Pablo Triviño (40) y su hija Martina (18) se pusieron un objetivo más que llamativo: que los adolescentes puedan experimentar las sensaciones de conducir bajo los efectos de las drogas y el alcohol pero -al mismo tiempo- que no estén expuestos al peligro real de guiar un auto en estas condiciones.
Así fue como hace 4 años nació (a pulmón y con mucho esfuerzo) su emprendimiento Simuladores de Conducción Virtual, que consta de gafas de realidad virtual y realidad aumentada.
Por medio de estas herramientas, los Triviño ya lograron llegar a más de 12.000 personas -y contando-, y lograron trabajar en la educación y concientización vial. Incluso, cuentan con avales de psicopedagogos, psicólogos y especialistas y hasta ha sido declarado de interés departamental y provincial.
Padre e hija participaron en el reciente Ciclo de Encuentros de Los Andes, donde precisamente se abordó la temática de Seguridad Vial. Y hasta el propio director ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (Carlos Pérez) -y luego de experimentar con las gafas en el lugar- les confesó que nunca había visto innovación tecnológica educativa como la que han desarrollado.
-¿Cómo se les ocurrió empezar a trabajar con simuladores?
-Empezamos con el software, a raíz de una problemática social que vivimos en el día a día los mendocinos, y que son los siniestros viales. Entonces los dos decidimos realizar un proyecto que cambiara y que fuera impulsor además para poder concientizar sobre este tema. Así creamos Simuladores de Conducción Virtual (SCV), que son simuladores virtuales con nuestro software propio dirigidos a la sociedad. Desde entonces seguimos innovando porque creemos mucho en la tecnología y en su avance; decidimos crear gafas virtuales y viales. Las virtuales nos posicionan en primera persona y nos hacen vivir -sin tener que correr ningún riesgo- un siniestro vial. Mientras que nuestras gafas viales nos posicionan en primera persona, pero viviendo en la realidad lo que es estar en estado de intoxicación, tanto con alcohol como con drogas.
-¿Cuál es la principal imprudencia que cometen los jóvenes al volante?
-Conducir bajo efectos de intoxicación de drogas y alcohol, y también ir usando el teléfono celular mientras manejan. El consumo vinculado con intoxicaciones es casi siempre a la salida de los boliches. Es allí donde deberían intensificarse los controles y aplicar mayor concientización y educación. Con el emprendimiento de SCV, con innovación tecnológica educativa vial, hemos experimentado gafas visuales donde podemos enseñarle a los chicos lo que es intoxicación sin haber consumido.
-¿Cómo fue la llegada a las escuelas y a los jóvenes?
-Con mucho esfuerzo. Hace unos 4 años arrancamos con este proyecto de forma particular poniéndole mucho esfuerzo y mucha onda, golpeando puerta por puerta de las instituciones. Logramos meternos y nos dieron una mano muy grande en Guaymallén, que es donde estamos trabajando actualmente y de forma institucionalizada.
-¿Con cuántos chicos han trabajado en estos 4 años?.
-Hemos trabajado prácticamente en todas las escuelas de Guaymallén, con cerca de 12.000 personas que han sido concientizadas en todo 2017. Ahora estamos por retomar nuevamente en esas escuelas. También estamos tratando de empezar a trabajar en algún otro municipio.
-¿Cómo suele ser la devolución de los chicos?
-Es muy positiva porque como llegamos con tanta tecnología y con personas que vienen a enseñar algo diferente y no a dar la charla común en los colegios, los chicos prestan mucha atención. Lo prueban y aprenden. Hay algunos chicos a quienes quizás no les interesa mucho o no están tan metidos en el tema pero yo sé que algo se llevan. Eso está bueno para nosotros y el impacto es positivo.
-¿Los chicos son conscientes de que la mayoría de los siniestros son protagonizados por jóvenes?
-La verdad es que no son muy conscientes de ello. Suelen tomarse como muy libre, y con mucha tranquilidad la idea de que si manejan sin el carnet no va a pasar nada. Hasta que pasa, y pueden destruir a un montón de personas, de familias.
-La nueva Ley de Seguridad Vial establece que se dé Educación vial en las escuelas. ¿Va a significar mayor concientización y prevención?
-Va a cambiar el "a mí no me va a pasar". A partir de esta ley, podemos seguir trabajando y nos da una mano grandísima para poder entrar más fácil a los colegios. No es sencillo llegar y mover toda una estructura con la intención de explicar algo que por ahí los chicos no tienen muy en cuenta. Que exista esta ley y que se ponga en vigencia en los colegios nos da una mano; y los chicos le van a dar un poco más de bolilla. Va a contribuir a cambiar la sociedad.
-¿Cuántos simuladores tienen en SCV y cómo trabajan?
-Cada vez que vamos a un colegio llevamos 2 simuladores de conducción virtual, 2 gafas viales y 2 virtuales. También llevamos educadores capacitados en materia vial. Estos dan a los chicos charlas, videos y material con información. Mientras tanto hacemos las pruebas de gafas, del software y toda la tecnología que manejamos. Cada innovación que vamos logrando va enfocada en un tema diferente. Las gafas viales, en el tema de las adicciones; las virtuales, en el tomar conciencia a la hora de conducir sin tomar ningún tipo de riesgo. Los simuladores, en concientizarnos, educarnos y lograr aprender a manejar correctamente.
-¿Les gustaría poder llevar esto a otros departamentos?
-Sin dudas. Nuestra idea, nuestro objetivo es poder llegar a toda la provincia. Y si se puede, al resto del país también.
-¿Han iniciado un diálogo con gente de Gobierno o la Dirección General de Escuelas?
-Hemos tenido contactos con distintos municipios, y estamos avanzados para poder acordar y empezar a trabajar. Por medio de la DGE hemos ido a algunos colegios de Godoy Cruz y otros municipios. Pero nada más.
-¿Qué hace falta para que los más jóvenes abandonen esa idea de 'no me va a pasar a mí'?
-Concientización. Trabajar psicológicamente con los chicos y hacerles entender realmente que ellos pueden ser víctimas y son propensos a que les ocurra en cualquier momento. Trabajando con la tecnología, los chicos prestan atención y manejan esa idea de decir 'no lo tengo que hacer'. Vemos el cambio, sentimos que hay algunos -no todos- que toman conciencia y se dan cuenta de que se pueden matar ellos o matar a los que van con ellos.
Perfil: Pablo Daniel Triviño
Tiene 40 años y es Técnico Químico especializado en Geología.
Trabajó durante 10 años en Control de suelo (área de perforación) en YPF y en la actualidad se desempeña como trabajador independiente. Además, corrió en motocross
Martina Triviño
Tiene 18 años, estudia Comunicación Social.
Ambos comenzaron con el emprendimiento de Simuladores de Conducción Virtual hace 4 años.