Tragedia de Alpatacal: un pueblo, un accidente y muchos sueños

Un choque de trenes un 7 de julio de 1927 le costó la vida a una decena de cadetes chilenos, todos adolescentes, Desde aquel momento, hasta hoy, los homenajes nunca cesaron.

Tragedia de Alpatacal: un pueblo, un accidente y muchos sueños
Tragedia de Alpatacal

Hoy se cumplen 95 años del accidente ferroviario conocido como “Tragedia de Alpatacal”, un hecho que marcó una época.

Corría el 6 de julio de 1927. Una representación de la Escuela Militar Bernardo O’Higgins partió desde Santiago de Chile hacia Mendoza. El destino final era Buenos Aires, donde desfilarían para la fecha patria del 9 de julio.

Después de un pequeño ágape brindado por las autoridades argentinas en la propia estación de Mendoza, partieron rumbo a Buenos Aires. En la madrugada del 7 de julio a las 3.55, en la estación Alpatacal, distante 30 kilómetros al este de la villa cabecera de La Paz, el tren de los trasandinos chocó de frente con una formación que venía desde Buenos Aires hacia Mendoza.

La tragedia de Alpatacal en la tapa de Los Andes en 1927
La tragedia de Alpatacal en la tapa de Los Andes en 1927

Las reales causas del accidente nunca estuvieron del todo claras. Lamentablemente fallecieron 30 personas, entre ellos varios cadetes de entre 12 y 15 años. Otros tantos entregaron su vida en los meses siguientes.

En la vecina República de Chile es considerada la mayor tragedia militar en tiempos de paz. Un hecho que merece destacarse es que los sobrevivientes, con heridas leves en sus cuerpos y grandes en sus corazones, por haber perdido amigos, continuaron viaje hacia Buenos Aires.

El día de la Independencia argentina, los valientes soldados, todavía no recuperados del dolor sufrido, desfilaron por las calles de Buenos Aires. Lo hicieron con uniformes quemados, agotados por la travesía y sin caballos ya que murieron en el accidente. El pueblo argentino supo reconocer la valentía de los representantes de Chile y los llenaron de aplausos. Incluso, les arrojaban flores a su paso.

Un documental

Desde aquel momento, hasta hoy, los homenajes nunca cesaron. Existen calles como Alpatacal, Ferroviarios Argentinos o Cadetes Chilenos, por ejemplo, y hasta clubes de fútbol como el llamado “Cadetes Chilenos”. Incluso el propio lugar del accidente cambió su nombre, de estación “Alpatacal” a “Cadetes de Chile”.

En 2006 se proyectó el documental “Caballos en llamas”, que tuve el honor de realizar, y en 2007 se publicó el libro “Alpatacal, historia y legado” del historiador Luis Valentín Ferrada Walker, obra de la Escuela Militar Bernardo O’Higgins.

En la actualidad la localidad se encuentra abandonada, ya que con el cese de servicios del ferrocarril en los primeros años de la década del 90 los lugareños fueron trasladados a la villa cabecera de La Paz. No obstante, existen proyectos para darle vida al pueblo de Cadetes de Chile y regresar a vivir allí.

Hijos y familiares de los lugareños han creado una ONG con la que realizan actividades tendientes a reunir dinero para restaurar las casas y construir otras. Son respaldados por Tito Nieva, un baluarte de la cultura paceña en representación del municipio y diversas asociaciones, como la “Comunidad Chilena Violeta Parra”.

Doy fe de que van por buen camino: una vivienda ya es habitable, han desmalezado la zona y pusieron en valor la pequeña iglesia del pueblo. También se restauró una bella cruz de madera donada en su momento por el Ejército Argentino.

La Fundación Vivencias Argentinas está articulando con el municipio un ambicioso proyecto para recuperar la histórica escultura y dotar al pueblo de “Cadetes” de la infraestructura de servicios necesaria.

La Fundación “Vivencias Argentinas”, que preside el doctor Carlos Pincolini, está impulsando la reconstrucción y reposición de la escultura de bronce “La Chilena”, que fue robada en agosto de 2006. Por eso la entidad, a través de Franco Bandini, Sofía Rizzo y Facundo Cano, trabaja en asocio con el municipio de La Paz para cumplir esa meta. Para tal fin se ha firmado un convenio de cooperación con la colaboración de la arquitecta Silvia Sallustro, de la Dirección de Patrimonio de Mendoza.

“Vivencias…” realiza desde 1993 diversas acciones en pro de la recuperación del patrimonio ferroviario de Mendoza.

*El autor es documentalista

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