La industria del vino argentino enfrenta un panorama internacional cada vez más complejo, especialmente para aquellos que dependen de las exportaciones y estiman que estas podrían ser una tabla de salvación.
El informe publicado por el Observatorio Vitivinícola Argentino (OVA), basado en datos del primer trimestre de 2024 sobre las exportaciones globales de vino, muestra las dificultades que atraviesan los principales proveedores mundiales. Mientras que Europa ha logrado sortear en cierta medida la crisis, los exportadores del Nuevo Mundo, entre ellos Argentina, han sufrido un impacto considerable.
Los datos publicados por el OVA revelan que los 11 principales exportadores de vino a nivel mundial experimentaron caídas tanto en valor como en volumen durante el periodo interanual hasta marzo de 2024. Sin embargo, seis de estos países lograron aumentar el precio de venta, lo que matizó las pérdidas. Tal como se venía registrando, Italia y España consolidan su liderazgo como los mayores exportadores en volumen, con caídas relativamente menores en comparación con otros competidores. En cambio, Francia, aunque sigue siendo líder indiscutida en términos de valor, ha visto reducida su cuota en volumen, lo cual genera interrogantes.
El informe también muestra que los países del Nuevo Mundo han tenido una evolución mucho más desfavorable que sus pares europeos. En valor, cinco de ellos –Chile, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Argentina– sufrieron caídas de doble dígito. Argentina no ha sido la excepción, enfrentando un descenso significativo en sus exportaciones, tanto en términos de valor como de volumen. Esta tendencia es alarmante para una industria que depende en gran medida de los mercados externos.
Al igual que sucedió la semana pasada con la presentación del informe del Banco Supervielle, estos números vienen a ratificar una tendencia que los exportadores conocen: los mercados están difíciles, la competencia es dura y, además, los consumidores tienen en la mira nuevos “objetos de deseo”, y muchas veces el vino no ocupa los primeros lugares. La carrera por la diferenciación para entrar en los “listings” de los importadores es ardua y, en muchos casos, las bodegas que no están entre las más grandes probablemente enfrenten dificultades.