Hay una frase que sentencia que "los abdominales se hacen en la cocina" ¿Por qué se dice esto? Porque por más que se sigan las rutinas más exigentes en el gimnasio y se hagan mil abdominales por día, no prestar atención a la alimentación hará muy difícil lograr una panza chata (salvo que genéticamente uno nazca muy agraciado).
Para lograr este objetivo, en cambio, existen algunos tips y estrategias que ayudan. No se trata de comer poco, si no lo preciso para mantener el metabolismo activo. Esto se logra con tres o cuatro comidas diarias principales, que aporten nutrientes (como fibras, proteínas, vitaminas y minerales) y no, calorías vacías.
Los ejercicios abdominales ayudan a tonificar. Pero, no reducen la grasa.
Levantarse con tiempo y tomar un rico desayuno es de gran importancia para el éxito de una buena dieta. De lo contrario, a media mañana caeremos en la tentación de las galletitas, las medialunas y otros alimentos con demasiadas grasas y calorías.
Evitar el exceso de hidratos de carbono simples (como cereales, papas, choclo, batatas, pastas, arroz, pan, galletitas) ya que tienden a distender el abdomen.
El yoga ayuda a reducir el estrés, que contribuye a la acumulación de grasa y también a mejorar la postura, lo cual cambia la imagen corporal.
Esto se logra mediante la ingesta de fibras que están presentes en los vegetales - como el brócoli, las zanahorias, las ciruelas, las manzanas y las peras, las lentejas y los cereales.
Se trata de una causa frecuente de distensión abdominal y una modificación en la dieta puede contrarrestarlo.
Moverse
Hacer ejercicio físico es muy importante y todas las partes del cuerpo deben entrenarse. Una buena sugerencia: armar un circuito aeróbico para trabajar todos los músculos. También es importante encontrar las maneras de moverse más y eso quemará las calorías extra.
Los abdominales sólo tonifican los músculos. Entonces, estos estarán más fortalecidos, pero no se verán a causa de la grasa que puede estar sobre ellos.
Las actividades aeróbicas contribuyen a quemar grasas y esto ayuda a reducir el abdomen. Porque muchas veces es el motivo de la apariencia de mayor volumen en el abdomen. Las clases de yoga, pilates y streching contribuyen a este propósito.
Seguir alguna técnica para despejarse
Sucede que cuando estamos estresados, aumenta el cortisol. El cerebro recibe esto como una amenaza, manda una orden (a través de las hormonas y neurotransmisores) a las glándulas suprarrenales para que segregue más cantidad de esta hormona y eso hace que aumente el apetito.
Además el estrés favorece la distensión abdominal, inflamando doblemente el abdomen. Porque cuando el cortisol se mantiene en sangre, hace que el cerebro mande una nueva orden: la de liberar el neuropéptido.
Lo cual provoca que el cuerpo movilice los depósitos de grasa del cuerpo y los “redistribuya” en la zona abdominal, como una reserva especial.