Francisco Astudillo Pizarro y Gustavo Fernetti pertenecen al “Programa Espacios, Políticas y Sociedades”, del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). En medio de la quema indiscriminada e ilegal en las islas decidieron llevar adelante la encuesta “Humo y fuego en las islas de Victoria: encuesta de percepción ambiental en el Gran Rosario”. El objetivo: obtener información en números sobre la respuesta ciudadana a este fenómeno de vieja data que se ha intensificado en el presente año. Astudillo Pizarro cuenta más sobre el trabajo.
-¿Cuáles son las áreas de interés del Programa Espacios, Políticas y Sociedades?
-Nuestro programa ha venido desarrollando dos líneas de trabajo, una sobre “justicia e injusticia espacial” y otra sobre estudios “hidrosociales”. En ambas desarrollamos varias reuniones científicas y varias publicaciones, por lo que este tema permitía generar un diálogo con varias cuestiones sobre las que ya veníamos trabajando.
-¿Cómo surge la encuesta?
-El origen de este proyecto está en algunas conversaciones referentes a los incendios que compartimos con Gustavo Fernetti (investigador asociado del Programa Espacios, Políticas y Sociedades), y en las que fuimos siguiendo el tema diariamente desde los días de cuarentena. Estábamos en ese momento finalizando un libro colectivo en el que participábamos ambos y un par de colegas más del programa. Este es un libro visual en torno a las hidropolíticas y territorios hidrosociales de Rosario y el río Paraná el cual saldrá editado prontamente como libro digital por la editorial de la UNR. En ese contexto, y atendiendo a cuestiones como la bajante de este año en el Paraná, nos llamó la atención la simultaneidad de los incendios, y comenzamos a prestarle más atención con el propósito de incluir algo de la contingencia en el libro en el que estábamos trabajando.
-¿Qué incidencia tuvo la reacción ciudadana en el trabajo?
-Ya en los primeros días de post cuarentena, las primeras manifestaciones públicas a las que asistimos ambos, nos llamaron la atención. En mi caso en particular, como sociólogo y como un investigador dedicado al estudio no solo de los problemas ambientales, sino también a las formas de acción colectiva de la ciudadanía y las esferas públicas, me pareció interesante estudiar las discursividades en torno a la problemática que veíamos en acción en las calles, en los medios de comunicación y en las redes sociales.
-O sea que la situación en curso representaba una oportunidad excelente para profundizar sus estudios.
-Lo discutimos con Gustavo, y decidimos actuar rápido. Propuse un estudio tipo survey (encuesta cuantitativa) a través de plataformas digitales porque era una forma ágil de aproximarnos a la realidad, y lo hicimos. Convocamos a algunos conocidos y amigos de la academia y de las organizaciones, para recoger algunas impresiones, más el registro que habíamos realizado en nuestras participaciones en manifestaciones. Planificamos y ejecutamos el estudio viralizando la encuesta con una estrategia bola de nieve (es decir, invitando a cada participante a ampliar la muestra invitando a alguien más).
-¿Qué aporta de nuevo este trabajo?
-En lo personal, he estudiado desde y con los movimientos sociales y me pareció necesario generar investigaciones que rescataran las sensibilidades críticas que veíamos en las personas, pero que no se veían reflejadas en datos y antecedentes que puedan incidir en la discusión pública en torno a la problemática. En ese sentido, mucha gente parecía compartir la sensación de que existe una opinión clara al respecto, pero no se podía recurrir a antecedentes en ese sentido. Quisimos aportar en transformar aquellas sensibilidades, aquellas opiniones y percepciones en torno al problema en datos.
-¿Cómo concretaron la encuesta?
Construimos el instrumento a partir de los registros de las mismas discursividades que habíamos registrado en la esfera pública. Había varias cuestiones que nos interesaban, como la complejidad interjurisdiccional, las responsabilidades, el perfil de la preocupación ambiental, la valorización o no de los humedales entre otras.
-¿Cuándo la realizaron?
-Durante la última semana de junio y primera de julio. Tuvimos una muy buena respuesta pese a la arriesgada estrategia que usamos (bola de nieve). Desarrollamos algunas bases de datos y trabajamos con varias técnicas de estadísticas, los datos crecieron bastante, por lo que decidimos hacer varios productos. Uno que es la presentación de resultados de la encuesta que difundimos desde hoy, y un libro digital que publicaremos pronto y en el que incluimos una contextualización sociopolítica e histórica.
-Este problema es antiguo pero ustedes lo enfocan de una manera novedosa.
-En varias instancias en las que hemos podido ir anticipando detalles de nuestro estudio, hemos querido resaltar que entendemos se trata de un problema de gran complejidad, y que nuestro objetivo ha sido trabajar con la percepción y opinión de la ciudadanía, haciendo una caracterización y registro.
-¿Qué te llama la atención de los resultados?
-Respecto del estudio en sí mismo, hay cuestiones que al menos a mí me han llamado la atención y me parecen relevantes. Primero, es que se constata una alta preocupación ambiental entre los encuestados, y que esta “preocupación” tiene un perfil de tipo “pro ambiental”. Lo anterior resulta muy interesante si consideramos que solo el 5,8% de los encuestados se declaró como participantes de organizaciones ecologistas, con lo que se muestra que la sensibilidad ecologista trasciende a las orgánicas y se distribuye más ampliamente entre la ciudadanía, ese es un hallazgo muy interesante.
-¿Qué arroja el estudio en cuando a responsabilidades?
-A nivel de las lecturas que los encuestados hacen, es claro que los empresarios ganaderos son identificados como los principales responsables, lo que es muy importante sobre todo en momentos cuando han habido medios y líderes de opinión que han intentado posicionar la tesis de los incendios “espontáneos”. En ese sentido, es importante constatar que con contundente claridad, los encuestados reconocen responsabilidades directas y claras en el empresariado ganadero, no hay confusiones.
-¿Qué percepción ciudadana hay de las responsabilidades políticas?
-A nivel político institucional, la encuesta muestra varias cuestiones interesantes. Por una parte una percepción de ausencia política en la problemática, y por otra un rango de evaluación de las mismas instituciones. En ese sentido, se percibe como más ausentes al Gobierno Nacional y al de Entre Ríos, menos ausentes a Santa Fe y más presente a la municipalidad de Rosario. A la hora de evaluarlos, el peor evaluado es con claridad el Gobierno de Entre Ríos, le sigue Santa Fe, Nación y finalmente el municipio de Rosario.