Escuchamos hablar hace mucho de un mundo cada vez más digitalizado, también del acceso a herramientas de tecnología de la información libres y gratuitas. Esa disponibilidad de libre acceso nos pone delante de un interrogante en relación a su uso. ¿Estamos capacitados para su utilización eficiente? ¿Tenemos las competencias digitales necesarias? Pensamos que estar formado en competencias digitales se vuelve fundamental para el éxito y la participación ciudadana en la sociedad. Incluso teóricos de varias ramas de la ciencia se sienten sensibilizados por el acceso digital y manifiestan que la tecnología actual democratiza nuestra sociedad. Mayor acceso a información permitiría mayor discernimiento y esto implicaría mejores elecciones, mejores decisiones. ¿Mejores qué con las competencias digitales? Las competencias digitales van desde la navegación web hasta la seguridad informática, la habilidad para entender y utilizar la tecnología de la información es crucial entonces. En esta columna, me propongo explorar las competencias digitales de los ciudadanos, brindando una visión accesible y relevante para todos.
Es importante intentar explicar qué es una competencia para luego caracterizar lo digital. Una competencia es la capacidad de una persona para realizar tareas utilizando una combinación de conocimientos, habilidades y actitudes aprendidos para luego aplicarlos a su dominio particular. Muchos ciudadanos enfrentan desafíos al intentar navegar por el mundo digital. La falta de competencias adecuadas puede llevar a la exclusión digital, limitando el acceso a oportunidades y servicios en línea que si bien están disponibles para todos, no todos saben llegar a ellos, almacenarlos, utilizarlos y aplicarlos a su realidad especifica. También esa falta podría llevarlos a falsos datos, información errónea y a formarse un conocimiento equivocado.
En el contexto de las competencias digitales, estas implican la capacidad de una persona para utilizar las tecnologías de la información y la comunicación de manera efectiva y segura en diversas áreas de su vida, como el trabajo, la educación, las relaciones sociales, la comunicación y la participación en la sociedad. Esas competencias digitales abarcan áreas como el uso de herramientas digitales, la búsqueda de datos e información, la comunicación en línea, la seguridad y la resolución de problemas. Sin embargo, muchas personas carecen de las habilidades básicas aplicables, lo que puede exponerlas a riesgos en línea y dificultar su participación en la economía digital. Otras personas, los nativos digitales, nos parecen que, sí las tienen, pero si evaluamos como las usan vemos que tienen acceso a las herramientas, pero una aplicación precaria y descuidada. ¿Por qué? Porque no se han formados en competencias digitales, sólo usan tecnología digital.
La educación juega un papel fundamental en abordar este problema. Las instituciones educativas son quienes deben formar a los ciudadanos en competencias, una de estas es la digital, o de la tecnología de la información. Adicionalmente esta formación debe ser continua y dinámica, conforme avanza la tecnología las competencias avanzan, cambian y evolucionan. ¿Cómo lo estarán haciendo? Vemos que sólo lo están intentando. Los establecimientos educativos tienen programas que se ocupan de temas tecnológicos desde una edad temprana, pero no de formar en habilidades digitales. Además de esto, desde el Estado y algunas organizaciones no gubernamentales se ofrecen recursos en línea gratuitos para que los ciudadanos se informen y aprendan a su propio ritmo. Eso es otro intento.
El desarrollo de competencias digitales beneficia a las personas y también a la sociedad en su conjunto. Una nación con una población digitalmente competente puede contribuir a una sociedad informada, una economía más fuerte y a una actitud crítica ante lo que se le plantee. Este ideal llevaría a una sociedad más inclusiva, al tiempo en que se reduzca la brecha digital de los ciudadanos y en consecuencia se logren, gracias a esto, una mayor igualdad de oportunidades.
Vamos a verlo de manera concreta, para que entendamos una competencia digital enunciémosla. La acción de buscar y gestionar datos, información y contenidos en línea sería expresada como una competencia: “articular una necesidad de búsqueda de datos e información en internet”.
Esto implica conocer cómo acceder buscar, navegar por ellos, evaluarlos, para luego validar su origen, calificar la fuente y su contenido; luego de esto, analizarlos, interpretarlos, para después almacenarlos o no, gestionarlos y reutilizarlos. Como podemos ver no es sólo poner una palabra o frase breve en un buscador de internet, dar clic en buscar y después seleccionar el primero, segundo o tercero de los cientos de miles de resultados de esa búsqueda. Adquirir la competencia digital enunciada requiere conocimiento, habilidades y actitudes. En concreto requiere de niveles crecientes de conocimiento, habilidades y actitudes relacionados con la búsqueda en línea. Ya un tema para tratar con cuidado sería distinguir dato, de información y ésta de conocimiento. Pero bien, las competencias digitales se adquieren de a poco y se van profundizando, se va avanzando en el nivel de aplicación de la competencia.
Un nivel muy básico de esta competencia sería: identificar una necesidad de datos, encontrar como acceder a esos datos a través de una búsqueda sencilla en un entorno digital, y generar una estrategia personal para búsquedas sencillas de datos. Un caso de uso sería: un proceso de búsqueda de empleo, con la ayuda de un orientador puedo identificar una lista de las 10 mejores páginas de internet para la búsqueda activa de empleo en mi país o región; a partir de esta lista encuentro esas 10 páginas y accedo a ellas a través de mi PC, de mi teléfono inteligente, o de ambos; adicionalmente tomo de un blog una lista de palabras clave para hacer más eficiente mi búsqueda en esas páginas, de modo de lograr que esos buscadores de empleo me devuelvan posibilidades relacionadas con mis necesidades de búsqueda laboral. Este sería el nivel más bajo de la competencia enunciada. Queda mucho por delante.
Dijimos que a medida que la tecnología continúa evolucionando, las competencias digitales también deben adaptarse. La integración de habilidades como el pensamiento crítico y la alfabetización mediática pueden volverse aún más importantes en un mundo dominado por la información digital.
Es fundamental que todos los ciudadanos adquieran competencias digitales para prosperar en la era digital. En la educación primaria y secundaria, salvo excepciones, se accede a la tecnología de la información como un objetivo de alfabetización tecnológica y de divulgación. ¿Qué se logra? Que los niños y jóvenes sepan que existen estas herramientas fundamentales para su desarrollo personal. En la educación superior y universitaria se enseñan herramientas tecnológicas como contenidos y no se forma con competencias digitales. Se teoriza sobre el uso de tecnologías que pronto serán obsoletas. Lo que debería hacerse de manera articulada es ir formando cada uno de los niveles, de los más básicos, a los de experto en todas y cada una de las competencias digitales. Invertir en una educación digital por competencias con capacidades para el acceso a los recursos en línea, iniciará el viaje hacia una sociedad más informada, segura y conectada.
*El autor es Contador Público - Profesor FCE -UNCuyo: