En primavera y verano todo florece y abundan los colores, pero llega el otoño y los jardines, sobre todo en zonas áridas como Mendoza, parecen un cementerio de plantas y hojas. Los primeros fríos hacen estragos en el césped y algunas especies no resisten las bajas temperaturas.
Para mantener con vitalidad los espacios verdes del hogar debemos tener en cuenta ciertos cuidados que están a nuestro alcance.
La ingeniera agrónoma Andrea Román nos brinda algunos consejos útiles para darle batalla al frío y hacer del jardín un vergel todo el año.
Riego y poda
Una de las actividades que cambia radicalmente con la estación es el riego, tanto del césped como los canteros.
“Los riegos se van espaciando cada vez más en otoño e invierno. Por ejemplo, el césped se debe regar tres veces por semana y los arbustos, cada siete o diez días. El otoño también es buena época para realizar los trasplantes de árboles y arbustos de hoja caduca. Para trasplantar los de hoja perenne, hojas que se renuevan a lo largo del año, es mejor esperar a que llegue el invierno. Igualmente siempre debemos tener especial cuidado con el riego, ya que al realizar el trasplante se dañan muchas raíces”, apunta la especialista.
En cuanto a la poda, actividad típica del invierno, la limpieza principal se realiza entre julio y agosto, aunque en otoño se comienza a cortar las ramas secas y enfermas de los árboles y arbustos.
“La poda puede ser perjudicial si es excesiva y sin criterio, ya que aumenta la sensibilidad a patógenos. Se recomienda sólo realizar poda para formar el ejemplar u otorgarle una buena aireación entre los diferentes brotes. Los arbustos de follaje persistente suelen mantenerse bien sin poda pero hay especies, como los rosales, que es mejor podarlos a fin del invierno y de forma intensa para obtener una brotación vigorosa que dará abundantes flores”, apunta la especialista.
Otra de las tareas a realizar para conservar la especie es el almacenaje de los tubérculos de las plantas estivales, como por ejemplo la begonia, la dalia, la cala de color y el lilium.
“En el caso de los tubérculos se sacan los bulbos de las tierra una vez que las hojas se han secado, dado que la mayoría de estos bulbos no soportan las heladas. Luego hay que guardarlos en un lugar seco, oscuro y libre de heladas hasta la primavera cuando se vuelven a plantar”, explica Andrea Román.
Riesgo por la helada
Las plantas como los rosales o jazmines propios en los jardines hogareños pueden sufrir daños ante las bajas temperaturas. Por eso un resguardo a tiempo puede salvarlas.
“Se recomienda cubrir el pie de los arbustos, rosales y demás plantas recién plantadas con una capa de compost u otro material orgánico. Esto evita que el suelo se seque, le aporta alimento y protege las raíces de las heladas. También puedes cubrir sus copas con un nailon sólo durante las noches más frías, por debajo de los -10°C, para evitar la pérdida de calor de la planta”, dice la especialista.
En cuanto a las plantas aromáticas y suculentas, tan comunes y buscadas en el verano, requieren de una atención especial en el invierno. “A las plantas aromáticas debemos cuidarlas de las bajas temperaturas, por lo que se recomienda desenterrarlas y colocarlas en macetas adentro de la cocina, en un sitio con buena iluminación, al lado de una ventana, por ejemplo. Si alguna floreció y produjo semillas, pueden guardarse hasta la primavera y sembrarlas. Y en el caso de las suculentas hay que resguardarlas del frío colocándolas al reparo y regarlas cada 15 o 20 días”.
Color también en invierno
Colocar nuevas especies en el jardín no es una tarea de la primavera. En la temporada de frío se pueden colocar distintas flores y plantas, que le otorguen color al espacio y sobresalgan en el amarillo y marrón preponderante del follaje.
“En esta época podemos plantar herbáceas de floración invierno-primavera, como pensamientos, prímulas, amapola, conejito, marimoña, coqueta, entre otras”, dice Román.
Darle batalla al césped
Otro de los puntos a resaltar es el cuidado del césped en invierno, el más afectado a las bajas temperaturas y la aridez.
"En caso de ser necesario en esta época puede hacerse una resiembra otoñal del césped. Y se puede realizar una fertilización con alto contenido de fósforo para favorecer el desarrollo de raíces. Las cantidades a utilizar varían dependiendo del producto usado y de la superficie de su jardín. Es recomendable preguntarle a un viverista de confianza. Y con la llegada de la primavera se recomienda complementar con otra fertilización rica en nitrógeno".
A tener en cuenta
Consejos para el cuidado de las plantas en otoño e invierno
* Regar el césped tres veces por semana.
* Realizar los trasplantes de árboles y arbustos de hoja caduca.
* Almacenar los tubérculos de plantas estivales.
* Conservar en macetas bajo techo con iluminación las plantas aromáticas.
* Resguardar de las bajas temperaturas las suculentas.
* Conservar la humedad de las plantas de interior con bandejas con agua o pulverizar las hojas cada tres o cuatro días.