Fue una semana de cosas disparatadas en la política nacional. Situaciones que siguen acaparando la atención, por lo menos de los políticos, y generando asombro e indignación; posiblemente, por partes iguales.
Como hay una dirigente mendocina involucrada comencemos por el escándalo libertario. Lourdes Arrieta, en este caso con mucha habilidad, pegó el portazo en su bloque de Diputados antes que la echaran. Y, como era de esperar, formó bloque propio. Es lógico: se fue de su espacio partidario, no de la Cámara que integra.
Un caso muy parecido fue el del senador por Formosa Francisco Paoltroni. Se trata de un enojo que se acentuó desde que se supo que Ariel Lijo estaba nominado para integrar la Corte Suprema. Contra Lijo y quienes lo postularon estaba despotricando en un estudio de TV cuando uno de los conductores del programa le dijo: “Te acaban de echar de tu bloque”, o algo así. “Bueno, me entero por ustedes”, dijo resignado el legislador libertario, que redobló luego la apuesta anti Lijo y, como Arrieta, también formó bloque unipersonal.
Lo curioso es que tanto la diputada por Mendoza como el senador por Formosa siguen profesando su fe mileísta, aunque sea ese mileísmo el que los manda puertas afuera de sus espacios oficialistas. Algo bastante similar al peronismo cuando el líder estaba aún vivo; todos peleaban entre ellos en la superficie invocando el nombre de Perón.
Y si de Ariel Lijo se trata, la frutilla del postre la puso el ministro Cúneo Libarona, que, también en una entrevista por televisión, reconoció que al juez lo propuso Ricardo Lorenzetti, uno de los miembros de la Corte. Casi la sinceridad de un niño…
Desatinos que se pueden atribuir a inexperiencia en la conducción política, no sólo por el nivel de improvisación que demuestran muchos personajes llamados a ocupar cargos en el Ejecutivo o bancas en el Congreso. Aún se advierte falta de manejo por parte de un oficialismo minoritario, incapaz de sostener por sus desatinos iniciativas de relevancia, como el pacto firmado en Tucumán entre Milei y los gobernadores.
Justamente, a este acuerdo entre la Nación y las provincias aludirá el Presidente en la fundamentación de su veto a la ley aprobada por el Congreso para reacomodar los ajustes periódicos de jubilaciones y pensiones. Es que se debe recordar que en el Pacto de Mayo, firmado el 9 de julio, el Gobierno y 17 gobernadores, entre ellos Cornejo, establecieron que el equilibrio fiscal sería en adelante innegociable desde el punto de vista político.
El gobierno nacional considera que el aumento previsto en la ley ahora vetada supone para el Estado un gasto adicional de seis billones de pesos para este año y 15 billones para 2025, equivalente al 1,64% del PBI.
Se impuso en este caso la firmeza del Ejecutivo. Además del respeto a lo dispuesto por su plan de gobierno y acordado con las provincias, Milei mostró una firmeza innegociable con pocos antecedentes. Por ello, se supone, llamó a su despacho a legisladores propios y del macrismo. Con estos sería suficiente para evitar que el veto que enviará en pocas horas más al Congreso sea rechazado por una mayoría especial, como la que aprobó la nueva ley jubilatoria que tanto enfureció al Presidente. Sería penoso que el tema terminara en la Justicia.
En ese entrevero ingresarán, seguramente, los diputados y senadores del radicalismo, cuyos gobernadores participaron de la firma del Pacto que ahora les reclama el Presidente para fundamentar su veto drástico, para nada parcial.
A no dudarlo, se trata de un tema difícil y sensible. Queda claro que la situación de los jubilados en muy apremiante, en especial para aquellos que reciben mensualmente el haber mínimo establecido y para los muchos que superan ese monto por poco, pero que igualmente deben padecer el duro cuadro económico actual. El compromiso suscripto en Tucumán torna difícil un reacomodamiento para aquellos gobernadores que se encuentren dudando al respecto.
Mientras tanto, aquí el gobernador Cornejo continuó con su enfático despliegue a favor de la minería. Estuvo en Chile, junto a su ministra Latorre, participando de un encuentro bilateral en el que, entre otras negociaciones y conversaciones, mostró haber recibido una recepción favorable de parte de representantes del BID.
