Un ojo en la provincia y el otro en lo que la Nación decida

Fiel a su estilo, pero ahora más que nada movido por la estrechez que se avecina, el Gobernador prácticamente centraliza todo lo que puede y casi no deja margen ni siquiera en los casos de funcionarios que son de su absoluta confianza.

Un ojo en la provincia y el otro en lo que la Nación decida
Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo y Hebe Casado.

No es novedoso señalar que Alfredo Cornejo encaró su segunda gestión en Mendoza con un contexto nacional muy especial. Ya hemos dicho en este mismo espacio que, quiera o no, el Gobernador es partícipe de una transformación del Estado, ahora sí explícita a través de las iniciativas dadas a conocer por el presidente Milei desde el mismo momento de asumir. La concreción de promesas de campaña.

Sin duda, la controversia está instalada con fuerza en el plano nacional. Une a la Casa Rosada con el Congreso y tiene como observador al Poder Judicial a partir de la mirada crítica de constitucionalistas de prestigio, que consideran que el mega decreto presidencial de desregulación de la economía sale de los cánones constitucionales. Los jueces esperan que el problema lo solucione la política, porque saben que, de lo contrario, serán depositarios de demandas múltiples de parte de los sectores que se sientan perjudicados por el sacudón que piensa instalar la gestión de Javier Milei. Ya es hora, por otra parte, de que los conflictos de la política los resuelva ésta.

Y el rol del radicalismo puede ser decisivo en este momento, ya que el peronismo, responsable de la herencia que recibe la actual administración, ya es la declarada principal oposición al nuevo gobierno. Cuenta el PJ con el apoyo de los sectores gremiales, que también salieron del silencio cómplice de los años recientes. Por lo tanto, lo que se decida en las bancas de la UCR puede ser definitorio con respecto al ambicioso plan de Milei y los libertarios. El centenario partido mantiene su predicamento por el número de bancas con que cuenta.

Como nos preguntábamos hace una semana, luego de que la UCR definiera la conducción partidaria a favor de Martín Lousteau, es interesante ver cómo responderán diputados y senadores radicales a la hora de votar sobre las medidas del gobierno de Milei. ¿En respuesta a lo que pidan sus gobernadores o en línea con lo que disponga la nueva conducción del partido? Por el momento hay puntos de vista encontrados hasta entre legisladores de una misma provincia; Mendoza es un ejemplo.

De todos modos, hay quienes esperan que algún gesto del Gobierno a favor de los que consideran que no había ni necesidad ni urgencia como para pretender gobernar por decreto ablande corazones y se llegue al consenso necesario. El reciente recurso del llamado a extraordinarias puede ir en ese sentido.

Es por ello que al gobernador mendocino el escenario que se va montando en la política nacional probablemente lo obligue a estar atento por igual a su gestión local y a lo que suceda en los ámbitos de poder nacionales. Sería por dos razones: la injerencia del recorte del gobierno libertario en las arcas provinciales y, a la vez, la posibilidad de mantenerse activo en un terreno que no le ha permitido hasta ahora adquirir el protagonismo que siempre deseó.

Fiel a su estilo, pero ahora más que nada movido por la estrechez que se avecina, el Gobernador prácticamente centraliza todo lo que puede y casi no deja margen ni siquiera en los casos de funcionarios que son de su absoluta confianza. Eso podría explicar, en parte, por qué decidió encarar su segunda gobernación rodeado, mayormente, por colaboradores de perfil técnico.

En lo que se refiere al desarrollo económico de la provincia, independientemente de los recursos provenientes del acuerdo por Portezuelo del Viento, sabe el jefe del Ejecutivo que por imperio del estricto ajuste que promueve el nuevo gobierno central la coparticipación desde la Nación puede mostrar números no del todo satisfactorios. Eso quedó expresado en la reciente reunión de Milei con los 23 gobernadores de provincias y el jefe de Gobierno porteño. La vuelta a Ganancias aparece como un paliativo temporario y el pretendido reparto por el llamado impuesto al Cheque es un hueso duro de pelar para las provincias; el Presidente ya dijo que no está de acuerdo.

Mientras tanto, Omar de Marchi volvió a ser noticia. Alejado de la escena local, asume en un cargo nacional que no es de primera línea (subsecretario), pero en el que puede sacar a relucir sus habilidades en la negociación política después de muchos años como dirigente, funcionario y legislador. Rápida revancha para su frustrada incursión por el área de Educación.

El ex diputado nacional tendrá a su cargo el área de Relaciones Parlamentarias, un lugar de importancia en un contexto como el actual, con un gobierno necesitado de consenso para sacar a flote su gran batería de proyectos.

De Marchi estará bajo el mando del jefe de Gabinete de ministros, Nicolás Posse, personaje proveniente de la actividad privada, de gran confianza para Milei pero sin antecedentes en política.

Tiene una buena oportunidad el lujanino para mostrarse en un momento en el que la “rosca” política comenzará a ser necesaria para destrabar la transformación que busca el Gobierno a través de sus decretos y proyectos de ley. No habrá tiempo que perder porque el llamado a sesiones extraordinarias obligará a postergar algún receso veraniego ya previsto. Algunos proyectos seguramente van a ser discutidos. Si La Libertad Avanza llega a contar con los votos para aprobar es otra cuestión.

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