El miedo al fracaso es una sensación que muchos han experimentado en algún momento de sus vidas, ya sea en el trabajo, los estudios o las relaciones personales. Sin embargo, cuando este miedo al fracaso es irracional, persistente y se convierte en un obstáculo paralizante, se le conoce como atiquifobia. Esta condición psicológica, afecta a muchas personas, incluidas aquellas en posiciones de liderazgo, y puede tener un impacto profundo en su vida diaria. Sentir miedo en situaciones de riesgo es natural, pero cuando este miedo persiste de manera desadaptativa y afecta el día a día, estamos ante un problema que debe abordarse.
¿Qué es la atiquifobia?
Este término combina 3 prefijos: “a-” que indica negación; “tiqui”, que proviene del griego “tikos” y significa “fracasos” o “errores”, y “fobia”, que indica miedo. Este miedo no está reconocido oficialmente en manuales de diagnósticos como el DSM-5 o el CIE-11, ya que posee una naturaleza compleja que muchas veces se superpone con otros trastornos de ansiedad y la normalización del miedo al fracaso en la vida cotidiana. En mi consultora como psicóloga del trabajo recibo muchos pacientes con este miedo histórico en sus vidas que no deja a las personas desarrollarse profesionalmente y que acota sus posibilidades y oportunidades frente a un mercado laboral cada vez más competitivo y nuevo que incluye el avance de la Inteligencia Artificial y otras nuevas tecnologías, que lo intensifican aún más.
Este fenómeno psicológico puede ser debilitante y empezar de manera temprana. La publicación Advances in Applied Sociology explica su impacto entre los adolescentes quienes admitieron en su mayoría que el miedo al fracaso los afectó causándoles estrés, dudas sobre sí mismos y ansiedad.
Síntomas a tener en cuenta
Las personas que padecen atiquifobia se hacen preguntas cómo “¿Y si fracaso? ¿Y si no lo puedo afrontar? Emocionalmente, pueden experimentar ansiedad intensa, sentimientos de inutilidad, baja autoestima, apatía, vergüenza, irritabilidad, desesperanza, y un miedo constante al juicio externo. Estas emociones pueden llevar a una parálisis emocional, dificultando la toma de decisiones y la acción. Cognitivamente, se refleja en bloqueos mentales o físicos, procrastinación, perfeccionismo extremo, un diálogo interno crítico, un miedo persistente al error, rumiación de fracasos pasados, y una visión pesimista del futuro.
Las reacciones físicas incluyen taquicardia, sudoración, problemas digestivos, fatiga, dolor muscular, y alteraciones del sueño. Conductualmente, las personas pueden evitar nuevos retos, mostrar una falta de iniciativa, y distraerse constantemente para evitar enfrentarse a situaciones que podrían generar ansiedad. Estos síntomas y comportamientos reflejan la profundidad del impacto de la Atiquifobia, afectando tanto el bienestar personal como el rendimiento profesional.
Causas de esta condición psicológica
Las causas de la Atiquifobia son diversas y pueden incluir tanto factores individuales como sociales. Vivimos en una sociedad que ejerce una presión considerable sobre el desempeño personal y profesional. Se establecen estándares altísimos en casi todos los aspectos de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones personales, y el estigma asociado al “fracaso” solo agrava el problema.
En el plano más personal, experiencias pasadas de “fracaso” o percepciones de no haber estado a la altura pueden alimentar este miedo. También puede estar relacionado con una educación muy crítica o exigente, que crea inseguridades profundas.
Como vimos, la atiquifobia es una fobia específica que puede afectar a cualquier persona, sin importar su nivel de éxito o responsabilidad. Aunque debilitante, con las herramientas adecuadas y un enfoque terapéutico correcto, es posible superarla y retomar el control sobre la vida personal y profesional.
Un caso práctico: Ana, líder en una multinacional
Quiero compartir con ustedes la historia de Ana, una líder de alto nivel en una multinacional de tecnología. Ana había ascendido rápidamente en su trabajo debido a su gran capacidad para gestionar equipos y proyectos complejos. Sin embargo, a medida que avanzaba en su carrera, comenzó a sentir una presión cada vez mayor y un temor creciente a cometer errores. El miedo a fracasar empezó a paralizarla, afectando su capacidad para tomar decisiones críticas y liderar con eficacia. Ana buscó ayuda profesional durante años y, durante las sesiones, comenzamos a centrarnos en abordar los problemas laborales desde una perspectiva integral, ayudándola a distinguir entre su identidad personal y su “Yo Laboral” y a proporcionarle herramientas profundas para superar bloqueos laborales y personales. Como con cada paciente abordamos de base los siguientes puntos:
1. Autoconocimiento profundo: A través de un proceso reflexivo para ayudar a comprender sus miedos y creencias limitantes. En el caso de Ana, esto implicó explorar cómo su miedo al fracaso estaba relacionado con expectativas internas y externas que había construido a lo largo de los años
2. Separación de roles: Una de las claves del método es aprender a separar el rol profesional de la identidad personal. En el caso de Ana, esto significó comprender que un error en su trabajo no afectaba su valor como persona. Este enfoque permitió a Ana aliviar parte de la presión que sentía al liderar equipos.
3. Reevaluar y resignificar experiencias: El método también abordó cómo experiencias pasadas, que a veces no están completamente resueltas, pueden manifestarse en el entorno laboral. Ana descubrió que su perfeccionismo extremo tenía raíces en las altas expectativas de su familia, lo que aumentaba su miedo al fracaso.
4. Empoderamiento del “Yo Laboral”: se empoderó para redefinir su “Yo Laboral”, integrando experiencias pasadas, presentes y futuras. Esto implicó aprender a gestionar mejor las emociones, aceptar los errores como oportunidades para crecer y realinear los objetivos laborales con los personales.
5. Estrategias personalizadas: Con Ana, trabajamos en establecer metas realistas y desarrollar estrategias de afrontamiento para la ansiedad con un enfoque integral, incluyendo técnicas de relajación, autocompasión, y el fortalecimiento de la salud mental a través de la psicología clínica laboral.
6. Apoyo del entorno: La intervención en el entorno familiar y social fue muy importante para dar apoyo en los momentos que se introvertía.
7. Reformulación de narrativas del éxito y fracaso distorsionadas en la crianza: Cambiar la forma en que se percibe el fracaso es fundamental. Trabajamos en cambiar la cultura del fracaso y convertirlo en oportunidad como parte natural del proceso de aprendizaje y crecimiento personal, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad.
* La autora es psicóloga del trabajo. Directora de @trabaja.mejor.