo aún peor ocurrió cuando nada menos que la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarrruel se metió en el debate con una de las opiniones más desafortunadas y pretenciosas de las que debe haber pronunciado en su vida, quizá creyéndose la heredera espiritual de Mariquita Sánchez de Thompson: “Argentina es un país soberano y libre. Nunca tuvimos colonias ni ciudadanos de segunda. Nunca le impusimos a nadie nuestra forma de vida. Pero tampoco vamos a tolerar que lo hagan con nosotros. Argentina se hizo con el sudor y el coraje de los indios, los europeos, los criollos y los negros como Remedios del Valle, el Sargento Cabral y Bernardo de Monteagudo. Basta de simular indignación, hipócritas. Enzo yo te banco, Messi gracias por todo! ¡Argentinos siempre con la frente alta! ¡Viva la Argentinidad”.
A la manera de una proclama belgraniana o sanmartiniana, la vicepresidenta bancó a Enzo Fernández en aquello en lo que el futbolista ya se había disculpado ante el mundo entero. Y se puso al frente de la lucha contra el colonialismo considerándose continuadora hasta del Sargento Cabral. Desopilante, y mucho peor por el tono patriotero con que están dichas estas sumas de pavadas. Raro de entender en una persona que más allá de sus ideas, siempre suele ser equilibrada y racional en exponerlas.
Mientras ya prácticamente le habíamos declarado la guerra a Francia desde el ejército mileista de trolls con el acompañamiento de los funcionarios nacionalistas, desde Francia, salvo los medios que nos decían de todo, entre las autoridades francesas nadie decía nada al menos públicamente, como quitándole importancia al caso.
Lo cierto es que al final primó la cordura y luego de este carnaval de mal gusto, fue nada menos que Karina Milei quien concurrió a disculparse a la embajada francesa por las palabras de la vicepresidenta. Aunque tampoco sea tan cuerdo que la dama con más poder real de la República fuera a disculpar al Estado argentino por lo que dijo la dama con más poder institucional de la República. Pero parece que todo más o menos se fue calmando. Aunque difícilmente dejarán de quedar secuelas de esta guerra del oficialismo nacional contra Francia (de la que la Francia oficial pareció no haberse dado cuenta o al menos actuar con la prudencia del silencio público). Como Messi.
Dejamos a los lectores las interpretaciones de estas cuestiones que, además de las económicas, fueron las noticias más importantes de la semana que pasó. Lo que no habla demasiado bien de nosotros mismos.
En fin, avatares de la nueva política, o más bien de la política de cero experiencia.
* El autor es sociólogo y periodista. clarosa@losandes.com.ar