Un lanzamiento que activó al PJ mendocino

A las ilusiones de Aveiro para la gobernación mendocina se suman comentarios respecto de la sucesión en el partido. Hay quienes piensan que la persona adecuada para conducir el peronismo cuando se vaya Anabel es el intendente de Lavalle.

Un lanzamiento que activó al PJ mendocino
Anabel Fernández Sagasti y Martin Aveiro. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

El intendente de Tunuyán afirmó que le gustaría ser candidato a gobernador el año que viene, frase que estimuló a un partido paralizado.

Al cierre de esta columna, el link se seguía viralizando entre los peronistas mendocinos. Al abrirlo, aparecía Martín Aveiro, intendente de Tunuyán y vicepresidente segundo del PJ mendocino, blanqueando su interés de ser candidato a gobernador en 2023.

“Ganas no faltan, capacidad y equipo hay, y sí, por qué no soñar con ser”, decía en la nota periodística Aveiro, para el festejo de muchos de los que militan en un partido azotado por la sucesión de derrotas electorales, y que transita otro periodo de liderazgos ausentes.

“A Mendoza le hace falta un peronismo tradicional que esté al frente”, aseguraba Aveiro, al final de una larga y amigable charla con los periodistas de estación Zafiro, que en casi toda su extensión tuvo más que ver con la Fiesta de la Tonada de Tunuyán que con la política.

Gracias a estas palabras, y aunque el contexto fuera el de una disipada conversación radial, esta semana el justicialismo local encontró un aliciente en medio de sus desencantos.

No fue poco. El pronunciamiento de Aveiro movilizó a un partido que quedó paralizado tras la elección del año pasado.

Asomó la cabeza alguien en un espacio donde nadie aparece y los que tienen el control se quieren ir.

Hubo quienes llegaron a vaticinar el renacimiento de la “liga de los intendentes”, mientras que el sector opuesto, o sea La Cámpora, intentaba al mismo tiempo demostrar que Aveiro, ahora, es “suyo”.

Habrá que ver.

Ciertamente, el intendente de Tunuyán se acercó al kirchnerismo duro en los últimos tiempos, tanto que fue jefe de campaña de Anabel Fernández Sagasti en las generales. En consecuencia, La Cámpora percibe que el bando rival se redujo a solo dos figuras: Roberto Righi (Lavalle) y especialmente a Emir Félix (San Rafael).

Sin embargo, Aveiro arribó a la conducción de la campaña final justamente para “peronizar” el operativo electoral.

En la PASO, el manejo de la estrategia proselitista fue de La Cámpora, que no pudo evitar la derrota.

Aveiro no consiguió cambiar mucho el panorama en votos para el PJ, pero lo que ahora está diciendo endulza más los oídos de quienes están en la vereda de enfrente del kirchnerismo.

Su alusión a que Mendoza necesita un “peronismo tradicional” sugirió con claridad un cambio de rumbo.

Si esto ocurriera, además, el momento podría ser propicio: Fernández Sagasti, líder del kirchnerismo local, ha dejado el centro de la escena y se encamina a abandonar el propio liderazgo partidario. Lo decidió poco después de la derrota del año pasado y esto no ha cambiado. Todo lo contrario: según reconoció su entorno, lo más probable es que a fin de año deje la conducción del PJ, cuando finalice su mandato.

Aunque no son usuales las reelecciones en la presidencia partidaria, las ambiciones de “la senadora más influyente”, tal como la califica el radical Ernesto Sanz, claramente decayeron después de la última elección.

Anabel parece tener el mismo techo que posee el kirchnerismo en Mendoza y ese volumen no alcanza para ganar. Además, acaba de renovar su mandato de 6 años como senadora nacional y puede esperar que mejoren sus perspectivas.

En su carácter de delegada del Gobierno nacional en Mendoza, sólo un hecho ajeno a la provincia podría reposicionarla: la “recuperación económica” que, para varios peronistas, se empieza a hacer evidente.

Pero, a diferencia de ella, otros peronistas mendocinos no pueden colgarse de una esperanza. Los intendentes más antiguos necesitan un plan político ya, porque se les terminan los mandatos el año próximo. No podrán renovar, debido a que cumplieron la cuota de reelecciones sucesivas que permite la Constitución provincial, y tienen que encontrar la fórmula para que los territorios queden en poder de sus herederos.

En esa situación están, precisamente, los tres intendentes ya mencionados: Aveiro, Félix y Righi ¿La necesidad los empujará a unirse y conducir el PJ? Está por verse, pero es bastante probable que ninguno de ellos haga “la plancha” el año que viene.

A las ilusiones de Aveiro para la gobernación se suman algunos comentarios más respecto de la sucesión en el partido. Hay quienes piensan que la persona adecuada para conducir al peronismo mendocino cuando se vaya Anabel es el intendente de Lavalle.

No es que haya un “operativo clamor”. Righi tampoco se ha lanzado para presidir el PJ y ni siquiera se sabe si comparte una idea sobre el futuro del peronismo con Aveiro. Pero son señales, en el marco de una fuerza opositora que, por lo demás, sigue luciendo casi desactivada.

Un solo dato basta para confirmarlo: el justicialismo local no tuvo reunión alguna después de perder las elecciones 2021. El tiempo pasa y la coyuntura precipita opiniones peronistas sobre distintos asuntos (seguridad, FMI, el proyecto de esquí en Malargüe, etcétera), pero estas expresiones no son fruto de un debate orgánico previo.

Tanto es así que, hasta el momento en que se escriben estas líneas, los principales referentes no habían cruzado aún pareceres sobre el importante proyecto de Boleta Única que Rodolfo Suárez acelera en la Legislatura.

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