El silencio es la ausencia total del sonido. Generalmente, el silencio sirve de pausa reflexiva tras una comunicación, para ayudar a valorar el mensaje.
También significa abstención de hablar, en el ámbito de la comunicación humana. Y, sin embargo, que no haya sonido alguno no siempre quiere decir que no haya comunicación.
El silencio ayuda en pausas reflexivas que sirven para tener más claridad de los actos.
El silencio es igual de importante que el sonido porque sin sonido no se podrían hacer silencios. En la música, por ejemplo, sin silencio las canciones serían muy rápidas y no habría tiempo para que respirara quien la está interpretando.
Es un espacio que sirve de pausa reflexiva tras una comunicación, para ayudar a valorar el mensaje.
Los que trabajamos en radio, por ejemplo, sabemos muy bien de la importancia del silencio porque a veces el silencio es opinión. Hasta podría ser tomado como un adjetivo calificativo.
Procura que tus palabras sean más elocuentes que tu silencio. Es una expresión que le da valor al silencio como una postura inteligente en ciertos casos.
El silencio es la ausencia de sonidos. Dicen los que saben algo de esto, que cuando estamos disfrutando el silencio en algún lugar, en la montaña por ejemplo, lo que escuchamos no es el silencio sino el sonido del universo al cual, lógicamente, ya estamos acostumbrados.
El silencio es decidor. Cuando guardamos silencio en alguna confrontación imperante es que no tenemos nada que decir o sí tenemos que decir pero preferimos no hacerlo. En este caso, el silencio es la prevención de casos más acuciantes.
En algunos lugares es muy importante el silencio. Por ejemplo, en el teatro cuando está tocando la filarmónica guardar silencio es una forma de demostrar que uno está disfrutando de la música que escucha. También en el cine, en un aula o en los hospitales donde suele haber un póster con una señorita enfermera poniéndose el índice en los labios para producir el silencio necesario en ese lugar tan especial. Cualquier espectáculo que vayamos a ver necesita de la colaboración de nuestro silencio para no embromar a los artistas que están dando todo sobre el escenario.
Cuando nos retan por algo, ya sea nuestra mujer, algún amigo, alguien, muchas veces optamos por el silencio porque no tenemos argumentos para defendernos o porque no queremos agrandar el caso.
Hay tipos que son silenciosos; se la pasan la mayor parte del día con la boca cerrada. Algunos por timidez y otros para prevenirse de las posibles réplicas.
Usamos el silencio también para homenajear. Por eso de vez en cuando se pone en práctica “un minuto de silencio”. Se lo usa entonces para recordar, para homenajear a alguna persona que haya fallecido y que signifique mucho para los que hacen silencio.
Embromado es cuando alguna tribuna de fútbol, de esas estruendosas que no dejan de cantar durante todo el partido, hace silencio. Seguramente en la cancha las cosas no están sucediendo como ellos lo ambicionan. Entonces el silencio adquiere calidad de bronca o de temor.