Queda claro que el Gobierno local busca apoyatura en el vecino país aprovechando en este caso uno de los periódicos encuentros chileno-argentinos en materia minera. Se trata de una actividad característica de la economía trasandina y muy consolidada.
Saben en el Ejecutivo mendocino que las opiniones están divididas en el plano político por el lado de la oposición. Es que el debate será intenso cada vez que se requiera el cumplimiento de los pasos indispensables desde el punto de vista legal y de impacto ambiental para motorizar alguna inversión.
No obstante, no es menor el detalle de que prácticamente en todos los sectores partidarios hay posturas encontradas con respecto al futuro minero de la provincia. Sirva como ejemplo la gran movida malargüina a favor de una actividad que necesita esa porción del territorio provincial para mejorar su desarrollo.
Pensando en 2025
Como ya hemos indicado, la política partidaria local se despereza a medida que avanzan los meses. Falta un año para las legislativas, pero los dirigentes no pueden estar quietos.
Por el lado del PJ mendocino, desde los sectores no identificados con el kirchnerismo insisten que todo encuentro que se realice entre ellos tiende a consolidar la unidad del partido en la provincia y de ninguna manera a criticar, o tramar estrategias, para aislar a los que representan al camporismo.
Hay una clara intención de liderazgo de parte de la dirigencia vinculada a los intendentes no K, pero sin dejar de reconocer que volver al protagonismo perdido durante muchos años, especialmente luego de la desastrosa última elección, requiere de consensos. Y si se llega a una interna, que sea lo más tolerante posible entre las partes para no repetir errores. Se espera definición en cuanto al posicionamiento del ex intendente Aveiro, hoy en el Congreso, y del jefe municipal malargüino Jaque.
Este peronismo mendocino, que corre desde atrás hacia la todavía lejana carrera electoral 2025, ya vislumbra un escenario compartido con el cornejismo gobernante y con el renovado Pro, en el que nuevamente aparece como dirigente referencial Omar de Marchi. En el PJ saben que el enojo del demarchismo con el gobierno provincial es tal que de ninguna manera cabe pensar en algún tipo de acercamiento, por lo menos hasta ahora. De ser así, tendría el justicialismo una nueva oportunidad de competir contra un “antiperonismo” dividido, aunque sabiendo que para ello tiene que caer la imagen presidencial y debe mejorar la propia. Difícil desde todo punto de vista por el momento.
Como señalamos hace una semana, el relanzamiento de Pro en esta provincia tuvo la bendición de Mauricio Macri, que envió un video de adhesión a la conducción de Pradines que pudieron ver los numerosos asistentes al acto. Esto, por lo tanto, también obligaría a De Marchi a esperar definiciones con respecto a la relación entre el expresidente y Milei. Puede ocurrir que el fundador de Pro decida mantener el apoyo legislativo al oficialismo sin llegar a un acuerdo electoral, o que, en cambio, todo termine en una alianza o coalición. De eso puede depender la forma de encarar la campaña por parte del macrismo en Mendoza: o liderando una coalición, como anticipó Pradines al asumir, o bien recurriendo nuevamente al armado de La Unión Mendocina. Son miradas que de ningún modo alterarían la firme decisión de constituir al partido “amarillo” en la más férrea oposición al gobierno de Cornejo desde aquí hasta las elecciones de 2027.
Volviendo al tablero electoral para las legislativas del año próximo, no pocos consideran que si la economía acompaña medianamente a la gestión de Milei, es casi seguro que los libertarios, liderados por la hermana del Presidente, pretendan armar listas propias en la mayoría de las provincias, incluyendo a Mendoza. Una opción local más (serían cuatro) si ese pronóstico se concreta.
De todos modos, no hay que menoscabar el habitual tiempismo de Cornejo. Al Gobernador le gusta testear constantemente los números de las encuestas. Su estrategia puede llegar a prever todas las opciones imaginables hasta el momento: desde insistir con Cambia Mendoza (el radicalismo y unos pocos más) hasta llegar a contemplar, como hemos dicho en columnas anteriores, algún tipo de acuerdo con el mileísmo. El desdoblamiento electoral mendocino le permite al oficialismo prever dos escenarios. Pero si es necesario, como ocurrió en las elecciones de mitad de mandato de Macri, a no dudarlo Cornejo podría apelar a la unificación electoral.