Nadie se anima a vaticinar qué puede pasar con el mercado interno del vino, que explica el 75% de las ventas totales, pero las caras de preocupación hablan por si solas.
Las declaraciones del presidente electo Javier Milei sobre un posible escenario de estanflación para los próximos meses no hacen más que augurar una severa caída del consumo y, como el vino no está dentro del consumo prioritario, probablemente sea parte de los recortes que los ciudadanos tengan que hacer en sus presupuestos.
El año 2023, ya no venía bien, y acumulaba a octubre, último informe publicado por el INV, una caída del 9,5%. Los bodegueros estiman que ese número es probable que se agrave y las expectativas por las posibles ventas de fin de año, por ahora, están en stand by. En una charla, un referente describió estas semanas como “la tensa calma que antecede a la tormenta”. Pero si en el frente de las bodegas la situación preocupa, puertas adentro de la cadena, la situación es aún más compleja.
Los productores aseguran que el precio del vino está estancado y con este valor es imposible obtener rentabilidad alguna. A lo que suman problemas específicos como aumento de insumos. Algunos productores de la zona Este hace unas semanas se reunieron con representantes de la Libertad Avanza/PD para plantearles sus inquietudes. En todo caso, las respuestas fueron políticamente correctas y quedaron en volver a encontrarse. Ni promesas ni compromisos.
También hay reclamos al gobierno provincial. En principio, los productores esperan que la administración de Cornejo siga con programas como Recuperagro, que advierten sirve para amortiguar algunos impactos. En la provincia, hay silencio de radio, todo supeditado al nuevo gobierno provincia.
Así las cosas, las exportaciones podrían ser el único refugio para mejorar las cuentas del sector y traccionar. El tema es qué panorama podría encontrar el sector a partir de enero: falta de dólares, alta inflación y recesión, estiman. Y además, hay que salir a recuperar mercados. Otra vez aseguran que para que esto se mueva, será necesario exportar volumen. Más granel, más mosto y más vino de alta rotación y bajo precio. ¿Dan los números este contexto? Fuentes admiten que no. Entonces ¿Se viene un reordenamiento fuerte de la industria vitivinícola? En el sector, sólo hay incertidumbre.