El apoyo que hizo público, el viernes, el Gobernador a la gestión de Javier Milei fue realmente la admisión de un compromiso político que tiene una fuerte ligazón desde el punto de vista electoral. Sólo un fracaso rotundo de la gestión nacional, en lo que resta para llegar a las elecciones de medio término, obligaría al siempre estratégico Cornejo a efectuar un replanteo del plan que va mostrando.
Con su afectuoso saludo al primer mandatario al pie del avión y con su alocución en el encuentro nacional de ejecutivos de finanzas, Cornejo dijo lo que muchos también dicen y piensan: enfrente de Milei hay muy poco para ofrecer desde lo político pensando en las legislativas de 2025. Pese a una lógica merma que reflejan muchas encuestas, el Presidente y sus colaboradores siguen manteniendo un nivel de popularidad y aceptación hasta envidiable si se tiene en cuenta el nivel de ajuste llevado a cabo. Plan que no es otra cosa que la ejecución de lo que el Presidente prometió siendo candidato.
Además, el Gobernador va en línea con lo que piensa gran parte del empresariado, lo cual también quedó reflejado en el evento llevado a cabo en Mendoza: mientras la macroeconomía no se ordene será inútil pensar en crecimientos provinciales. Los empresarios dejaron en claro que el apoyo a la política económica nacional está presente, pero la ansiedad es grande y por eso creen que no hay Plan B y que la mejora debe ser lo más rápido posible. En la cobertura de Los Andes de ayer quedó muy evidente dicha postura.
Posiblemente esa urgencia mueva al radicalismo mendocino a tejer estrategias electorales con la debida antelación, siempre apostando a que la votación de mitad de mandato esté todavía a resguardo de cualquier descalabro que pueda suceder más adelante. Con la gestión presidencial de Macri ocurrió algo similar: Cambiemos ganó cómodamente las legislativas y en lo sucesivo comenzó con una marcada declinación.
El jefe del Ejecutivo mendocino le aconsejó al líder libertario dejar de lado su recurrente crítica a la dirigencia política en general (la “casta”) y adoptar el uso de los recursos políticos para avanzar en negociaciones fructíferas (ejemplificó las negociaciones por la Ley Bases). Probablemente, le haya advertido que, de cara al proceso electoral próximo, es preferible que se apoye en quienes adhieren a sus políticas y deje de lado a personajes que poco han contribuido a abandonar los condenables métodos de la criticada “casta”.
Es que luego del escándalo generado por Lourdes Arrieta y de la tensión que produjo el formoseño Paoltroni por la nominación de Lijo para la Corte, entró en escena nada menos que el presidente provisional del Senado de la Nación, el sanluiseño Bartolomé Abdala, que públicamente no supo justificar por qué siendo libertario tiene a su cargo un numeroso y costosísimo elenco de asesores con el principal objetivo de que lo ayuden a tejer una anhelada candidatura a gobernador en su provincia. Insólito y lamentable. Sobrevive políticamente porque probablemente nadie haya querido, en el oficialismo nacional, avanzar nada menos que contra el número tres en la línea de sucesión institucional.
Volviendo al terreno político local, probablemente Alfredo Cornejo también aproveche el proceso electoral del año próximo para probar mecanismos que conduzcan a la gran cita de 2027, cuando se deban definir cargos ejecutivos, empezando por su sucesión, un tema no menor en la estructura del radicalismo mendocino. Hay quienes opinan que el mismo desgaste que soportó el peronismo de Bordón y Lafalla en los años ‘90 luego de tres gestiones consecutivas puede repetirse en el actual ciclo de la UCR de Cornejo. Surgen deficiencias de gestión que muchas veces reflejan un ineludible y lógico desgaste de los cuadros llamados a ocupar cargos públicos. El eventual recambio, mayoritariamente expresado en el elenco sub 40 que acompaña hoy a Cornejo, no muestra aún el surgimiento nítido de alguna figura llamada a intentar la sucesión.
El calendario electoral mendocino brinda la posibilidad del desdoblamiento con la elección nacional. Está así establecido y sólo el Ejecutivo debe avalarlo por decreto. Si la acción de gobierno de Milei sigue respondiendo a las expectativas expresadas por el referente radical mendocino, no habría que descartar que Cambia Mendoza (UCR y los aliados que le quedan) adopte una estrategia de campaña basada en los preceptos de la política nacional libertaria, aunque también el oficialismo local deba mantener en orden su gestión, especialmente en aspectos que preocupan bastante a la ciudadanía provincial, como la inseguridad.
Están los que opinan que cuanto antes el cornejismo arme su estrategia en base al acercamiento metodológico que muestra cada vez más con el gobierno nacional, mayor posibilidad de éxito electoral tendrá. Porque tampoco se debe dejar de lado la intención de la jefa libertaria por excelencia, Karina Milei, que no estuvo presente ayer en la fugaz visita de su hermano. Ya se sabe que tiene la intención de que La Libertad Avanza compita con su sello en la mayor cantidad posible de provincias y Mendoza puede no ser la excepción. Aunque aquí, hay que destacarlo, primero está el remozado Pro de De Marchi y Pradines y sobrevive, gracias a Patricia Bullrich, el sector macrista que acompaña a Cornejo de la mano de la vice Hebe Casado.
Mucha especulación y todo tipo de conjeturas. Sin embargo, el súper pragmático Cornejo no ve por el momento otra salida si no es con Milei.