Mostrar la labor de diseño y texturas en lencería y trajes de baño implica tener el timing justo para no caer en excesos o en una sobriedad aburrida y literalmente chata.
La sofisticación, sensualidad, elegancia, frescura, romanticismo o feminidad son parte de los conceptos que en una pasarela como la de París Fashion Week, se manejan con perfección preciosista para poder proyectarlos.
La Escuela de Bellas Artes de París fue el escenario elegido del desfile-espectáculo más esperado de la semana de la moda parisina, en donde la casa francesa de lencería Etam (con más de 100 años de tradición) se llevó todos los aplausos.
Su sello inconfundible (pasión por el encaje, los bordados, maravillosos tejidos y un excepcional gusto por el refinamiento y la sofisticación, sin extravagancias innecesarias) proyectó alternativas diversas en donde la música en directo, fue la encargada de dividir el show en cinco partes bien diferenciadas.
La primera estuvo impregnada de sensualidad. El color negro y el encaje de equipos en líneas halter, strapless, deportivos y clásicos, se lucieron en soutienes y culottes, vedetinas y tangas. Todo trabajado también en sensuales transparencias y sinuosos tejidos.
La segunda parte estuvo signada por un estilo más romántico y retro (muy flower power) con delicadas piezas blancas y de colores, acompañadas por cestos de mimbre cargados de flores, camisas denim anudadas y floreados conjuntos de inspiración setentista.
La tercera parte del desfile estuvo signada por guiños orientales, demostrando que todos los tipos de mujer pueden encontrar su estilo en esta colección. Las fajas altas, con volados sobrepuestos, y las estampas connotaron la suave delicadeza de la propuesta.
Luego vendría el turno de la lencería deportiva, que con toques fashionistas (medias de rejilla, gafas de aviador, tiro alto y el logo de la casa) sedujeron con desenfado moderno.
El final se colmó con conjuntos metalizados, purpurina plateada y atrevidas pezoneras con glitter.
Una verdadera oda de prendas únicas y diseños llenos de creatividad y un trabajo artesanal de corsetería, bragas y soutienes que demostró que en piezas destinadas a la intimidad aún podemos seguir sorprendiéndonos.