Después de la firma del tratado de límites de 1881, la Argentina y Chile no lograron acuerdos para aplicar dicho tratado. A esto se suma la ambigüedad de éste, al establecer que el límite sea las más altas cumbres que dividan aguas.
A partir de este momento se producen intentos de demarcación, los cuales no tienen éxito. Al sur de Neuquén la existencia de altas cumbres es escasa y la divisoria de aguas se adentra en el territorio provocando que los ríos cordilleranos sean de cuenca Pacífica.
Tanto el perito chileno, Diego Barros Arana, como el argentino, Francisco Pascacio Moreno insisten con sus respectivas posturas. Chile sostiene que el límite debe ser la divisoria de aguas, mientras Argentina sostiene el límite de las altas cumbres. Pese a la firma de los protocolos adicionales de 1893 y 1898, no se logran acordar las demarcaciones.
Para 1901, ambos países se encuentran al borde de la guerra. Argentina compra barcos en Gran Bretaña y Chile le ofrece la Isla de Pascua al Japón a cambio de armamento.
Frente a la necesidad de evitar el conflicto se busca el arbitraje. El país árbitro será Gran Bretaña. El gobierno británico organiza una comisión que cuenta entre sus integrantes a sir Thomas Holdich. Es un destacado topógrafo que ha delimitado las fronteras en la India y Afganistán.
La comisión llega a la zona litigiosa en abril. El 26 de abril se encuentra en el río Manso inferior y comienza la observación de la divisoria de aguas. Los días 27 y 28 el grupo recorre los valles Nuevo y de Cholila, llegando a Alto Río Percy el día 29. En esa misma jornada entran en el valle 16 de Octubre y se alojan en la estancia la Florida, de la familia Underwood. El día 30, los colonos de la zona, en su mayoría galeses, entregan un petitorio solicitando la resolución del conflicto a favor de la Argentina. La actitud de los colonos sorprende al árbitro inglés y el perito chileno Hans Steffen (quien reemplaza a Barros Arana en el trabajo de la comisión) informa a su gobierno las dificultades que ve para triunfar en la postura.
El 20 de noviembre de 1902, Gran Bretaña da el fallo. Si bien es según equidad, de los 94.000 km2, 50.000 km2 son para Chile y 44.000 km2 para Argentina; de un total de 12.000 km2 de valles pastosos, 8.000 km2 son para Argentina y el resto para Chile. Argentina se queda con el control de los valles Nuevo, Cholila, 16 de Octubre y Corcovado, teniendo las nacientes de los ríos y otorgándole a Chile las desembocaduras. Chile recibe la región de Aysen y el seno de Última Esperanza.
La conmemoración de este día, el 30 de abril permite reivindicar la acción de un prócer como es el caso de Francisco Pascacio Moreno. Gracias a su labor, no solo se tuvo un relevamiento completo de la geografía patagónica, sino que comprendió realmente la necesidad de esta región plasmando en escritos, su desarrollo soñado. Moreno no sólo logra comprender la realidad patagónica, sino que la defiende en todos los foros internacionales, lo que le vale el reconocimiento de sociedades científicas de Europa, además de impulsar la preservación del ambiente sosteniendo la creación de Parques Nacionales, donando tierras que le fueran cedidas por el Estado. Por su parte, siempre defendió a los pueblos originarios, manifiesto en las tierras conseguidas para la comunidad de don Francisco Nahuelpan por su apoyo en el trabajo de la comisión de límites.
El accionar de los colonos, quienes no siendo argentinos sino por opción, se manifestaron a favor de la pertenencia a nuestro país. Los colonos chilenos habían sido desplazados de su país, por la ocupación de las tierras por medio de compañías alemanas. Los colonos galeses venían buscando una tierra donde preservar sus costumbres y cultura. Argentina se vuelve una Nación con diversidad cultural.
El filosofo español José Ortega y Gasset sostiene en su libro “España Invertebrada”, que los pueblos se vuelven una Nación cuando logran un proyecto sugestivo de vida en común. Los pueblos aceptan ser parte de una Nación cuando es un acto voluntario y las personas se sienten parte de esta. Así, en el concepto de Ortega, la Nación es una apropiación voluntaria que genera un mayor compromiso y adhesión. Esto es lo que ocurrió con las personas que participaron de ese 30 de abril.
Por la importancia de esta fecha, la escuela N° 705 impulsó que se la conmemore. Esto se logró con la aprobación de la resolución 299/16 de Consejo Federal de Educación. Hoy esta fecha no es sólo de los chubutenses. Es de todos los argentinos. Los invitamos a conocerla y conmemorarla.
(*) El autor es docente y doctorando en Historia de la Universidad Católica Argentina. Disertó recientemente en la Universidad de Mendoza sobre el tema “El perito Moreno y su legado para la integración nacional”.