El 21 de mayo de 1980 salió al mercado un videojuego recreativo que en poco tiempo se convertiría en emblema de esa década. El Pac-Man, una creación del diseñador Toru Iwatani, no sólo divertiría a varias generaciones de aficionados, sino que sus personajes y sus gráficos se volverían íconos de la cultura popular.
Con una interfaz muy sencilla y algunos colores estridentes, el Pac-Man era un arcade obligado en las salas de juegos del mundo. El objetivo era sencillo: en cada pantalla, debíamos manejar a esa esfera amarilla para devorar todos los puntos y evitar contacto con los fantasmas. Cada nivel (había más de 200) suponía una dificultad diferente.
Lo que en un comienzo era apenas un pasatiempo, luego se convertiría en emblema de la era dorada de los videojuegos, un período muy próspero en la industria que también vería nacer otros títulos clásicos, como Galaga o Space Invaders.
El furor por lo retro surgido en los últimos años hizo que el Pac-Man volviera con una fuerza arrasadora. No sólo por toda clase de merchandising, sino también para jugarlo en dispositivos móviles en sus diferentes versiones. Este año, incluso, Google Maps lanzó una versión inspirada en esta gema del gaming, en la que se podía jugar en las calles que eligiéramos.
De todas formas, la noticia más importante relacionada con Pac-Man de este 2015 será una película. Se trata de Pixeles, de Sony Pictures, una suerte de homenaje a un par de títulos muy populares, que llegará a los cines a mediados de año. Mirá el tráiler.