Rodolfo Suárez decidió jugar fuerte y tuvo el mayor gesto de autoridad desde que asumió hace diez meses. La suya fue una apuesta política, obviamente, pero también una defensa de lo que piensan él, el oficialismo y gran parte de los mendocinos: deben protegerse la salud y también la economía.
Muchas leyes, decretos y ordenanzas siempre dan lugar para más de una interpretación. Eso fue, dijo el Gobernador, lo que usó a su favor para remarcar que Mendoza no volverá a la estricta fase 1 que rigió el primer mes de la cuarentena impuesta por la pandemia del coronavirus.
Poco antes de sus declaraciones, la Nación había aclarado que el retroceso no era al temido cierre total: desde ayer, en el Gran Mendoza, Tunuyán y Tupungato rige la última versión del aislamiento social obligatorio antes de ingresar al distanciamiento.
Hay retroceso, pero a la mitad de la cuarentena y entonces se mantendrán todas las restricciones y flexibilizaciones de ese momento.
Suárez igual aprovechó para mostrarse firme y decidido. Y al argumento del decreto presidencial que habla de un “aumento sostenido de casos” en Mendoza, contrapuso el amesetamiento de las últimas semanas que registran las estadísticas provinciales.
El Gobernador sabe que juega con la tribuna a su favor. Una encuesta de la consultora Reale-Dalla Torre, cercana al Gobierno, revela que el 79% de los mendocinos no quieren más restricciones. Están agobiados por el encierro y por el bolsillo.
La brutal caída de la economía (industria, comercio, construcción) y el consecuente crecimiento de cierres de empresas, desempleo y pobreza, entre otros datos negativos, golpean a miles en carne propia, no sólo en las noticias.
Suárez está convencido de que es necesario sostener la mayor apertura posible para que el desplome no sea mayor. Pero detrás de la rebeldía que exhibió hay otro dato que refleja la encuesta de Reale: la credibilidad del Presidente cayó en un mes del 52 al 40%. Ahora es más fácil pelearse con él sin pagar costos políticos.
La dicotomía “salud o economía” que impuso Alberto Fernández parece agotada. La cuestión ahora es “salud y economía”. Pero el Gobierno nacional no le encuentra la vuelta y entonces quiere apostar nuevamente a lo que más le rindió.
Sólo que ese tiempo ya pasó y los números tampoco lo acompañan: pese a todas las restricciones, Argentina llegará al millón de contagiados cuando mucho en diez días y hoy superará los 24 mil muertos.
De hecho, el domingo, horas antes de que se conociera el decreto presidencial, uno de los médicos de la OMS abocados al Covid-19, había dicho que esa organización no aboga por las cuarentenas como el principal medio de control del virus.
Suárez sabe que, de ahora en más, el camino será escarpado. Pero lo cierto es que hasta ahora los buenos modales con Fernández tampoco le habían rendido: Mendoza siempre quedó última en el reparto de fondos y créditos nacionales desde que comenzó la pandemia.