Suárez se expuso a una zancadilla cantada

A pesar del cimbronazo, Suárez no dudó el intentar dar vuelta la página y sostener los pasos ya previstos para llegar a concretar la obra de Portezuelo.

Suárez se expuso a una zancadilla cantada
Suárez en la reunión de Coirco

Un resultado doblemente desalentador obtuvo Mendoza el viernes, en la Casa Rosada. No sólo fue el voto en contra sobre Portezuelo del Viento; la asistencia financiera de la Nación ante la emergencia terminó siendo una módica e insuficiente suma, muy lejana a lo que se insinuaba horas antes de la firma del préstamo.

Suárez recibió la zancadilla política que esperaba no sufrir de parte de las provincias del Coirco. Lo había dicho el Gobernador cuando se supo que el ministro del Interior había desarchivado, a pedido de La Pampa, el planteo de esa provincia al laudo presidencial de Macri a favor de Portezuelo del Viento y de su estudio de impacto ambiental. Sin embargo, sus colaboradores cercanos en el abordaje del conflicto con el justicialismo pampeano terminan admitiendo ahora que la votación rotundamente adversa era previsible. Esa lógica es la que llevó a más de un dirigente, entre allegados a Cornejo y de otros partidos de Cambia Mendoza, a considerar que era inconveniente concurrir a una reunión con resultado cantado. Es una posibilidad que se insinuó en algún momento desde el Ejecutivo local pero que, luego, el estilo consensual del Gobernador terminó por desechar.

Rodolfo Suárez - Caricatura: Gabriel Fernández
Rodolfo Suárez - Caricatura: Gabriel Fernández

A pesar del cimbronazo, Suárez el mismo viernes no dudó un instante en intentar dar vuelta la página y sostener los pasos ya previstos para llegar a la obra de Malargüe. El proceso licitatorio debe llegar al 3 de julio, fecha prevista para las ofertas, mientras que dentro de un mes tiene que efectivizarse el nuevo desembolso de la Nación por el acuerdo de resarcimiento con el que se apuntó a financiar el emprendimiento. “La plata es otro cantar”, dicen funcionarios cercanos a Suárez. Es que esos recursos no pueden no venir a Mendoza más allá de que la obra se demore a raíz de estos contratiempos políticos.

En cuanto a los próximos pasos, se asegura que el pedido de Suárez para que ahora laude el presidente Fernández es algo que no puede dejar de lado el jefe del Ejecutivo nacional. “Tiene que laudar. Cómo y cuándo lo decidirá él, eso es otra cosa”, sostenían ayer en el gobierno provincial. Y también se pone de manifiesto entre los funcionarios mendocinos que, más allá de la euforia pampeana por el respaldo obtenido, en ningún momento nadie insinuó que Portezuelo del Viento debía quedar en suspenso. El órgano de conducción del Coirco tampoco está habilitado para ese tipo de decisiones. Y más de una vez funcionarios nacionales han destacado públicamente que se trata de una de las obras más trascendentales de la Argentina. Por eso, pese a la adversa tarde de viernes, Suárez se apuró a tranquilizar con respecto a la licitación y a reclamar la decisión presidencial.

Sobre una supuesta instancia judicial por parte de nuestra provincia, con requerimiento concreto a la Corte Suprema de la Nación, desde el entorno del Gobernador comentan que antecedentes no muy lejanos demuestran que el máximo tribunal no se considera competente para estudiar un laudo presidencial. Así se expresó la Corte cuando La Pampa pidió invalidar el pronunciamiento de Macri a favor de la obra.

En el ámbito provincial el apoyo de la oposición se mantiene como antes de la audiencia del viernes. Y eso se reforzaría si se llega a realizar la Asamblea Legislativa de respaldo a las gestiones del gobierno local que promovieron diputados demócratas y que ahora tienen que aprobar el Senado. Tarea para el vicegobernador Abed, encargado ahora de que el fuego político por Portezuelo no se consuma.

Pero también hay muchas miradas dirigidas a la principal referente que tiene el kirchnerismo en Mendoza en estos tiempos, la senadora Anabel Fernández Sagasti. Pese a ser alfil de Cristina Kirchner, tiene buena llegada al presidente Fernández y destrabar el conflicto con La Pampa le aportaría a ella una credencial de gran jerarquía. Una buena oportunidad para la joven legisladora, desdibujada un poco luego del freno al proyecto sobre Vicentin que generó la usina de ideas del cristinismo y que ella se encargó de anunciar. Para los más pesimistas, una solución de difícil concreción para la Casa Rosada luego de una votación tan rotunda como la del ahora histórico 4 a 1. Y con más razón si se recuerda los reparos de Alberto Fernández a volcarse a favor de un proyecto que es cuestionado por cuatro provincias y solo movilizado por una.

Por el momento la mirada de Suárez apunta a seguir dando “pelea” por Portezuelo en el plano legal y con el convencimiento de que nada ni nadie puede detener el camino hacia la ejecución de la obra. Confía en la promesa de búsqueda de consensos vertida por el ministro “Wado” de Pedro luego de la adversa reunión del viernes.

¿No hubiese correspondido que el ministro del Interior apelara al diálogo entre las partes antes de desarchivar, a pedido de La Pampa, el estudio de impacto ambiental ya aprobado? Esa nueva reunión convocada ahora para dentro de 15 días quizá debería haber sido previa a la embestida interprovincial que sufrió Mendoza en el reciente encuentro.

Suárez sorteó con clase el golpe dado por La Pampa y sus provincias ahora adherentes y sigue con el proceso que conduce a la obra en Malargüe, pero en el plano estratégico tal vez requiera no sólo recibir voces y palmadas de apoyo; también escuchar opiniones que aporten. Se arriesga a no poder ser, por lo menos en lo inmediato, el gobernador encargado de iniciar Portezuelo del viento.

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