La agitada vida de John Thomond O’Brien, de nacionalidad irlandesa, se movió entre proyectos económicos, participación en guerras de independencia hispanoamericana y varios viajes al viejo mundo.
Nacido el 24 de junio de 1786, arribó al Río de la Plata en 1812 para dedicarse al comercio, pero pronto, al año siguiente se enroló en el Regimiento de Granaderos a Caballo, que el general San Martín formaba en el Retiro. San Martín le confirió el grado de alférez.
Su presencia distinguida, joven de gran estatura, cortés, educado y elegante en su porte, impresionó favorablemente a San Martín, sin embargo, debió acreditar capacidades militares sólidas para obtener el grado de alférez.
Marchó pronto a Montevideo como ayudante del general Soler, en las operaciones militares para sitiar a la ciudad. Cayó la ciudad y los vencedores fueron reconocidos por Buenos Aires, recibiendo O´Brien la Medalla de Plata.
Varios historiadores sostenían que O´Brien fuera enviado por Gran Bretaña a controlar a San Martín y a Carlos de Alvear. San Martín con su vasta experiencia adquirida en Europa y por sus capacidades innatas de gran escrutador y conocedor del temperamento de los hombres, sabía muy bien que muchos de ellos comentarían o informarían sobre el curso de las campañas militares y objetivos del Plan Continental.
No creo que ese fuera el caso de O´Brien. Ambos trabaron una amistad sincera y respetuosa, llegando a ser aquel su ayudante de campo. La relación en el ámbito castrense y viviendo momentos muy sensibles, pusieron a prueba tal relación de amistad.
Solicitó su retiro del ejército, pero pronto se incorporó al Ejército de los Andes que San Martín preparaba en el Plumerillo, como teniente de la 1ra. Compañía del 4to Escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo.
En la batalla de Chacabuco tuvo un gran desempeño peleando en la fuerza de O´Higgins, siendo de los primeros en llegar a las casas de Chacabuco y pelear contra un grupo de realistas que defendían un estandarte, el que fue arrebatado por O´Brien, defendiéndose con la asta del mismo. Entregado a su jefe, éste le encomendó la honrosa misión de ofrendarlo a la Catedral de Mendoza.
Maipú selló definitivamente la independencia de Chile. En los prolegómenos de la batalla O´Brien, Bacler D´Albe y San Martín, vestidos de paisanos observaron el movimiento del enemigo por cuya torpeza San Martín auguró el éxito de la batalla.
En 1820 participa de la expedición por mar a Perú. En el puerto de Ancón, Perú, da muestras nuevamente de su arrojo al sofocar un incendio en la fragata Águila, que si el mismo alcanzaba la Santa Bárbara podría haber producido una catástrofe, poniendo en riesgo el éxito del plan.
Participó de las operaciones militares en la sierra peruana. Asistió el 28 de julio a la Jura de la Independencia de Perú, acompañando a San Martín. En el mismo acto recibió los despachos de coronel.
Se le encomendó llevar a Buenos Aires cinco banderas y dos estandartes tomados al enemigo en Perú para ser entregados a las autoridades. Al pasar por Mendoza, entregó en la Catedral el estandarte que arrebató al enemigo en Chacabuco.
En 1823 solicitó permiso para viajar a Irlanda a visitar a su familia, previo acuerdo con el gobierno argentino para ofrecer un proyecto propio para trasladar ciudadanos irlandeses a tierras otorgadas por el gobierno. El marqués de Wellesley, gobernador de Irlanda responde negativamente.
En 1824 escribe a Rivadavia y le presenta un proyecto similar, que tampoco prosperó por problemas internos. Viajó a Bolivia y acompañó a Bolívar y Sucre en carácter privado. Bolívar le concedió el privilegio de explotar una mina de plata ubicada en Puno, a tal efecto se asoció a un ciudadano inglés, pero por sus molestias y secuelas de la guerra y el clima tropical, no pudo continuar con esta actividad.
Regresó a Chile para embarcarse a Europa. Viajó a Inglaterra y visitó en Bruselas a San Martín solo dos días porque la salud de su antiguo jefe no era buena.
Regresó a América y en sociedad con un empresario que tenía capitales en Brasil, se internó en el Amazonas recorriendo Bolivia, Perú y el río Orinoco en Venezuela. El objetivo era investigar las regiones auríferas. Los rigores del clima le impidieron adaptarse.
En Bolivia participó en el ejército de Santa Cruz, su presidente, y asistió a la batalla en la que fuera derrotado Gamarra. Al año siguiente Santa Cruz le concedió el grado de general de brigada, y lo nombró oficial de la Legión de Honor de Bolivia en atención a sus servicios.
En 1837 decide viajar a Europa para ocuparse de asuntos de familia. Por encargo lleva una carta de Santa Cruz para Juan Manuel de Rosas en la que le propone un tratado de comercio. Enfrentados, sospecharon de O´Brien y lo detuvieron. A los seis meses fue liberado por intermediación del cónsul inglés.
Se embarcó para Irlanda y permaneció tres años, regresando en 1841.
Se estableció en Uruguay. para instalar una hacienda y presentó su proyecto al presidente Fructuoso Rivera, quien mostró su apoyo. No obstante, cuando las tropas de Uribe, aliado de Rosas, vencieron a Rivera, sus instalaciones fueron destruidas e incendiadas. Decidió marcharse a Europa y visitó Francia e Inglaterra.
A su regreso en 1846 a Montevideo, le fueron concedidos los pedidos de indemnización por los gastos de las gestiones que realizó en Europa denunciando con insistencia los abusos y desmanes cometidos por el régimen de Rosas. Uruguay en atención a su vocación inclaudicable por la justicia y la libertad y odio a la tiranía respondía favorablemente a su pedido.
Nuevamente viaja a Londres, pero ya como cónsul general de la República en Gran Bretaña e Irlanda.
En 1847 estaba de vuelta en Montevideo. Volvió a Londres esta vez como agente confidencial del Uruguay. Regresó a América y vivió en Lima y Chile. Le fueron reconocidos los servicios prestados a los dos países en la guerra de la independencia. Recibió además pensiones de general en Perú y de teniente coronel en Chile.
Viajó nuevamente a Europa a fines de 1858. Pasó el invierno de 1859 en su patria y el verano en Londres. Decidió embarcarse a Chile vía Buenos Aires, pero no pudo continuar el viaje, se enfermó en Lisboa, donde falleció el 1° de junio de 1861, a los 74 años. En mayo de ese año había escrito una carta para su hija Isabel, por cierto, muy conmovedora despidiéndose con las más sentidas expresiones de amor paternal.
Sus restos fueron repatriados en 1935 y depositados en el cementerio de La Recoleta en la bóveda de Bernardino Rivadavia. Cuando fue demolido este mausoleo en 1950, el general Perón inauguró sobre el mismo espacio el Mausoleo donde descansan los restos del teniente general Richieri. Allí descansaron los de O´Brien hasta 2017, siendo trasladados a nuestra provincia, arribando el 20 de enero y depositada la urna el 23 en el Campo de Instrucción de El Plumerillo.
John Thomond O’Brien, un prócer de estatura, que tiñó su corazón de celeste y blanco.
* El autor es médico y secretario de la Asociación Cultural Sanmartiniana Luján de Cuyo.