El 3 junio se cumplieron los primeros 100 años de vida de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Diez años después, pero un 29 de julio, la empresa estatal firmó uno de sus contratos más importantes: el convenio de exploración y explotación con Mendoza.
La historia del petróleo en Mendoza es tan antigua como la provincia misma. En efecto, los huarpes utilizaban “el betún” y los españoles hacia el 1600 enviaban odres cargados de betún para Buenos Aires con el fin de calafatear los barcos.
En Mendoza (1886) surgió la primera empresa de petróleo de Argentina que tuvo éxito industrial: “La Compañía Mendocina de Petróleo” dirigida por Fernando Fader, pero, su éxito fue efímero. Por otra parte, hacia 1925 se instaló en San Rafael una empresa privada de capitales ingleses y estadounidenses, “La Compañía Río Atuel Limitada”. Si bien su historia en la tierra del sol y el buen vino fue larga, su importancia industrial no fue tanto.
Es decir, en Mendoza el petróleo yacía en el interior de la tierra, pero nadie lo explotaba. Empero, en 1932 el gobernador Ricardo Videla firmó lo que fue el primer convenio de exploración y explotación con Yacimientos Petrolíferos Fiscales. La empresa estatal se proponía reactivar los pozos en Cacheuta de la Compañía Mendocina de Petróleo y explorar los vastos territorios mendocinos con el fin de extraer hidrocarburos. Su tarea fue ardua, sus logros tardaron en llegar.
El primer lugar donde realizó sondeos fue en Tupungato, luego le siguieron Chihuido, Lunlunta, Potrerillos, Barrancas, Malargüe y un largo etc. En todos ellos logró llegar a napas petrolíferas. Los 2 éxitos más importantes se dieron en Tupungato con el famoso pozo T-19 en 1938 (quizás el más importante de Argentina por su producción) y el L-4 en Lunlunta que en 1941 se convirtió en el más profundo del país con sus 2.569 ms.
La tarea de exploración y producción de petróleo implicó construir caminos para llegar a los pozos, pero también, como en el caso de Chihuido, fue necesario levantar puentes como el que se realizó para atravesar el río Malargüe. Además, para sus minas en Tupungato necesitó llevar líneas telefónicas, con las cuáles se vio beneficiada la población lugareña.
Pero YPF no solo extrajo hidrocarburos en Mendoza, también creó escuelas, salas de primeros auxilios, etc. Su labor era industrial y socio-cultural. Un ejemplo fue el club YPF ubicado en calle Salta, a la vera de las vías del tren trasandino y aún hoy presta su función a miles de mendocinos.
Y por supuesto, construyó la refinería de Luján de Cuyo. En un primer momento, se la pensó montar al lado de la que ya existía (hoy el club YPF). Luego, fue formulada su ubicación actual. En marzo de 1939 se trató en la Cámara de Diputados la propuesta que contenía la expropiación de 300 hectáreas de terreno, la sesión de un caudal de 200 litros por segundo de agua del río Mendoza, etc. Hubo diferencias importantes entre los diversos miembros partidarios en el Recinto (radicales, conservadores y socialistas). Sin embargo, lograron unanimidad y la propuesta fue aprobada.
Pero junto con ella, Benito Marianetti propuso que la Cámara de Diputados sancionara una Declaración. En esta debía solicitarse al Poder Ejecutivo Provincial y al Directorio de YPF que trabajaran en conjunto, para que esta última creara en Mendoza una empresa de luz.
Sí, en efecto, el diario Los Andes publicaba el 3 de marzo de 1939 un artículo que contenía tal formulación. Este futuro ente público, que iba a generar energía eléctrica, estaba pensado como una empresa mixta, pues no solo el Estado Provincial, sino también las municipalidades e incluso algunos consorcios privados podían participar. Obviamente, con la Empresa hidrocarburífera estatal como parte fundamental.
En su propuesta, el líder socialista mencionaba que ya el gobernador Rodolfo Corominas Segura había sondeado el tema, pero que hasta el momento de la Declaración todo era muy difuso. Tanto conservadores como radicales apoyaron con entusiasmo y de esta manera la Cámara de Diputados en conjunto la votó afirmativamente. Sobresalieron en sus alocuciones Recabarren y Zuluaga. Incluso este último, dada su amistad con Agustín Rosas (mendocino y parte del directorio de YPF) se comprometió a convencer a su coterráneo de esta propuesta. Lamentablemente, la iniciativa no prosperó.
Por otra parte, en 1940 se renovó el Convenio de 1932. En este nuevo contrato se buscaba principalmente la producción de petróleo. Pero también, ampliaba la relación entre el Estado Mendocino y Yacimientos Petrolíferos Fiscales, específicamente en su artículo décimo tercero hubo un plan para la ejecución de obras de captación y embalse de aguas e instalación de usinas hidroeléctricas. Después de todo, la propuesta de Marianetti tuvo algún efecto.
Los Andes a partir de 1941 comenzó a publicar diversas notas con respecto a la ejecución de estas acciones. En una de ellas puede leerse (25 de setiembre): “…se ha autorizado la inversión de $53.557,90 m/n para la ejecución de obras que se relacionan con los estudios que se vienen ejecutando en la provincia de Mendoza con miras al aprovechamiento progresivo de su energía hidráulica”. Esos fondos se destinarían para realizar construcciones en el arroyo Santa Clara, en el río Las Tunas y para realizar estudios para la construcción de un embalse en el río Blanco.
Por último, la empresa estatal también realizó acciones para la extracción de minerales. En primer lugar, a partir de 1936-37 comenzó a explotar minas de bentonita en Potrerillos para utilizarlas en sus pozos de Mendoza y de todo el país. Por otra parte, y debido a la necesidad de contar con mayores cantidades de combustibles realizó prospecciones en todo el territorio provincial en la búsqueda de minerales combustibles sólidos como carbón, asfaltita, rafaelita, etc.
En resumen, Yacimientos Petrolíferos Fiscales cumplió diversas acciones, lo que la transformó en una empresa que promovía gestiones no solo energéticas, sino también en otras áreas como las socio-culturales y logísticas. Valga este artículo para recuperar una parte de su historia en nuestra provincia.
*El autor es del Instituto de Historia Americana y Argentina. Facultad de Filosofía y Letras. UNCuyo