¿Un restaurante en el Cerro de la Gloria?, muy mala idea

¿Un restaurante en el Cerro de 145 metros cuadrados? Producirá un impacto ambiental negativo y un daño en el uso y funcionamiento del monumento.

¿Un restaurante en el Cerro de la Gloria?, muy mala idea
Imagen ilustrativa / Archivo

El monumento al Ejército de los Andes en el Cerro de la Gloria es uno de los más bellos monumentos conmemorativos de América. Nacido como proyecto en el siglo XIX tuvo recién su concreción a principios del XX, merced a un programa nacional que buscaba reforzar el relato heroico de nuestros próceres, en el marco de las celebraciones del primer Centenario de mayo y la gesta de la Independencia.

Originalmente no contaba con la amplia escalinata, el ofrendatorio y plaquetario, ni la gran explanada de llegada, elementos agregados hacia 1940 en la magistral intervención del Arq. Daniel Ramos Correas cuando también diseña el nuevo Zoo en la ladera Este del cerro. Esta reforma del monumento fue lo que los especialistas llamamos una “intervención adaptativa” que no solo mejoró el funcionamiento, las visuales y la monumentalidad del conjunto sino que preservó sus valores artísticos y su significado cultural e histórico inicial.

Por información de la prensa sabemos que el gobierno provincial lanzaría un llamado a licitación para otorgar la construcción y explotación comercial de la Unidad de Servicios que se denomina “El Cerro”, ubicada en la explanada del Cerro de la Gloria.

Si bien, según expresa la nota “el oferente debe presentar una propuesta integral respetuosa del entorno y de los bienes patrimoniales del sitio teniendo en cuenta las recomendaciones e indicaciones de la Ley de Patrimonio Cultural 6034 y su decreto reglamentario 1882/2009” por lo que puede advertirse en el anuncio este sitio monumental se verá muy perjudicado con las obras previstas.

En primer lugar es necesario preguntarse si es necesario y conveniente instalar un “restaurante” al pie del monumento. Si lo que se busca es brindar un servicio y darle más vida y actividad al lugar se deberían analizar las verdaderas necesidades. Es conveniente que exista un sitio para tomar un café en invierno o algo fresco en verano. Son necesarios los baños, sí. Tal vez un pequeño edificio destinado a café/confitería sería un equipamiento acorde al sitio, siempre y cuando se construya sin obstaculizar las visuales y la limpieza funcional de esa gran explanada. ¿Pero un restaurante de 145 m2? Definitivamente no, consideramos que va a producir un impacto ambiental negativo y un daño en el uso y funcionamiento del monumento.

¿Se ha pensado si el estacionamiento de los usuarios del restaurante más los visitantes del monumento, no va a ocupar el área del mirador hacia la ciudad? La ubicación del edificio a construir, que tiene dos plantas según se ve en el artículo periodístico, ¿está suficientemente desplazada y oculta para que el restaurante no compita con el monumento ni tape la visual hacia el Este? ¿Se ha considerado que los restaurantes emiten olores y humos que suelen ser molestos en la zona? ¿Se ha evaluado en la propuesta que todos los días un restaurante requiere del aporte de proveedores de alimentos y materias primas y de la eliminación de desechos, recolección que habría que prever diariamente en la cumbre del cerro?

Son más los problemas que los beneficios. Un pequeño café bastaría. Si se quiere ofrecer al visitante un lugar hermoso donde cenar en el Cerro está la solución a la vista: la Hostería del Cerro, edificio patrimonial que se ubica dentro del predio del Zoológico y que está muy cerca de donde quieren hacer el nuevo. Esta Hostería de 1940 es un excelente ejemplo de esa arquitectura californiana que el Estado construyó desde la Dirección de Arquitectura provincial, para el desarrollo del Turismo entre otros usos. La puesta en valor y activación de esta obra es una asignatura pendiente que tiene la Provincia, ligada a la reutilización del Zoo Modelo de Ramos Correas. Es además un edificio que tenía una importante confitería restaurante con lo cual la restauración es más fácil y se recupera así un bien patrimonial. Doble beneficio.

No hablaremos de las múltiples declaratorias y leyes que afectan al cerro, al monumento y a todo el Parque en general, el cual fue declarado “Parque Histórico”, porque damos por descontado que la Dirección de Parques y Paseos Públicos y la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos, seguirán y atenderán en todo este proceso la normativa vigente

Para terminar, en el copete de la nota periodística se menciona que se quiere licitar la construcción y explotación de un “moderno restaurante”, cuando esta cualidad no debería señalarse como prioritaria en un sitio histórico y con un monumento de altísimo valor artístico como éste. Aquí la estrella es la escultura de Ferrari con su basamento, su friso y entorno: la escalinata y la explanada. Toda construcción que se realice como servicio de apoyo debería casi no verse, no notarse, ser silenciosa y discreta. Separemos la paja del trigo, lo importante aquí es el monumento, lo demás es accesorio.

*La autora es Investigadora Principal del Conicet.

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