Planes electorales de los intendentes oficialistas

El aporte territorial es hoy muy destacado entre radicales. Con distintos padrinazgos, por la UCR están anotados para la gobernación los intendentes García Zalazar, Ulpiano Suárez y Daniel Orozco, fundamentalmente.

Planes electorales de los intendentes oficialistas
Rodolfo Suarez y Alfredo Cornejo.

Como ya señalamos en este mismo espacio, en la provincia no hay fisuras entre radicales cuando lo que se plantea es la sucesión del gobernador Suárez. En realidad, no hay problemas hasta ahora porque todos los que aspiran a competir aceptan un pedido del Gobernador: quienes tengan aspiraciones que prioricen la gestión que les toca, manteniéndose transitoriamente al margen de la futura carrera electoral.

De todos modos, pese a esa sensata exigencia del jefe del Ejecutivo, todos en la UCR saben quiénes son los anotados para salir al ruedo ni bien se dé la orden de largada. Sólo habrá que ver si la ansiedad de los que quieren pelear por el puesto mayor en 2023 puede más que la prudencia pedida desde el poder, o si alguna circunstancia obliga a adelantar los tiempos con el consentimiento de Suárez.

La ambición de los radicales es válida: el espacio Cambia Mendoza es el que sigue manteniendo un claro respaldo ciudadano. Y hacia adentro de la coalición la UCR es la que ejerce el liderazgo. El macrista Omar De Marchi está llamado a ser una vez más el más fuerte competidor interno para el radicalismo mendocino.

El aporte territorial es hoy muy destacado entre radicales. Con distintos padrinazgos, por la UCR están anotados los intendentes Tadeo García Zalazar, Ulpiano Suárez y Daniel Orozco, fundamentalmente.

Sabido es que el intendente de Godoy Cruz siempre estuvo al cuidado de Alfredo Cornejo, incluso cuando pulseaba con Rodolfo Suárez y Martín Kerchner para definir la candidatura de 2019. Hoy García Zalazar tiene otra impronta, preside el radicalismo provincial y probablemente se sienta más seguro como para soñar con la Gobernación.

Ulpiano Suárez, en cambio, está en su primer mandato y tiene una reelección posible por delante en la intendencia de la Ciudad de Mendoza. Sin embargo, aseguran en su entorno que lo entusiasma la idea de intentar suerte para llegar a ser el que desempate a favor del radicalismo entre los gobernadores mendocinos. Como jefe político de la capital provincial supo tejer buenos vínculos a nivel nacional, como, por ejemplo, con Rodríguez Larreta, uno de los referentes nacionales de Juntos por el Cambio pensando en las próximas presidenciales. Larreta también tiene buen vínculo con el gobernador Suárez y éste es quien apuesta por Ulpiano para que siga siendo su sucesor, primero en la comuna y luego en la Provincia.

Quienes en la UCR están pendientes de los sondeos comentan que el godoycruceño está bien posicionado. Sin embargo, hay quienes aseguran que el jefe capitalino también puede mostrar mediciones interesantes en base a carisma e imagen. Entre ambos se puede esperar una pulseada el año que viene, salvo que Cornejo decida intentar ser gobernador por segunda vez. Si el jefe de la UCR local decide volver nadie pondría reparos.

Marcelino Iglesias es otra opción, aunque él mismo se encargó de moderar expectativas entre sus seguidores, por lo menos por este año. Y la controversia por la no elección oficial de la reina departamental de la Vendimia condujo a un fallo de la Suprema Corte que le devolvió al departamento el derecho a tener su representante y a competir en el Acto Central.

Y se esperan precisiones del ex diputado nacional Luis Petri, que ha dejado trascender sus deseos de anotarse en la carrera

En cuanto al peronismo/kirchnerismo, en nuestra provincia no surgen aspirantes que seduzcan a la gente y se conviertan en opción. Y muy probablemente la imagen del gobierno nacional tampoco aporte y, por el contrario, siga siendo una pesada ancla para las aspiraciones locales. De todos modos, se equivocarían en el oficialismo de esta provincia si subestimaran al gran adversario de la alternancia radical-peronista impuesta con el regreso de la democracia, en 1983. Es más: si el mano a mano es nuevamente entre los sectores mayoritarios locales, quien resulte electo el año que viene tendrá la gracia de desempatar, ya que hasta ahora dirigentes de la UCR y el PJ se han repartido los mandatos por partes iguales.

Y entre peronistas también hay jefes departamentales muy arraigados en sus respectivos territorios, pero a los que les puede faltar presencia o mayor imagen en la provincia. Emir Félix, Martín Aveiro y Roberto Righi figuran entre los postulantes. Ninguno de ellos podrá volver a postularse en sus municipios, por lo menos durante cuatro años. Por eso están llamados a suplir la falta de dirigentes con carisma como para romper la extensa racha de derrotas consecutivas que el PJ sufre desde 2013 a la fecha.

Un gran desafío para el peronismo mendocino si se tiene en cuenta que la UCR parece haberle arrebatado el poder territorial que los “caciques” del PJ supieron lucir con orgullo durante muchos años.

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