Esta semana se realizó en Mendoza la segunda clínica “del Tomate” con el claro objetivo de recuperar la producción mendocina en fresco y generar productos de valor agregado, bajo el proyecto “Labrar”.
Durante el evento, la Dra. María Sance, especialista en tomate y líder del grupo dedicado a recuperar la producción y promover el valor añadido, destacó la importancia de enfocarse en mejorar los procesos de producción.
Al igual que sucede con la producción vitivinícola, Sance y Alejandro Vigil creen que el tomate mendocino en fresco podría ser objeto de búsqueda de variedades y desarrollo de opciones al consumidor que permitan hacer la oferta exportable.
“Viajando por diferentes lugares del mundo, me sorprendo al encontrar un plato de tomate que se vende por 50 euros. Resulta increíble para mí, pero la gente lo compra con alegría porque ya no encuentra tomates con ese sabor especial que solían tener, lo que yo llamo ‘el sabor de antes’. Esto me lleva a reflexionar sobre cómo no estamos valorando lo suficiente el tomate en nuestro entorno. Recuerdo un restaurante al que suelo ir en la Costa Brava, llamado Villa Más, uno de los mejores de la zona. El propietario decidió dejar la cocina para dedicarse exclusivamente a cultivar tomates para su restaurante. Esto me hizo pensar en la importancia del valor agregado; ¿por qué no podríamos lograr algo similar en Mendoza con lo que tenemos?”, dijo Vigil durante la presentación del panel.
A saber: las provincias de Mendoza y San Juan concentran el 80 % de la producción del país. Además de las posibilidades en fresco se suman las del tomate para la industria. Es que según datos del IDR, la producción nacional está muy por debajo de la demanda interna.
“Chile e Italia son quienes generalmente cubren su demanda, mostrando claramente las oportunidades de expansión para lograr el autoabastecimiento. En Argentina se consumen al año unos 650 millones de kilos de tomate para la industria y, en una temporada normal, la cosecha local alcanza los 450 millones de kilos, una brecha del más del 40 por ciento”, detalla el informe del IDR.
Expertos de los paneles aseguraron que el rendimiento por hectárea y la tecnificación real de la horticultura podrían ser claves en el desarrollo de esta industria.